Capítulo 03: Inquietante calma.

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Estoy seguro que muchos ya me querían linchar por no subir capitulo, cuando el otro, cuando el otro, me agradaba que estuvieran al pendiente, pero claramente había dicho que me tomaría un tiempo para descansar la vista, cosa que no hice del todo. Estaba pensando en dejar una o dos en pausa por ahora, se imaginan que lo haga al azar y resulte esta, no ya me los imagino, quémenlo, seria entretenido de ver, pero como sea, no creo que este aquí para leer estas estupideces, están aquí para leer las estupideces que están más abajo,  y pues, disfrútenlo, espero que la espera valiera la pena, y si no, pues, ahí esta también.

Alguien se arrastraba por el suelo, en medio de un lugar que estaba cubierto de llamas y cenizas, era casi irreconocible, sus manos temblaban y se impulsaban lentamente con ellas para llegar a ese pequeño lago en medio del bosque. Recordó en momento en que nació, de cómo sus ojos se abrieron, y estaba bajo las aguas. La superficie de esta era iluminada por el sol de medio día, y al salir, se encontró en medio de un hermoso paisaje que era bañado por los rayos luminosos. Aquella vista era hermosa, aquel joven salió de agua y estaba parado sobre esta mientras que sus ojos no dejaban de maravillarse con lo que veían.

- ¿Este lugar es hermoso, no te parece? - aquel joven miro a la persona que le había hablado, viendo a una mujer de cabellera verde, era una mujer elfo, una belleza total, que hizo que el corazón de ese chico comenzara a latir - ¿Qué sucede, acaso te cautive? - no sabía cómo responder, movía sus manos y su cabeza sin saber si asentir o negar - no te preocupes, es solo una broma.

Camino hasta estar sobre la tierra, todo eso era muy extraño, no sabía dónde se encontraba, ni siquiera quien era, o quien era esa mujer que estaba. La vio acercarse, puso sobre sus hombros un abrigo para ocultar su cuerpo que estaba desnudo. Miro a esa mujer, y no sabía la razón, pero quería estar más cerca de ella. Aquella mujer se dio cuenta de esto, y acaricio su cabeza haciendo que sonriera y sujetara su mano para que ella no la apartara de su mejilla.

- Me llamó Roxane Ljos Alf, soy la reina de este bosque, y tu ¿Cómo te llamas? - no sabía cómo responder, abrió su boca, pero las palabras no salían - parece que no puedes hablar todavía, bueno es lógico, acabas de nacer - ella se quedó pensando un momento - ¿Qué te parece Belias? Ese es el nombre del antiguo espíritu de ese bosque - ella dijo eso, pero a pesar de que estaba sonriendo, se pudo escuchar una profunda tristeza en cada una de sus palabras - aunque, no creo que sea muy buena idea hacer eso, ya que eres alguien diferente - pensó de nuevo, hasta encontrar otro nombre - ¿Qué tal si tú no es Bell? ¿Te gusta? - seguía sin poder decir nada, tan solo asintiendo con una gran sonrisa en sus labios - que alegría, entonces desde este momento, tu serás Bell, el espíritu del bosque de Alf.

Una amplia sonrisa se formó en los rostros de ambos, aquel día había nacido el nuevo espíritu que se encargaría de proteger aquel bosque, se día, fue uno de los más felices de su vida. Mucho trascurrió desde entonces, momentos agradables y verdaderas torturas, batallas y festejos, había pasado tanto en tan solo 20 años, y Bell lo había vivido todo de la mejor manera que pudo. Tanto había pasado, pero siempre hay más sorpresas, como lo fue años más tarde, el nacimiento de la princesa, una pequeña de cabellos verdes iguales a los de su madre, una niña que ese tiempo, no pensaba que fuera su vida entera.

La crio junto a sus padres, la mimo y la amo como si también fuera su hija, nunca pensó, que su corazón latiría por ella, de una manera enloquecida, de una manera tan frenética, que era difícil de expresar. Siempre estaba junto a esa pequeña, o al menos lo estuvo, hasta una cruel batalla que duro 5 años, y en la cual, aquella mujer que le había dado nombre, fue asesinada. Se suponía que debía protegerla, se suponía que no debía dejar que nada le pasara, pero ahora, ella estaba tendida en el suelo, con una flecha atravesándole el corazón. Aquella fue la última vez que pudo ver a ambas, pero no pudo despedirse de esa pequeña a la que tanto amaba.

Bell Cranel. El espíritu blanco [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora