6.

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Hmmmm ¿Dónde estoy? Parece ser la sala de espera de un hospital... ¿Qué pasó? ¿Cuánto dormí?

-señor Kujo, debe venir a reconocer el cadáver, necesitamos esa información para proceder a realizar la entrega.

-¿De qué me habla usted?

-vino usted con otra persona a reconocer los cuerpos de sus compañeros caídos, su otro compañero está en otra sede del hospital reconociendo el cadáver de otro compañero suyo.

-sigo sin entenderte mujer

-supongo que todo lo que ha pasado todavía te tiene un poco aturdido, no se mortifique, lamentablemente estás son cosas que pasan y ninguno de nosotros debemos de cargar con la culpa de una muerte. Es recomendable que reciba atención psicológica después de este fatídico acontecimiento. Si usted lo desea, podemos realizarle el tratamiento en este mismo hospital.

-enfermera, médica o lo que sea ¿Cómo quiere que le expliqué que no entiendo una jodida palabra de lo que me está hablando?

-aahg, usted solo sígame. -

No tengo ni la menor idea de por qué la seguí, sin reclamos ni nada por el estilo, pero mi cuerpo solo acato la orden, como si todo el mecanismo del cerebro fuese inútil y él se mandará solo.

Realmente me siento ajeno a mi cuerpo, es como si todo mi cuerpo entendiera todo lo que pasa en este instante, pero mi mente sigue perdida entre un vacío total.

Recorrimos lentamente los fríos y lúgubres pasillos del hospital. Durante toda la caminata he sentido un cierto grado de nervios y miedo. Es como si algo en mi cuerpo me intentara decir el porqué de mi estadía aquí, pero sus palabras eran calladas por largos hilos retenedores de información que no permitían llevar aquella información hasta mi cabeza. Decidí ignorar eso y continúe mi camino junto a la enfermera.

Después de un buen rato de caminar llegamos hasta una puerta metálica. Para este punto no había ninguna habitación. Los únicos habitantes de esta zona eran médicos y enfermeros que aprovechaban la baja iluminación del pasillo y se recostaban en camillas o sillas de espera para tomar un pequeño descanso de su ajetreado trabajo. Alcé mi vista para leer que habitación pertenecía a esa puerta metálica y de tan solo leerla sentí como un leve escalofrío recorrió mi cuerpo.

"Morgue"

La enfermera que me acompañaba llamo a la puerta, segundos después fue abierta por otra enfermera, quien nos invitó a pasar inmediatamente. Al dar un paso en aquella sala, el no tan acogedor frío de los cadáveres en conserva me recorrió el doble que el anterior escalofrío. La sala era silenciosa, tanto que podía escuchar el eco de mis pisadas.

Caminé lentamente mientras observaba los contenedores con nombres escritos de personas fallecidas que esperaban ansiosamente una cristiana sepultura. Estaba tan concentrado leyendo nombres que no noté cuando la enfermera paro en otra puerta color cobre con la cual casi me parto la nariz del tremendo golpe que me di.

—hasta aquí puedo llegar yo señor, después de esa puerta está el médico forense junto a los cadáveres recibidos recientemente, no tienen mucho de estar aquí así que no han sido embalsamados... Antes de que pase por esa puerta quiero decirle que respire profundo y este lo más calmado posible ¿De acuerdo? —al terminar sus palabras, solo la mire por debajo de mi hombro y sin decirle ninguna palabra entré.

—bienvenido señor, supongo que usted es la persona que viene a reconocer el cuerpo del pelirrojo ¿Estoy en lo cierto? —al escuchar pelirrojo mis nervios se pusieron el doble de punta, no quería pensar cosas que posiblemente no eran ciertas así que solo tragué un poco de saliva y asentí lentamente. —el cadáver esta por acá.—dijo el médico forense, incitando a que lo acompañase. Doblamos una pequeña esquina y ahí estaban, 5 cadáveres con todo su cuerpo enmantelado y que en su pie derecho llevaban una etiqueta con sus datos, a excepción de aquellos que no han sido identificados. —el cadáver es el número 5

~ a s e x u a l ~ (jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora