Tristeza

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La lluvia empezaba a caer y la oscuridad se miraba llegar, donde una joven azabache miraba su celular en la vacía oscuridad de su habitación.

Domingo por la noche, frío y humedo clima, triste y deprimente atmosphera, sufrimiento persistente al que se enfrentaría sola.

Sus padres se encontraban en Lyon, una ciudad grande del sur, todos sus amigos se encontraban ocupados, Adrien y su padre estaban en tren camino a París tras pasar el fin de semana en Londres y Tikki se encontraba dentro de la caja de los miraculous con los demás kwamis, avisando que pasaría toda la noche con ellos.

Por primera vez se encontraba completamente sola, justo cuando sentía que estaba por derrumbarse.

Pensandolo mejor, siempre estuvo sola, solo que le gustaba pensar que no era así.

Era como una pequeña herida de papel, molesta y dolorosa.

Se sentía sola a pesar de tener familia y amigos. Se sentía triste a pesar de reir y mostrarse animada todo el tiempo. Se sentía débil aunque demostraba tener la fuerza de un huracán al momento de defender París.

Eso resultaba ser tan confuso.

-Talvez mi vida la escribió un doctor, no le entiendo nada.

Dijo pensando en voz alta, dando una risilla amarga.

Había lágrimas de felicidad y sonrisas de tristeza. Podía llorar de risa o reir de su llanto.

Llorar sin lágrimas y gritar auxilio sin emitir ruido alguno.

Sufrir en silencio y agonizar sin poder morir ni finalizar el tormento.

Se levantó y abrió la trampilla de su terraza, importandole poco que se mojara de lluvia parte de su habitación.

Se percató del momento justo donde supo que estaba tan mal, que ya no le importa nada.

Con un gramo de ilusión se sentó esperando en el suelo mojado, el milagrosamente coincidir con algún héroe gatuno, sintiendo en su interior que aquello no iba a suceder.

Descubrir que fantasear no costaba nada, pero que la vida odiaba a los fantasiosos.

Finalmente sus lágrimas fueron soltadas, a la vez que sus sollosos la traicionaron, siendo la representación perfecta del dolor mortecino que sentía en ese momento.

Su cabeza tocó el suelo mirando como las gotas impactaban en el, sintiendo su cuerpo helado y sus esperanzas muertas.

Necesitaba un abrazo que durara mil años, en donde se pudiera desahogar y llorar hasta que sus ojos se negaran a hacerlo.

Necesitaba tan solo un poco de consuelo.

Oh triste joven adolescente que lloraba sin esperanza bajo el abrigo de la lluvia, algún día fuiste una niña pequeña que le sonreía a la vida y mantenía iluminado su corazón.
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Lunes por la mañana y sus ojos se abrieron con cansancio.

Su ropa seca y su nariz algo fría, mirando como su kwami iba saliendo de la bola de los miraculous.

El silencio absoluto en su hogar hacía añorar los momentos donde tan solo podía buscar refugio en el cálido pecho de su madre, y dejar atras todos sus pesares.

Al instituto se aproximó dejando su cabello suelto, mirando a lo lejos llegar a Adrien en compañía de Kagami.

-Hola.

Se aproximó la japonesa a saludarla a lo que ella correspondió de la misma manera.

Adrien también la saludó sonriente, provocando que al mirar aquello, una sonrisa genuina fuera instalada en sus labios.

-¿Cómo estan?

Preguntó la ojiazul un poco animada, mientras Kagami tomaba la mano de Adrien, sorprendiendolo.

-Feliz se haber pasado por mi novio a su casa. Es extraño ya que ni siquiera voy aquí.

Le dijo sonriente señalando la entrada del gran instituto, ignorando lo extrañado que Adrien estaba.

Marinette sintió como si la esgrimista en lugar de haberle dicho 10 palabras le hubiera clavado miles de cuchillos, como si aquella oración le hubiera provocado un dolor más fuerte que el de mil cortadas.

-Me alegro.

Dijo mostrandole una sonrisa que nadie notó era falsa.

No había dolor más tortuoso que escuchar de algo que te hace mal y aún así sonreir.

-Kagami ¿Tienes un minuto?

Preguntó el rubio a lo que la mencionada asintió con una sonrisa, dejando a una sonriente Marinette despidiendose con la palma en la acera.

-Me enamoré perdidamente de unos ojos verdes hinoptizantes, que no me miran a mi.

Dijo para si misma por lo bajo sonriendo, mirando como se iban, Kagami tomandole del brazo y caminando a su par.

Le había dolido, pero tenía que fingir que no.

Ella quería ser la que le tomara de la mano, la que provocara sus suspiros al pensarla y la que el amara con intensidad.

Quería llorar, patalear y gritar como si fuese una niña pequeña, más en ese momento se encontraba sonriendo como idiota, intentando retener sus lágrimas en sus ojos, mirando al nublado cielo.

A ella le gustaba leer sobre historias de amor porque tenía el presentimiento de que nunca le llegaría la suya.

Sentir que estaba finalmente bien con su soledad para después abrir los ojos y darse cuenta que en si nunca estuvo sola, que lo único que deseaba era a una persona, pero que el nunca iba a estarlo para ella.

Talvez le estaba dedicando su amor a la persona equivocada.

Y lo peor era que no podía corresponder a nadie que no fuera el.

Un mensaje le llegó de su amiga, deteniendo sus pensamientos solo para leerlo.

"¿Vienes ya? Pronto llegará la maestra"

Decía el mensaje de texto, que ella rápido contestó.

"Si, hoy me desperté temprano porque peleé con la cama"

Recordó una broma que había escuchado antes y la escribió, sintiendo satisfacción al leer la respuesta.

"JAJAJA, que risa. Corré al salón"

Lo que causaba risa era que una persona tan triste como ella le escribiera algo a su amiga para hacerla sonreir.

Y sin pensarlo mucho, entró por la gran puerta en dirección a su salón.

A su espalda, un preocupado rubio intentó llamarla, tras haber tenido una fuerte discusión con la que no quería considerar más que su amiga, Kagami, mirando como la chica ya caminaba por las escaleras.

Giró a su espalda y encontró a la llorosa Kagami mirarlo con tristeza, negando para si mismo.

Sabía que amaba a Marinette pero no podía ser tan descarado como para ir tras ella frente a Kagami.

Fin.

¿Lloraron? Si su respuesta es no, prometo superarme para arrancar lágrimas de sus ojos.

¿Sabían que hoy 18 de Enero es el día más triste del año? O eso decía un estudio.

Bien, hoy quise contribuir a eso :D

Porfavor denme una estrellita si los hice llorar o por lo menos les arruiné su felicidad.

Tranquilos, pueden pasar a leer otra historia feliz en mi perfil.

En fin, lloren.

Momentos (One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora