Adrien tomaba sin preocupación una bebida sin licor en la mesa que estaba compartiendo junto con sus amigos en aquella discoteca, disfrutando de la despedida de soltero de Nino.
Kim miraba con maldad al rubio que tomaba su limonada con tranquilidad, rodando los ojos al recordar como Adrien nunca tomaba alcohol.
-Vamos, tienes 24 años, ¿Qué puede salir mal? Es la despedida de soltero de Nino. Toma un poco.
Intentó convencerlo antes de servirle un poco de la botella que tenía en sus manos, en el vaso donde tenía su antes limpia limonada.
-No me gusta tomar, recuerden que yo soy quien los cuida.
Kim negó mientras le pedía ayuda a Nino, que sonreía extendiéndole el vaso directo a su boca.
-Max nos acompaña esta ocasión, no tienes por qué preocuparte, el nos cuidará. Vamos, prueba, sabe delicioso.
Cuando menos se dió cuenta todo su grupo de amigos lo estaba alentando a que se lo tomara, y al sentirse presionado, se lo tomó de un solo sorbo.
-Bien, listo. Ahora a pedir una taza de café.
Dijo suprimiendo una mueca al haber sido doloroso en su garganta, mirando como sus amigos lo abucheaban
Iván le sirvió un poco más, mientras Agreste poco a poco comenzaba a sospechar que la finalidad de sus leales amigos era emborracharlo.
¿Cómo le podía pedir perdón a sus riñones e hígado?
.
.
.Adrien estaba feliz. Mareadamente feliz.
Estaba bailando solo en la pista, sintiendo la música y viviendo la vida.
Amaba ser un adulto independiente.
Sus ojos se entrecerraron al ver a lo lejos a alguien conocida, acercándose donde ella rápidamente, importandole poco haberse confundido por la poca luz
-¿Marinette?
Preguntó mientras la antes mencionada lo miraba y sonreía.
En efecto era Marinette y eso lo hacía extremadamente feliz. Tenía mucho tiempo que no la miraba.
¿Era su imaginación o se miraba espectacular?
-Adrien ¿Te sientes bien?
Le preguntó al mirar como se acercaba demasiado a su rostro, sintiendo el olor a alcohol de su aliento.
-Mejor que nunca ¿No te gustaría ir a un lugar más soligo? Digo solito.
Le dijo ya casi batallando para hablar, no notando la mirada de desagrado de la azabache.
Sin importarle poco tomó su mano para intentar seguir coqueteandole, sintiendo algo en su mano que le había dolido como morir por miles de cuchillos.
Un anillo de matrimonio.
-¿Estás casada?
Le preguntó mientras ella asentía, ayudándolo a caminar pues muy apenas se podía sostener.
Grande fue la sorpresa de la mujer al ver que el rubio estaba llorando escandalosamente, haciendo que sus amigos se acercaran donde el al mirarlo de lejos.
-¡Marinette esta casada! Todos estos años amandola y resulta que esta casada.
Gritó y tomó los brazos de Nino que miraba atónito como su amigo se ponía muy raro borracho.
-Dime que esto no es cierto. Marinette, déjalo, casémos y vámonos a una isla desierta.
Le dijo girando y tomando los brazos de Marinette que miraba con algo de incomodidad y pena el asunto.
-Tranquilos chicos, yo me lo llevo. Sigan en su fiesta.
Dijo la ojiazul, caminando con dificultad con el rubio rodeando su cuello, llorando y suplicando que dejara al hombre con quien estaba compartiendo su vida.
Cuando llegaron al estacionamiento, Adrien tomó a la azabache por sorpresa, dándole un largo beso que ella no se esperaba, quitandolo inmediatamente.
En cambio sacó las llaves de su bolsa, haciendo que el ojiverde a pesar de estar feliz por el beso, la mirara extrañado.
-¿Marinette, por qué tienes las llaves de mi auto?
Le preguntó mientras ella abría una puerta y lo ayudaba a meter dentro.
-Porque soy tu esposa. Llevamos 2 años casados. Voy a matar a Nino y Kim mañana por haberte dado alcohol.
Le dijo mientras intentaba cerrar la puerta del auto, sintiendo los brazos del rubio rodearle.
-Que bonita estás Marinette.
Le dijo mientras se sentía jalada hacia el, intentando zafarse sin éxito.
-Adrien, sueltame, tengo que conducir. Tikki, Plagg. Ayuda.
Los kwamis en cambio salieron riéndose escandalosamente.
-Hormonales, esperen a llegar a la mansión.
Y volvieron a entrar a la bolsa de la ojiazul que después de algo de trabajo, logró quitarse de él, y conducir hasta su hogar.
.
.
.Adrien sentía dolor. Su cabeza parecía querer explotar y su cuerpo le decía que no debía levantarse.
Con dificultad abrió sus ojos y se encontró con su amada esposa cruzada de brazos frente a el.
-Bogaboo, yo... sabes que nunca tomo.
La mujer no cambió su semblante, solo lo miró negando.
-¿Quien fué el primero que te dio alcohol?
Preguntó mientras miraba a su esposo que sentía fuegos artificiales quemandole la cabeza.
-No recuerdo con exactitud, por cierto ¿Qué hacias ayer en la discoteca?
Ella dio una risa malvada y lo miró recordando.
-Todas las chicas estábamos ahí, ya sabes, las despedidas de soltero luego se pueden descontrolar.
Y le dió una sonrisa antes de recostarse a su lado, feliz de que a pesar de que él no estaba en sus 5 sentidos, aún decía amarla.
Aunque Nino y Kim deberían comenzar a dormir con los ojos abiertos.
Fin
Esta idea la tengo pensada desde hace más de 6 meses, así que hoy decidí darme el tiempo para actualizar.
En fin, disfruten.
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Momentos (One-shots)
FanfictionPequeños momentos de las vidas de nuestros protagonistas. Misma linea temporal, orden no definido. Humor, Amor y Tonterías