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5:45

He ahí a jotaro kujo, acostado en su futón mientras escuchaba como sonaba la fastidiosa alarma predeterminada por su celular Samsung. Quería cambiarla, pero cada vez que se decidía a hacerlo se le olvidaba por completo.

No quería levantarse de su futón, había pasado unas muy buenas vacaciones en la comodidad de su casa, también había viajado a new york para visitar a sus abuelos, que no había sido del todo su agrado porque que esa ciudad era muy ruidosa para el.

Dejando atrás esos pensamientos, se levantó y fue directo al baño de su cuarto dónde se lavó la cara con agua fría para despertarse. busco una toalla para entrar al baño y darse una ducha con agua fría para despertarse aún más del sueño el cual estaba apunto de sucumbir otra vez.

Duró aproximadamente 20-30 minutos en el baño, tomándose el tiempo de relajarse un rato y reflexionar que iba a volver a la rutina diaria de escuchar a las escandalosas de sus compañeras y las mil y un declaraciones de amor, a la cuál todas llegaban al mismo destino. Un "NO" por parte de él.

Cómo era el primer día de escuela le valió tres hectáreas el uniforme y sacó de su armario un suéter manga larga con cuello de tortuga negro, un jean blanco, una chaqueta de cuero negra con decoraciones de picos en algunos lugares y como no, su preciada gorra.

Todavía era temprano para ir al instituto así que se quedó revisando sus redes sociales hasta que se dieran las 7:00AM. Al entrar a sus redes como siempre se encontraba con niñas declarándose o solo diciendo un simple "hola" rebuscado para intentar entablar una conversación con el. Habían incluso señoras escribiéndole por "una noche de pasión" a cambio de cosas pero ¡Joder! El era realmente adinerado así que solo las bloqueaba y listo. A la única que le respondía los mensajes era a la jovencita que se sentaba a su lado en las clases. Normalmente le escribía para pedirle tareas que se le olvidaban o para tener una mini charla cuando se aburría mucho. Según el, ella no era tan aturdidora como las otras y por eso le caía bien.

Mientras revisaba su celular, le llegó un mensaje de su único amigo, Polnareff. Le preguntaba que si quería que fuesen juntos a la escuela, pero el quería paz y tranquilidad así sea por un día, por tal razón rechazó la oferta.

Se dio cuenta que ya casi eran las 7:00AM así que decidió levantarse de su futón y salir del cuarto para comenzar su día.

—¡Buenos días Jotaro! ¿Cómo amaneciste?—hablo su madre con ánimo, el no respondió y solo le otorgó una mirada de "estoy bien" cosa que su mamá entendió. Han vivido bajo el mismo techo por al menos unos 17 años, su madre ya sabía que expresiones hacía para comunicarse así que la comunicación entre ellos no era algo lo cual le preocupase.—cariño ¿Quieres desayunar?

—no quiero, no tengo hambre. Si me llega a dar puedo comprar algo de camino a la escuela.

—¡Esta bien!—respondió la señora kujo animada.—ten, aquí está tu almuerzo.—al ser de alta estatura jotaro tuvo que inclinarse un poco para recibir su almuerzo,  Holly aprovecho aquello y le dio un beso en la mejilla a su hijo.

—Yare Yare...—dijo jotaro, bajando su gorra para que su madre no viera la cara sonrojada de la vergüenza.—adiós.—pensó un momento en decirle o no las siguientes palabras, pero se resignó a decirlas, era su mamá y ella podía ser la única que las merecía por parte de el.—cuidate.— al escuchar eso lo ojos de Holly brillaron a más no poder y giró su cabeza para ver a jotaro, el cual ya se estaba poniendo los zapatos para irse a la escuela.

—¡Eso haré cariño! ¡Cuidate tu igual, te amo!—Gritó Holly, viendo como jotaro se iba a la escuela.

Mientras tanto con Noriaki, el seguía a la espera de que sus panes tostados aparecieran. Estaba preparado, se había levantado desde temprano para organizar su casa y a si mismo.

~ a s e x u a l ~ (jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora