El diario de Dracule Mihawk [FINALIZADO]

Capitulo 11

Diario de Dracule Mihawk, entrada # 972:

Necesitaba algo de la cocina y envió a Roronoa a buscarlo. El se perdió. Lo encontré en el ático. ¿Cómo se ganó la reputación de ser un temible cazarrecompensas? Simplemente no puedo creer que este hombre haya logrado rastrear a alguien en primer lugar. Tal vez tuvo suerte cada vez.

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Zoro se detuvo, jadeando por respirar. Miró a su alrededor. A su alrededor había árboles, árboles y más árboles.

¿Por qué estoy en medio del bosque?

Él estaba perdido. ¿Cuánto tiempo había estado corriendo? No tenía ni idea. Pero el sol aún no se estaba poniendo, así que no pudo haber pasado tanto tiempo. La última vez que estuvo con Perona en la tienda de ropa era alrededor de la una de la tarde.

No podía creer que esto estuviera pasando. Los marines habían aparecido, habían arrestado a Perona y se la habían llevado a alguna parte. Llevaba las tres espadas con él, pero ¿de qué servían las armas si no podía encontrar a los marines ni a Perona? ¡Maldito sea todo al infierno!

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La visión de la mujer rubia con uniforme de marine había asustado a Perona. Pero apenas tuvo tiempo para hacer algo más que jadear antes de que una esposas encajara en su muñeca derecha. Se sentía como si toda la energía se le hubiera drenado instantáneamente, y apenas logró mantenerse erguida.

Esas tenían que ser esposas kairouseki . Ninguna esposas normales le habrían producido tal efecto. Se sentía perezosa y cansada, y no podía llamar a ninguno de sus hollows, y mucho menos proyectarse fuera de su cuerpo. Sin embargo, la proyección astral no habría sido de mucha utilidad si su cuerpo todavía estuviera allí frente al Marine.

"Princesa Fantasma Perona", dijo el oficial, "estás bajo arresto".

Perona intentó protestar. "No puedes - ¡soy parte de la tripulación de Moriah-sama!"

"Gekko Moriah ha sido despojado de su estatus y, por lo tanto, todos sus privilegios, y los privilegios de su tripulación, han sido revocados. Eres un criminal buscado sin inmunidad. Vienes conmigo".

Las esposas eran tan efectivas que apenas podía moverse. El oficial de la Infantería de Marina tuvo que sostenerla con un brazo para llevarla por los callejones hasta que llegaran a la estación.

Al llegar a la comisaría, el infante de marina había entablado una discusión con el policía local, quien miró con curiosidad a Perona. Cuando Perona sintió que la mujer la soltaba, hizo acopio de todas las fuerzas que pudo, se apartó de ella y trató de correr. Sin embargo, no avanzó más de tres pasos tambaleantes, porque tropezó con el suelo irregular y se cayó con fuerza.

Escuchó al Marine hacer un ruido exasperado. La mujer la incorporó.

"Sabes que no puedes correr con esas esposas puestas", dijo. "Sálvate de más lesiones y no vuelvas a intentarlo".

A Perona le dolía la cara. Supuso que debía haberse lastimado o cortado en alguna parte, posiblemente en la mejilla izquierda. Allí dolía más.

El Marine le ordenó al policía que metiera a Perona en la cárcel de la estación mientras usaba el caracol transpondedor para contactar a sus compañeros de tripulación.

"Pero, señora", comenzó el policía.

"¡Ponla ya en la celda! Necesito informar a mi capitán sobre esto. Si uno de los miembros de la tripulación de Gekko Moriah está aquí en Notson Ear, es posible que haya otros cerca".