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En lo que quedaba de las clases no pudo concentrarse, ese chico pelirrojo se negaba de manera rotunda a abandonar su pensamiento, lo tenía a un alumno de distancia

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En lo que quedaba de las clases no pudo concentrarse, ese chico pelirrojo se negaba de manera rotunda a abandonar su pensamiento, lo tenía a un alumno de distancia... Quería levantarse y saludarlo, de todos los alumnos en el aula el había logrado capturar su atención de sobremanera, dominaba muy bien el idioma japonés y su acento era bastante bueno, creía que tal vez por ser Francés tendría un acento gracioso al intentar pronunciar el japonés. Pero parecía un hablante de toda la vida, además, su personalidad había capturado su curiosidad. Al igual que esa mirada traviesa, casi felina que le había dedicado.

Tal vez era por el nulo contacto que tuvo con otras personas en su vida y que sus hormonas estaban alborotadas por la edad, no lo sabía, pero se sentía atraído hacia el. Tal vez era que era un chico fuera de lo común, o tal vez simplemente su cuerpo reaccionaba ante la belleza de ese lindo pelirrojo.

Pero necesitaba con urgencia hablarle.

Sus manos estaban temblorosas, su frente sudaba, sentía que se le aceleraba la respiración y las vendas de su cuello apretaban. En el periodo de almuerzo no pudo ni siquiera acercarse a él. Pues estaba ocupado con otro chico, ahora que todos estaban saliendo necesitaba darse prisa para que el pelirrojo no se fuera antes que él.

—Pueden adelantarse, yo aún tengo que guardar algunas cosas. —dijo apenado a sus amigos, el peli-negro solo los veía mientras el albino miraba el aula semi-vacia.

—¿Esta seguro se poder irse solo a casa Dazai-san?.

—Mori-san enviara a un chófer y posiblemente a Kouyou-neesan por mi, en cuanto salga ellos estarán esperándome, no te preocupes Atsushi-kun.

Solo el peli-negro lo noto, el albino y el castaño se estaban despidiendo mientras el pelirrojo levantó la mirada rápidamente y clavó sus azules ojos en aquel castaño que se había vuelto si amigo. Aquel pelirrojo no lucía como una mala persona, tal vez solo le llamo la atención algo de lo que él castaño decía así que no presto mayor atención y se fue con su novio.

El castaño se concentro en seguir guardando sus cosas, se encontraba aún más nervioso, ya era el último en el aula junto a aquel pelirrojo, ya estaba a punto de guardar sus últimos lapiceros, pero estos cayeron al suelo, los recogió con un suspiro cansino, cuando levantó la vista encontró al pelirrojo mirándolo con atención, él estaba sentado y el oji-azul parado, aunque se veía algo pequeño desde esa posición se veía muy amenazante.

—¿Cuál dijiste que era tu nombre? —preguntó dedicándole una mirada fiera, con los ojos entrecerrados y profundos, clavados en sus orbes café.

—Osamu... D-Dazai Osamu...

—Dazai... —el pelirrojo pareció saborear cada letra del nombre del castaño, apretandolas entre sus dientes y su lengua, para el castaño pareció el ronroneo de un gato.

El castaño tragó saliva, nervioso, no sabía que era lo que él pelirrojo estaba haciendo, era claro que estaba jugando con él, tal vez lo hacía por molestarlo, o tal vez le estaba coqueteando. No lo sabía.

ʙᴀᴅ ɪɴғʟᴜᴇɴᴄᴇ (sᴏᴜᴋᴏᴋᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora