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Esta semana me tocaba trabajar de tarde. Era bueno en muchas cosas, como que no tendría que no me tocaría ninguna excursión escolar aunque eso también significaba que no me tocaría ninguna exhibición porque todas son de mañana. También podría dormir hasta tarde y bueno eso estaba haciendo hasta que mi móvil me despertó con una llamada entrante.

Con un ojo medio abierto conseguí encontrarlo en mi pequeña mesilla abarrotada de cosas.

Me froté el ojo y conseguí leer el nombre de la persona que seguía llamando de forma incansable, aunque ya me imaginaba quien era. La única persona que corta la llamada hasta que no le contestan. 

Llamada entrante de Señor egocéntrico.

—Hermanito —exclamo quitando la colcha de mis piernas para levantarme.

—Hola.

Uy. Vaya tono más lúgubre.

Me acerco a la zona de cocina de mi diminuto estudio y me sirvo un vaso de zumo de naranja.

—¿Qué ocurre?

Se hace el silencio.

—Ian —insisto.

Mi hermano mayor, Ian Stone, y yo tenemos una relación muy estrecha desde que tenemos memoria. De los tres somos los más cariñosos y apegados entre nosotros. Adoramos a nuestra hermanita obviamente pero ella es más de ir por libre y no le gusta tanto ser cariñosa como nosotros.

Por eso después de tantos años conociendo a Ian Stone, de tantos años compartiendo casa, aventuras y muchas conversaciones cargaditas de secretos sé cuando le pasa algo. Mas si en lugar de saludar alegre y egocéntrico como siempre saluda como si acabaran de matar a Bambi en sus narices.

Le marcó mucho esa película, por cierto.

—La futura señora Stone me dejó ayer.

—¿Por qué no me llamaste antes?

Ya me lo imagino encogiendo los hombros. Cuando está de bajón es de pocas palabras.

Es una persona que habla hasta por los codos y aunque a veces desees estrangularlo para que cierre el pico cuando lo hace no me gusta y quiero que hable tan animado como es él. Me gustan sus burlas y tonterías, me acostumbré a ellas y las necesito en mi día a día.

—Necesitaba un poco de tiempo para procesarlo.

No es que llevase mucho tiempo con esta chica pero mi hermano cuando sale con alguien es porque le gusta de verdad. Se vuelve un novio increíble. Es atento, leal, cariñoso, es detallista y demasiado divertido. Por eso no entiendo como sus novias pueden dejarle.

—¿Por qué quiso romper contigo?

—Dijo que yo no soy el chico indicado para ella.

Esa chica estúpida. No me cayó demasiado bien cuando nos la presentó y ahora me cae peor.

Mi hermano es único. En el buen y en el mal sentido, lo que en mi punto de vista hace un equilibrio perfecto. Una relación nunca será idílica, siempre hay conflicto y creo que eso le da chispa y emoción que hace que la relación madure y se aprecien las cosas buenas.

—¿Te gustaría venir a dormir a mi casa?

No quiero que esté solo. Pensar en soledad te lleva a tomar decisiones de las que luego puedes arrepentirte. Si viene aquí conmigo se despejará y quiero que vuelva a ser mi hermanito idiota y divertido.

—Sí, me gustaría mucho —noto su voz más animada y eso me gusta—. Saldré en media hora, podré ver por fin tu casa y me enseñas el acuario.

—Te llevaré pero no puedes meter comida en el recorrido.

Esclava de ti [Esclava #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora