Capitulo 02: El espíritu que me cuidaba.

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¡¡¡Feliz año nuevo!!! Asi es, estaba más concentrado en el lemon de navidad que en hacer cualquier otra cosa, hay que tener prioridades, pero como sea este capitulo salio algo largo y algunos pensaran que esta pasando luego del prólogo pero es antes, todavía faltan otros 2 capitulos para que esto tenga sentido asi que esperen que en los siguientes 35 años los publico creo que para el 32 de febrero.

La luna llena brillaba en el cielo nocturno, y miles de estrellas decoraban el firmamento, aquella visión era encantadora, pero para un joven de cabello blanco, aquello podía ser 1000 más bello, algo que solo pudiera verse cada centenar de milenios, pero aun así su vista no se alejaría de la mujer que estaba delante suyo. Si mirada solo observaba a la joven elfo de cabello verde que también lo miraba, sus ojos brillaban con la luz de la luna y las estrellas que se reflejaba en el agua de aquel lago, y ese fue el más bello espectáculo que jamás vieron.

Bell se inclino haciendo una reverencia y ofreciéndole su mano, Riveria se cubrió la boca para evitar reír, pero no pudo ocultar aquella amplia sonrisa que dejo cautivado a joven espíritu. Ella acepto y suavemente sus manos se juntaron. Bell comenzó a caminar, Riveria vio que se acercaba al agua y le dijo que se detuviera, pero no le hizo caso. Ella pensaba que se hundirían y su ropa quedaría mojada, pero sus pies no se hundieron ni un solo milímetro. Se deslizaron sobre la superficie como si tratara de hielo, caminaron por salón de baile que era iluminada por las luces del cielo, avanzaron hasta estar en el centro de aquel pequeño lago y parecía que estaba de pie sobre la luna.

Riveria estaba sorprendida por aquella magia, recibiendo como respuesta una reverencia que ella imito. Aun sostenían la mano del otro, se acercaron más hasta que solo unos cuantos centímetros se interponían entre sus labios. Bell puso su mano en la cintura de Riveria, y ella sobre su cuello, se vieron fijamente y luego comenzaron a bailar. Estaban sincronizados, como si fueran uno solo, sus pasos sobre la superficie no cambiaban la imagen que estaba debajo de ellos, parecía como si danzaran sobre el cielo, como si la luna y las estrellas fueran su pista de baile.

- Siempre tienes otra sorpresa nueva para mi ¿Verdad? - Bell le mostro una sonrisa aun más amplia antes de decirle.

- Por supuesto, y te tengo una más - ambos se detuvieron estando en el centro del lago, con la luna rodeándolos como si fuera una esfera plana bajo sus pies. Bell comenzó arrodillarse, pero no saltaba la mano de Riveria, metió su otro brazo en las aguas y de ellas saco un pequeño anillo - ¿Te casarías conmigo? - su corazón latía con más fuerza, lagrimas de felicidad corrían por sus mejillas, se lanzó sobre él para abrazarlo y ambos terminaron de rodillas - ¿Puedo tomar eso con un si?

Riveria se separo y ambos se levantaron, ella levanto su mano y Bell estaba a punto de poner el anillo en su dedo, pero un ruido extraño los asusto. Eran estruendos, gritos, una lanza salió de entre los arboles y casi les arranca la cabeza a los 2. Riveria lo vio, eran su padre y una gran cantidad de guerreros de Alf, se asusto, y su miedo solo fue mayor cuando Bell soltó su mano y ella se hundió igual que lo haría una roca. Veía como su amado se alejaba mientras ella se hundía y todo se volvía oscuro.

Ella trataba de salir, pataleaba y se agitaba para llegar a la superficie, pero era como si algo la jalara hacia abajo. Todo estaba oscuro, no podía verse nada, pero una pequeña luz de color dorada se acercaba a ella. Riveria la atrapo, y entre sus manos lo que estaba era aquel anillo. Comenzó a llorar, su corazón había sido apuñalado pisado y quemado esa noche, lo había perdido todo, pero escucho una voz que la llamaba, ella busco en todas direcciones pero nada podía verse. Aquella voz fue cada vez más fuerte hasta que sus ojos se abrieron.

- Riveria ¿Estas bien? - le dijo Aiz cuando ella había despertado - parecías tener una pesadilla - Riveria se sentó en su cama y puso su palma sobre su rostro, la cabeza le dolía, pero ya no estaba en ese lugar.

Bell Cranel. El espíritu blanco [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora