- Mmm No puedo. - Susurraba un Bakugou cuyo cuerpo se sentía pesado y cuya vista estaba borrosa.
- Tranquilo, no te muevas. Solo descansa.- Notó una voz conocida que lo instaba a dormir, mientras este apoyaba su mano sobre la frente del rubio que tardó tan solo unos segundos en caer dormido.
Un pesado sueño lo envolvía, y una inacabable oscuridad lo rodeaba. Tan solo el sentimiento de tranquilidad que dejaba aquella mano permanecía, esto transmitía al rubio una sensación muy agradable, se sentía seguro con tener aquello. No necesitaba nada más.
Se despertó al escuchar la alarma. Era hora de ir a clases.
- ¡ Katsuki, qué te ocurre!, ¡ date prisa o llegarás tarde! - gritaba su madre desde la cocina.
- ¿ Qué? - ¿Cuándo había llegado a casa de sus padres?, era extraño, no recordaba haber pasado por allí la noche anterior. ¿Qué estaba pasado?.
Sin pensarlo mucho más, se levantó y dirigió al espejo. Lo que vio a continuación lo dejó completamente sorprendido. Una versión de si mismo pero más joven. No podía ser, miró de arriba a abajo aquella imagen, cómo era posible, no podía ser. Una y otra vez se repitió lo mismo hasta que una enfadada madre apareció por la puerta maldiciendo la tardanza de su enano. No tardó mucho para que la paciencia de esta estallara propinándole una buena colleja a Katsuki quien para no variar la llamó "vieja", tras lo cual terminó rápido de arreglarse y llegar a clases como alma que lleva al diablo. Si era cierto que era un estudiante, llegaba tarde.
En la puerta de la escuela, se encontró a Izuku, quien hablaba animadamente con algunos compañeros. Se alegró verlo allí, aunque le molestara que le prestara atención a otras personas a parte de él. Una vez que terminó de acercarse, la escena se tintó en negro. Todo a su alrededor se oscureció. Bakugou comenzó a buscar con su mirada hacia todos los lugares, no había nada, ni siquiera podía moverse. En un instante, un foco iluminó hacia un lado. Allí se encontraba de nuevo su querido Deku, pero su ropa no era la misma, como si se hubiera percatado de algo, miró directamente a su alrededor y a si mismo. Tanto uno como otro habían cambiado. Su ropa ahora era casual, y el lugar no se trataba de un edificio, sino de una calle transitada.
Ese momento, ya lo había vivido en el pasado, fue el día donde toda la mierda rara con Deku había comenzado. Como si algo lo hubiera escuchado, el teléfono del mismo sonó, y salieron corriendo. Llegaron al lugar y cuando se dispusieron a entrar por la puerta, el escenario volvió a su tono lúgubre de pesadilla. De nuevo oscuridad, de nuevo buscar alguna salida.
Otra vez, de nuevo la misma luz le daba paso a otro lugar, esta vez en la escuela, llevaba su uniforme pero algo no estaba bien. Bajo de sí se encontraba él, Izuku se encontraba tumbado con sus brazos sobre su cara. Bakugou separó los mismos para poder ver con claridad aquella cara que tanto amaba cuando sonreía, pero tanto lo mortificaba cuando no era así.
En esta ocasión, unas lágrimas salían de los ojos de su amado, esa escena pertenecía a su pasado. Un trágico día de graduación donde cometió un terrible error debido a la ira y la desesperación. Se echó las manos a la cara para comenzar a llorar desconsolado.
Instantes después, sintió como una mano se posaba sobre su frente. Ese tacto... Cuando el mismo comenzó a alejarse, alzó su mano en busca del mismo y abrió los ojos. Esta vez se encontraba de nuevo en su habitación de adolescente. Su cuerpo se sentía pesado y su agarre no era firme.
- Izuku - Susurraba mientras sus lágrimas no cesaban.
- Kachan, no llores. -
- Te amo, por favor no te vayas, no me dejes solo. -
- No te preocupes, estoy aquí. Solo descansa. - Como si sus palabras fueran un hechizo, el rubio se calmó, y cerró sus ojos. En ese momento notó como sus labios eran ligeramente besados y una mano acariciaba su mejilla para finalmente escuchar un "y yo también".
Se despertó de manera brusca, entre sudores y jadeos. Levantó su mirada y observó que por fin estaba en casa. Era su habitación. Un mal presentimiento vino a su mente. "Izuku", ¿ dónde estaba?. No puede ser. No iba a dejar que lo abandonara de nuevo, no podía, esta vez no lo permitiría.
Sin si quiera percatarse de su condición, salió de la habitación y comenzó a buscar por todo el apartamento. No estaba. No le importaba, lo buscaría hasta en el mismísimo infierno si fuera necesario. No iba a dejar que esta vez sucediera lo mismo.
Cuando se disponía a salir por la puerta, esta se abrió, mostrando la imagen de Izuku que volvía en ese momento con una bolsa de la compra. En cuanto Katsuki lo observó, sus piernas cedieron y calló al suelo de rodillas. El moreno al verlo se preocupó, cerró y dejando la bolsa a un lado, se dirigió rápidamente hacia el otro para ayudarlo y llevarlo a la cama de nuevo.
- Qué demonios hacías fuera de la cama. Qué te pasa.- Lo regañaba molesto. El rubio se aferró a él.
- Pensé que me habías abandonado de nuevo. .- Su brazos rodearon al otro. Izuku tan solo pudo colocar su mano sobre la cabeza del mismo para intentar calmarlo.
- Solo ha sido una pesadilla. - Continuaron así un rato hasta que Katsuki por fin decidió hablar.
- Tuve un sueño de cuando éramos estudiantes. Yo te hice daño, y tú te marchaste, pero antes de desaparecer totalmente, viniste a verme y yo te dije que te amaba. Perdóname por no decirlo antes. -
- Si que lo hiciste, ese sueño es un recuerdo.- Esto pillo de imprevisto al rubio quien por fin se alejó un poco para poder mirar a la cara de Izuku, el cual tenía una sonrisa calmada. - Lo cierto es que antes de marcharme y pasar ese tiempo fuera, te visité pero tú estabas enfermo. Tenías mucha fiebre al igual que ahora. Recuerdo que en cierto momento comenzaste a llorar, y cuando tomé tu mano, despertaste. No eras capaz de casi hablar tan solo te abalanzaste hacia mi, y me pediste perdón por lo que me hiciste el día de la graduación. Tras eso me dijiste que me amabas, yo intenté calmarte y caíste de nuevo sin siquiera escuchar mi respuesta. -
- Entonces, me besaste y dijiste "yo también". - Izuku se sorprendió un poco, el rubio tomó su cara entre sus manos y lo besó. - No pienso dejarte marchar esta vez, así que más vale que te prepares, Deku. - Rio ante la idea, esto le hacía feliz. Al final tan solo se tumbaron uno enfrente del otro y siguieron conversando de cosas sin importancia.
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Mascarada
Fanfiction¿Dónde esconder una hoja?, ¿ dónde una presencia?... Izuku Midorilla vuelve a aparecer, pero esta vez como un cantante que empieza a darse a conocer. Con la ayuda de su amigo Kaito Kuroba, quien se especializa en la puesta en escena como buen mago...