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Inspiré hondo y formé una sonrisa en mis labios colocando bien el pequeño micrófono alrededor de mi cara. El chico delante de la mesa de control y efectos especiales asintió y subí las escaleras llegando delante de las tribunas.

Iba a ser la primera vez que me dejaban hacer esto y estaba muy nerviosa, aún así no me acobardé y me armé de valor a la hora de practicar el discurso lleno de pequeñas bromas.

—Bienvenidos al Aquarium —exclamó llamando la atención de el grupo sentado en las tribunas—. ¿Qué tal sí empezamos con el espectáculo?

Animada y mirando las cientos de sonrisas de emoción de los pequeños e incluso de los mayores y comienzo con la exhibición de las divertidas focas. Junto con los entrenadores los animales aparecen en la tarima detrás de mí con una pequeña piscina, unas pelotas y unos aros.

Los pequeños ríen y aplauden con las focas y al terminar se las llevan para abrir la plataforma que deja ver debajo la enorme piscina donde al momento unos pequeños hocicos de delfines asoman y enseguida las niñas pequeñas chillan enamoradas.

El espectáculo de los delfines dejan a todos boquiabiertos y se ríen con mis bromas y la presentación va de maravilla hasta el final. Me despido haciendo una reverencia y los delfines detrás de mí hacen ruido como riendo y todos aplauden de despedida cuando me alejo despidiéndome con la mano.

Me quito el micrófono y se lo devuelvo al de electrónica y vuelvo dentro. Justo en el pasillo me encuentro al encargado que me sonríe.

—Enhorabuena Alexita —me felicita y se acerca demasiado—. Sabía que no me equivoqué contigo, pequeña estrella de mar.

Si no fuera el encargado le diría unas cuantas cosas por el apodo.

—Fréderic —digo con cansancio sabiendo sus intenciones.

Pone cara de fastidio y bufa.

—¿Cuándo aceptarás salir conmigo?

Me hago la pensativa y empiezo a caminar marcha atrás.

—Quizá después de que me dejes hacer otras cinco exhibiciones más —bromeo y él sonríe.

Fréderic es simpático, un buen jefe pero demasiado insistente conmigo. Empezó a llamarme pequeña estrella de mar porque el día de mi entrevista para el puesto mientras esperaba mi turno me pilló mirando la pecera principal con las estrellas de mar más pequeñas y sumando mi curioso tono de pelo de reflejo rojizo le dio el mote perfecto.

Es hombre bastante guapo con el pelo castaño ya con alguna cana asomando, los ojos negros como la noche y una sonrisa de mil voltios. Es siete u ocho años mayor que yo y tiene muchísima experiencia trabajando en este acuario por eso es el encargado de las exhibiciones y de los guías.

Salgo de la habitación y busco las escaleras.

Lo que más me gusta de este trabajo en el Aquarium es que los horarios son flexibles, los empleados son todos muy simpáticos y todos los trabajos van rotando, tanto te puede tocar algo cansado como alimentar a los animales, como ayudar a limpiar los acuarios, así como presentar las exhibiciones.

Desde el momento en que tuve que decidir que quería estudiar en la universidad tuve claro que quería estudiar biología y pasé los siguientes cuatro años de universidad especializándome en animales tanto acuáticos como terrestres y al año siguiente de terminar la universidad conseguí trabajo en el este acuario y mi felicidad casi estaba completa, sino fuera porque había cosas que faltaban en mi vida.

Llegué a la primera planta del edificio acercándome a la entrada donde la mujer de recepción, Clare, me sonrió y me señaló al grupo que me tocaba.

Esclava de ti [Esclava #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora