—¿Quién te lo dijo? —preguntó el castaño con incomodidad en su voz, el pelirrojo soltó su mano, alejándose de él para mirar los libros que guardaba el castaño en su habitación.
—Yo también usé vendas un tiempo. Además —el pelirrojo lo miro fijamente, prestando atención en sus movimientos—, rascas mucho tus brazos, debe picar mucho —el castaño nunca en su vida se había sentido tan acorralado en su propio hogar, que había sido su lugar seguro durante los quince años de su vida, su respiración comenzó a acelerarse, su mandíbula temblaba y le hacía imposible el habla, Chuuya sintió su muro de confianza derrumbarse mientras Dazai se abrazaba a si mismo—. ¿Quieres comenzar ahora?, Jamás terminaremos si nos distraemos así.
—¿Comenzar con qu–... ¡Ah si!.
El castaño movió las cosas de su escritorio, acomodando todo para que el de menor altura se sentara, y para poder sentarse a su lado.
—¿Cuánto tiene mi prima trabajando para ustedes? —preguntó el chico leyendo sus deberes con una expresión confusa, no era exactamente algo complicado, solo, odiaba ver tantos números juntos—. Ella los quiere mucho, se nota...
—¿Es este un juego de preguntas y respuestas para no hacer tus deberes?.
—Mi prima quiere que nos conozcamos mejor, no creo que sea mala idea preguntarnos cosas.
—Ella trabaja con nosotros desde que mi padre... —el oji-café se detuvo mordiendo su labio, los ojos felinos del pelirrojo se desviaron del papel hacia él— Desde que tengo once años. Ella es muy buena con nosotros. Ahora me toca a mí, ¿Cómo conociste a Nikolai Gogol?.
—Esa es una historia graciosa... Yo llegue tarde a clases, debes saberlo. Él iba corriendo y siendo perseguido por el prefecto, él me tiro y luego me arrastró al gimnasio. Sus amigos son demasiado divertidos. Me toca —el menor frunció los labios mientras miraba el tercer ejercicio en la hoja, se concentro unos segundos de más en él, y cuando comenzó a escribir el castaño creyó que se había olvidado de hacer su pregunta, así que abrió la boca para hablar—, ¿Ahora mismo tienes novia?.
La sangre se acumuló en el pálido rostro del chico, esa era una pregunta vergonzosa.
—No... No tengo novia. ¿Y tú?.
—No, en Francia había un chico que me gustaba. Incluso había logrado hablarle, pero cuando mi tío Arthur me dijo que vendríamos a Japón tuve que alejarme totalmente de él. No tendría sentido seguir intentando, no creo en las relaciones a distancia. Además de que no valía la pena luchar por algo que ni siquiera había iniciado. Humm... No se que más preguntarte, saltare mi turno.
El de mayor altura observaba como el pelirrojo se concentraba en el ejercicio con el ceño fruncido, si alguien se lo preguntaba era una expresión adorable, la forma en que el chico arrugaba su delgada nariz y formaba un puchero con su rosada boca, además de como clavaba sus ojos azules que le recordaban a los de un gato en esa hoja como si pudiera entender más fácil al perforarla con la vista.
—¿Cómo era tu vida en Francia? Ya sabes... Quiero saber al lado de quién estoy sentado.
—¿Sabías que la curiosidad mato al gato? Bueno... Estás sentado al lado de Nakahara Chuuya, un chico que nació en París, Francia, creció al lado de sus padres y su tío, que ama el atletismo y se interesa mucho en el patinaje artístico... Que perdió a sus padres cuando tenía catorce años... Y que actualmente es simplemente un idiota con resaca. En Francia tenía muchos amigos, ¿Sabes?, Es fácil que todos te sigan cuando eres un idiota similar al resto, nada ha cambiado. En Francia también era un idiota con resaca, al menos era uno local. Oh, y antes solía formar parte del coro escolar, me gusta mucho cantar. —admitio el menor con sinceridad, mientras el chico de los vendajes le miraba atento, le resultaba sorprendente la facilidad que tenía aquel pelirrojo de desenvolver sus palabras.
—¿No eres demasiado joven para beber?.
—Esa pregunta no puedes hacerla hasta que sea tu turno... Dime, ¿Quién eres tú? ¿Quién es ese tal Dazai Osamu que me mira hacer la tarea?.
—Yo... —no era la sensación francesa recién llegada en el colegio, tampoco era un cantante, definitivamente su vida era muy distinta a la de Chuuya— Yo nací en Japón, solo he salido de aquí junto a Mori-san y mis hermanos, así que no tendría una anécdota interesante que contarte... Nunca conocí a mi madre —mintió, con total seguridad, como si lo que salía de su boca no fuera más que la absoluta verdad—. Ella murió el día que yo nací, así que no sé nada de ella. Soy hijo único, por qué ella... Mi ma-madre —su voz fallo al decir eso, llevaba años sin pronunciar esa palabra que solo le traía un recuerdo a la memoria, que no era exactamente grato— murió, y mi padre no volvió a casarse nunca más. Mi vida no es muy interesante... Mori-san me contó de las complicaciones en el embarazo de madre, así que crecí con asma. No se si sepas cómo es eso... No practique ninguna actividad física, tampoco puedo cantar. Además juraría que soy un asco para eso —el castaño rodó los ojos, en una mueca de desagrado—, cuando tenía cinco años desarrolle un trastorno de ansiedad así que mi papá no me dejó ir a la escuela. Él murió cuando tenía once años. Y supongo que no hay más. Esta vez yo saltare el turno —dijo el castaño con voz apagada, Chuuya se lamento de hacer su anterior pregunta.
—¿Que te gusta hacer?. Tal vez tengamos algún gusto en común...
—Me gusta mucho leer —menciono el castaño en voz baja, levantándose de su asiento para buscar en su armario algo de ropa—, me gusta mucho la fantasía, ¿Sabes?... Me gustaría ser un héroe, alguien fuera de lo común, y extraordinario.
—Comparado a todos los chicos que he conocido ya eres alguien fuera de lo común —en lo poco que llevaba conociéndolo le había coqueteado en más de una ocasión, pero esa frase sonó muy diferente a sus preguntas coquetas con voz ronroneante, su voz era suave en esta ocasión, como si aquellas palabras fueran dirigidas para sus adentros, seguramente creyó que no le había escuchado. Pero lo había hecho, fuerte y claro—. Ya terminé.
El pelirrojo extendió sus labores recién terminados al castaño que los miró casi sin prestar atención, centrando más su vista en el pelirrojo, hasta que recordó por qué estaba ahí.
—Tienes un error. Pero lo hiciste bien... Además, no has terminado, eso es solo la tarea de álgebra.
El pelirrojo suspiro, un poco cansado, apenas iniciaba con los labores y sentía que su ambiente con Osamu se había vuelto un poco incómodo, aún así, lo miro salir de la habitación con su ropa en la mano, al igual que vendas nuevas, si el ambiente era incómodo, lo hacía mucho peor el hecho de que ahora lo dejara solo en su habitación.
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ʙᴀᴅ ɪɴғʟᴜᴇɴᴄᴇ (sᴏᴜᴋᴏᴋᴜ)
FanfictionEse chico es la tentación en persona, es un demonio con el cuerpo de un ángel, ha llegado a corromper su vida, todos le llaman una mala influencia. A su vida le hace falta una motivación, le hace falta algo que lo despierte y lo impulse, no le moles...