Leona

6 1 0
                                    

Estoy agotada.

Siento que la cabeza me va a reventar.

Me acerco a mi mochila y saco una pastilla para el dolor de cabeza.

A pesar de que ayer saliera de fiesta, hoy tenia que trabajar, así que a las 9 de la mañana y habiendo dormido prácticamente nada por estar las dos anteriores horas con Adán estoy plantada en la barra del bar con el sonido de la cafetera taladrándome los oídos.

Aun así cumplo con mi trabajo a la perfección .

Me concentro en que en menos de 4 días estaré de viaje por ahí con mi amiga.

 Lo que me recuerda que tengo que ir a hablar con Marisa. Me dijo que fuera a hablar con ella y así hablaríamos de lo del viaje, pero me aseguro que si, que me podía tomar el mes siguiente y la mitad del que viene de fiesta.

Me seco las manos con un paño y me acerco a su oficina para reunirme con ella.

Toco a su puerta y cuando oigo su voz permitiéndome el paso abro la puerta y me cuelo en la habitación.

-Hola Marisa- digo con vocecilla de buena.

ES una cualidad rara que tengo pero muy útil, cuando hablo con personas mayores o fuera de mi circulo social me sale esa voz que dice "soy una niña buena y jamás he roto un plato".

-Hola Leona, ¿Venias por lo de las vacaciones verdad?- pregunta sin levantar la vista del móvil.

Podría por lo menos levantar la vista del cacharro... Después nos dicen a los jóvenes sobre educación y son ellos los primeros que están enganchados a las nuevas tecnologías.

-Emm... Si, para dentro de tres dias vamos...- dudo en si seguir, sigue sin mostrar atención cuando le hablo.

-Ahh, vale vale, pero me perece que no va a poder ser- Levanta la vista y fija sus ojos castaños en mi- Maria se va mañana y necesitamos todo el personal posible aquí.

-Pero me dijiste que si que podía tener todas las vacaciones que me debes... Tu misma lo dijiste ayer.

-Si si, se perfectamente lo que dije, pero ahora lo retiro, necesitamos gente aquí y punto. - Levanta la vista por completo del movil y yo creo que estoy a nada de ponerme a llorar- Ahora vuelve a trabajar que tienes mucho que hacer, parece que no necesites el dinero.

Salgo del despacho cerrando la puerta con suavidad al salir. Creo que me voy a echar a llorar.

¿Ahora que hago?

La tristeza se desvanece de mi cuerpo y noto como la rabia y la adrenalina característica de este sentimiento se apodera de mi cuerpo de pies a cabeza.

Giro mis pies en la dirección que he venido y abro la puerta de nuevo. No voy a permitir esto.

---

-¿Como se te ocurre?- Pregunta Vega entre risas

A mi no me queda otra que reírme con ella. La he llamado en un ataque de llanto desencadenado por mi despido.

Así es, mi querida jefa -ahora ex- me ha despedido, lo que me viene bien por varios lados, ya que así puedo irme de fiesta, voy a cobrar de golpe todo lo que me debe y además me va a pagar la indemnización por haberme despedido. Por otro lado tengo lo malo de no tener trabajo, pero soy una chavala con mucha experiencia laboral y confió en eso.

-Es que joder V, estaba hasta los mismísimos ovarios de cómo me trataba, además, el sueldo no era tan bueno...- Esto último lo digo para convencerme más a mi que a ella, soy consciente.  - Además tía, ¿Qué cojones? com el dinero de la indepnizacion todo será más fácil.

-Eso es verdad...

Se calla durante unos segundos, segundos que utilizamos para meditar.

-¿Qué tal con Adán ayer?- A pesar de la distancia que nos separa, se que está sonriendo de forma pícara. Le va a caer como un balde de agua fría la noticia.

-Pues muy bien, estuve muy a gusto con el, es un chaval atento y muy agradable.

Esta vez el silencio que se forma es uno cómico, uno que a mí me hace gracia pero a ella no, porque no a tenido la información que quiera recibir.

-Si, pero la cosa era si te lo "pasaste bien".  - Dice haciendo énfasis especial en las últimas palabras.

Y yo solo puedo hacer que reírme por la nariz.

-Vega, cuando e tramos por la habitación seguimos hablando y cuando estábamos a punto de besarnos me confesó que era gay.

Ella ahoga un grito y juro que puedo ver su cara de desconcierto.

-Pero, si os liasteis en el Lances tía, ¿que dices?

-Si lo se, pero el chaval lo hizo por aparentar.

Y le creo totalmente. Me explico que desde pequeño sus padres lo habían educado con valores muy conservadores, llevándolo a escuelas de monjas, a misas los domingos, a rezar antes de las comidas y todas esas cosas que yo jamás entenderé. 
Me contó que sus padres siempre habían comentado cosas en contra de el tema homosexualidad y que a día de hoy, aún teniendo el 25 años y vivir solo, no había sido capaz de confesar sus sentimientos.
Incluso el mismo llegó a mencionar que lo suyo muy normal no era.

Cuando le dije lo que toda persona normal le diría : que no tiene que avergonzarse ni preocuparse por la opinión de los demás y tener una charla sobre sentimientos muy profunda en la que los dos acabamos llorando debido a lo emocional y al nivel de alcohol en vena, me prometió que empezaría a ser sincero con la gente de su entorno y sobretodo con el mismo.

Esta historia se la resumo a Vega diciéndome que me contl que sus padres eran muy estrictos y que tenía miedo. La parte del llanto la omito.

-Joder, pues pobre, se le ve buen tío.

-Lo es.

Y se viene la parte más temida de la conversación post-fiesta.

-Que por cierto, ¿Qué coño le pasa a Raúl en la cabeza?

Y el recuerdo de el, dnadome una cachetada en el culo a dos manos frente a Marta viene a mí como un boomerang.
Recuerdo haberme girado dispuesta a meterle un bofetón al mamón que lo había hecho, pero en cuanto vi su cara, con una sonrisa en la boca y los ojos de Marta fijos en el punto en el que sus manos y mi culo habían hecho contacto, que me quedé petrificada.

No sabía que cara poner o que hacer ante esa situación tan rocambolesca.

Cuando ella salió gritando improperios con mi nombre detrás y con Raúl cogido de la mano, un sentimiento de satisfacción recorrió mi cuerpo.

Me gustaba que una chavala como Marta, que me había hecho la vida imposible desde el día uno en el que llegue aquí, se sintiera amenazada por mi, me producía una felicidad.

Por no negar que el hecho de que me gustará a su novio por encima de ella me gustaba más.

-Yo que se tía, tendrá serrín en la cabeza. Yo mientras no me venga ella a decir nada, todo bien.

-No se, pero cada vez la lista de gente con la que te tienes que pegar es más grande eh tía.

Aún sabiendo que tiene razón y que es preocupante que así sea, me río, y ella, como buena amiga que es, se une a esas risas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 25, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

GIRLSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora