Echando la vista atrás, ¿ cuándo nos hablamos por última vez?, se decía Katsuki mientras se dirigían en taxi hasta lo que parecía un bloque de apartamentos. Durante el trayecto había recordado todo lo que pasó durante su adolescencia. Mientras el seguía en su mundo, fue avisado por Kudo, quien le informó que ya habían llegado. Bajaron de aquel vehículo, y se dirigieron hacia la entrada que se hallaba vigilada por un guardia. El inspector mostró su placa, y sin hacer preguntas el hombre los dejó pasar. Avanzaron por la entrada hasta montar al ascensor, Katsuki seguía callado, no había dicho ni una palabra desde que entraron al taxi.
- ¿ Tanto te afecta esto? - preguntaba Kudo preocupado, en caso de que así fuera, debería mandarlo de regreso puesto de nada serviría un hombre implicado emocionalmente, y que no sea capaz de controlar esto. Él lo sabía, y ya lo había visto antes, así que no se arriesgaría a dejar que el caso se fuera por la borda.
- No tienes que preocuparte, a nosotros nos enseñan autocontrol en estos casos. Pero - antes de que continuara con sus palabras, el ascensor llegó a la planta de destino. - No importa. vamos. - Kudo terminó mirándolo con desconfianza, eso que no había terminado de decir lo había dejado con la mosca detrás de la oreja, tenía curiosidad y su olfato le decía que le traería problemas, más sin embargo no preguntaría por el momento, a menos que realmente pasara.
Llamaron a la puerta del apartamento pertinente, y un joven de cabello moreno , ojos azules y una enérgica sonrisa abrió. - Adelante, por aquí. - Guiaba a ambos hasta la sala de estar. - Perdona que no te haya informado de que me encontraba en Tokyo, pero hace poco llegamos, y ha sido todo un caos. Entre entrevistas, presentaciones y demás, no he tenido tiempo. Por favor tomad asiento mientras os sirvo un té. -
- Qué demonios, no estamos aquí para charlar tranquilos - el rubio se exaltó al ver la tranquilidad con la que el anfitrión se comportaba.
- Katsuki - Kudo lo paró antes de que continuara. - Kuroba no está tan calmado como parece, solo aparenta.
- Siento eso, es mi defecto y virtud. No es que lo esté, como bien dice el inspector, pero en estos momentos no sirve de nada ponerse nervioso. Además, no sería un buen agente si no controlara los nervios. - decía mientras mostraba una sonrisa derrotada. - Perdona que te llamara tan de repente, pero, no sabía a quien más acudir. -
- No te preocupes, hiciste bien. Por cierto, ¿ dónde está Midorilla Izuku? -
- Estaba dándose una ducha, no debe tardar en aparecer. - Como si los hubiera escuchado, el mencionado apareció por la puerta con una toalla sobre su cabello, aún caían gotas ya que no terminaba de secarlo. Se notaba relajado, supusieron que por la ducha, después de todo lo que estaba pasando no debía ser fácil de digerir.
- Lo siento, pero necesitaba una ducha después de todo ese ensa -No pudo continuar hablando. Sus ojos se habían encontrado con unos color rubí inconfundibles. El shock provocó que soltara su toalla, la cual cayó al suelo. Por otro lado Katsuki se levantó a recogerla y dársela, Izuku dudó por un momento, seguía mirando esos ojos con miedo. Ante esto no pudo hacer otra cosa que arrebatarle la toalla y salir corriendo para encerrarse en su habitación. Katsuki totalmente apenado pensaba, "es mi culpa", cierto es, era su culpa. Él fue el único que lo dejó totalmente marcado y no paró aunque el otro se lo pidiera entre sollozos una y otra vez. Aquella escena aun seguía rondando su cabeza tras tantos años. Había intentado olvidarlo, pero nunca pudo, ni lo que hizo, ni lo que sintió. El dolor y el sufrimiento siempre le acompañaban además de la culpa.
- Eso no me lo esperaba, lo siento chicos, iré a por él. -
- No, mientras yo esté, él no saldrá. - Tristeza en su rostro era todo lo que podía mostrar, Kudo suspiró y supuso que era mejor preguntarle después, ahora lo que importaba era conocer la situación.
- Kuroba, cuéntame que es lo que ha sucedido. Ya que por el momento no contamos con el testimonio del principal implicado, al menos podemos conocer los hechos. -
- Si . - Este comenzó a relatar el como unos días atrás, empezó a recibir unas notas de amenaza dirigidas contra Izuku. En ellas se le decía que debía alejarse de su actual pareja. Esto no agradó mucho al rubio, quien cuando se enteró que el mismo Kuroba era dicha persona, pensó en golpearlo y arrebatárselo, pero no lo hizo. Esta vez se contuvo. Incluso si no le gustaba, ahora las cosas habían cambiado.
- Dinos, ¿ has notado a alguien sospechoso cerca de vosotros?, es decir, a alguna persona que se comporte fuera de lo normal. -
- Me temo que no, nadie con esa descripción. -Intentaba recordar algún suceso. - Quitando... quizás te parezca una locura, pero hace unos días unas fans nos pararon por la calle, nos hicimos unas fotos con ellas y en principio todo bien. Sin embargo... una de ellas comenzó a hacer peticiones un tanto...
- Mmm, -
- Algo como que quería una cena, incluso pidió su número de teléfono, además de que le dijo algo al oído que lo dejó preocupado. Después le pregunté, pero me dijo que no era nada de lo que preocuparse, ahora veo que me equivoqué al confiar en su palabra. -
- Maldito Deku, siempre quiso resolver las cosas por si mismo, jamás pedía ayuda cuando realmente lo necesitaba, y aun ahora sigue igual. - Se levantó y fue en su busca. Estaba harto de seguir escuchando aquello. -
- Tu amigo es bastante agresivo, ¿no? - Decía mientras observaba a Katsuki marcharse por donde un rato antes lo había hecho Izuku.
- Si, pero... - su intención no era meterse en aquello, sin embargo sabía que antes o después la pregunta saldría, así que no iba a cortarse. - ¿ cómo terminasteis juntos vosotros dos? -
- Oh, eso, lo conocí en la universidad. Él era mi kouhai en el club, y puesto que teníamos asignaturas en común, coincidimos muchas veces. A la larga nos hicimos cercanos y ya sabes. - Sus gestos se suavizaron, suspiró, y siguió contándole algunas cosas más.
Por otro lado...
- Deku, abre la puerta tenemos que hablar. - Decía mientras tocaba esta.
- No pienso abrir, así que ya puedes marcharte. -
- Deku, he dicho que abras, o lo haces o tiro la puerta abajo. Sabes que soy capaz y no me pienso contener. -
- No te atrevas, tan solo márchate, este no es tu problema. - Los nervios de Katsuki afloraron, pero en lugar de partir la puerta, sacó de su bolsillo una ganzúa y forzó el pestillo. - ¿ Qué, cómo has...?-
- Lo he pensado mejor, y si hago mucho ruido tu novio solo me parará los pies, y la investigación se irá al carajo. -
- ¿Cuál es tu maldito problema? , te he dicho que te marches, o acaso no recuerdas cómo me trataste la última vez. - Se veía totalmente furioso y al borde del llanto, un llanto que no tardó en aparecer. - Yo, yo... - Katsuki lo miró destrozado, sus brazos sobre su cara como aquel día, su llanto desconsolado. Terminó abrazándolo. Izuku parecía que fuera a apartarlo pero no lo hizo. Estaba cansado, y no tenía fuerza ni para empujarlo, al menos, es lo que pensaba el rubio.
- No volveré a hacerlo, lo prometo. Te protegeré, lo juro. -
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Mascarada
Fanfic¿Dónde esconder una hoja?, ¿ dónde una presencia?... Izuku Midorilla vuelve a aparecer, pero esta vez como un cantante que empieza a darse a conocer. Con la ayuda de su amigo Kaito Kuroba, quien se especializa en la puesta en escena como buen mago...