17.

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Llega un momento de tu vida en el cual empiezas a plantear qué vas a hacer con esta, No importa la edad que tengas.

Normalmente, se ve en los adolescentes que están a poco tiempo de terminar sus estudios escolares... En estos momentos esa es mi posición.

Siempre pensé en dedicarme al diseño ¿Pero qué tipo? Hay tantas ramas de este arte, como pueden ser el diseño gráfico, de interiores, moda, arquitectónico, entre otros, de los que no recuerdo bien. Hasta ahora el que más me ha llamado la atención es el diseño de moda. Sin embargo, las estadísticas afirman que la gran mayoría fracasan o terminan siendo modistas, explotados en una empresa americana. Entonces, ¿qué será de mí?

Tantos pensamientos me ahogaban y tenía esa sensación del agua entrar en mis fosas nasales y llegar hasta mis pulmones.

Un momento...

¡Realmente me estoy ahogando!

Abrí mis ojos de inmediato y me levanté de aquella "piscina", tosiendo y vomitando todo al agua que logro entrar a mis pulmones. Mi respiración se agitó, por lo que me tomé un segundo antes de visualizar bien mi entorno.

Estaba en una piscina... No, más bien una casa inundada con baldosas similares a las de una piscina.

El ambiente se sentía extraño y ese peculiar olor a cloro que inundaba toda la casa no ayudaba en lo absoluto.

-¿Hola? -pregunté.

Como temía, nadie respondió. Solo sé escuchó de lejos el eco de mi propia voz, viajar por los pasillos que seguían y seguían hasta quién sabe dónde.

Intenté no desesperarme y mantuve la calma. Miré a los alrededores en busca de algo que no fuese agua, más fue en vano. A mí alrededor solo había agua con cloro, baldosas blancas en todas las paredes y unas escaleras de caracol que no me daban buena espina.

"Kak... Kak... Kak..."

Se escuchó el eco de un perturbador susurro.

No fue cinco segundos después que logré percatar que decía el diminutivo de mi nombre.

El susurro, que había empezado con una voz suave y lenta, se transformaban en susurros más agitados, con un toque de desesperación en la voz.

No reconocía para nada la voz que me llamaba. No obstante, creí que si se escuchaba así y me llamaba a súplicas, era una persona que necesitaba ayuda.

-¡Sé paciente, pronto llegaré!

Los susurros se hacían cada vez más abundantes y desesperantes, tanto que pensé en si iba a llegar a tiempo.

De repente, justo cuando pasé por una habitación obscura, todos los sonidos pararon y se escuchó un leve suspiro, tal que un último aliento.

Intuí que de esa habitación salían aquellos sonidos retumbantes, por lo que después de pensarlo dos veces me adentré con desconfianza a esta.

-¿Hola? ¿Estás aquí? - pregunté, más solo se escuchaba el chapoteo de agua que causaban mis pisadas. -¿Necesitas ayuda? Oí que me llamaste.

No recibí respuestas, y si las recibí con acciones o movimientos no los logré reconocer, pero ¿Cómo hacerlo? Si todos estaba a oscuras.

-aquí... -logré escuchar en la penumbra.

Antes de alcanzar a reconocer de qué lado provenía el sonido, un extraño objeto chocó contra mi pierna.

~ a s e x u a l ~ (jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora