# segunda forma

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724┆modern!au ☄︎fluff ⌇⸙͎ segundo día ೃ࿔almas gemelas ˎˊ-

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⸙͎ segundo día ೃ࿔
almas gemelas ˎˊ-

Donde todas las noches Ace tiene sueños extraños con un hombre rubio y elegante.

G A R G A N T I L L A S
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G A R G A N T I L L A S▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

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Se buscan. Se miran. Se sonríen. Desaparecen. Otra vez esa infinita. secuencia que le provoca a Ace unas tremendas ganas de golpear el suelo y destruirlo todo.

Sabe perfectamente que los sueños son raros y que muy pocas veces tienen algún significado oculto. Son tonterías, imaginaciones oprimidas que salen a la luz cuando el sentido común está distraído. Es ideal disfrutarlos, pero es frustrante entenderlos. Entonces, si los sueños no tienen alguna importancia y simplemente no merecen su atención, ¿por qué él está presente?

Desde pequeño, el deseo de Ace fue recorrer el mundo y conquistarlo, marcar su huella y mostrarle a los incrédulos que es diferente y no necesita de nadie para ser victorioso e imponente. Y la mayoría de la veces, sus anhelos más íntimos lo acompañan mientras duerme. Ace sueña que es un pirata, un bailarín, un pintor, un músico, un rey o un simple estudiante y siempre los escenarios tienen una cotidianidad mezclada con magia que le fascina y enternece. Está en París, en Inglaterra, en Honduras, en Italia, en Chile, en España, no importa dónde esté o qué está haciendo, al final Ace deja impresa su esencia personal.

Y lo que a Ace le molesta, le disgusta y le deja un mal sabor en la boca, es que hay una persona que logra resaltar entre su público y lo cautiva con su mirada somnolienta y su sonrisa de fuego. En el primer encuentro, Ace pensó que sólo eran imaginaciones suyas y sólo siguió disfrutando, pero conforme los sueños se volvían más reales, más profundos, Ace se lo topaba y volvía a enloquecer al ver sus ojos tintados de gris y de plata.

Intenta acercarse para hablarle, conocerle y preguntarle qué hace entrometiéndose en sus ilusiones secretas. Porque Ace nunca ha visto a ese hombre tan misterioso y silencioso, y aun así, tiene algo especial para atraerlo y sonrojarlo. Y Ace al menos quiere saber el nombre del tipo que logró conquistarlo sin decir ni una palabra cursi ni un piropo callejero.

Y ahí está el problema.

Sus manos son imanes que sin poder evitarlo, se atraen e intentan unirse. Y Ace mira al hombre, y el hombre mira a Ace; el hombre esboza una radiante sonrisa, y sin saber porqué, Ace le corresponde. Y sus pies se mueven solos, y a Ace le importa poco lo que sucede a su alrededor, sólo quiere satisfacer su curiosidad y hablar con ese apuesto caballero. Hablar con el caballero, estar con el caballero, tocar al caballero…

Repentinamente, el ambiente se difumina, el suelo tambalea y el cielo se parte en cientos y cientos de grietas que succionan y se tragan los elementos de aquel espacio creado por su mente. Y cuando está a punto de protegerse del desastre entre los brazos de ese maravilloso hombre, desaparece y su cuerpo se convierte en diminutos granos de arena.

Ace despierta con los labios resecos y la cara mojada de sudor. Tiene la respiración acelerada y los ojos muy abiertos. El sueño se acabó y con ello, la existencia de ese hermoso muchacho. Ansioso, Ace busca una fragancia frutal en la funda de su almohada y trata de visualizar el color de sus iris entre los pliegues de las sábanas. Y lo único que halla son sus lágrimas de desesperación y curiosidad. Harto de no poder conocerlo, harto de perder la cabeza por un extraño.

Y el pobre de Ace sufre a cada hora, cada minuto, cada segundo, de toda la bendita mañana, pensando en la silueta bien formada del desconocido y recordando sin parar el cristal de sus anteojos. Y Ace sufre porque nadie tiene las respuestas a sus preguntas y jamás podrá saber quién es él.

Cuando el sol se oculta y la noche está desfilando con sus mejores ropajes, Ace se acuesta en su cama de segunda mano, oyendo la risa burlona de las estrellas y sintiendo como el aire que sale del abanico le congela los pies. Está cansado, y pronto se dormirá. Pronto volveré a verte.

Y Ace no se rendirá hasta saber la verdadera identidad del hombre que aparece en sus sueños y le roba el aliento con su sonrisa de fuego y su mirada somnolienta. Lo seguirá buscando, le seguirá mirando y le seguirá sonriendo y en el momento menos esperado, los dos por fin podrán encontrarse.

—Oye, ¿cuál es tu nombre?

hacer sufrir a Ace is my religión

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hacer sufrir a Ace is my religión.

por cierto, kimi no nawa vibes slsldos ✨✨✨

¡gracias por leer!

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siete formas de encender tu corazón | marace weekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora