II. ¿Quién eres tu?

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Narra Annel.

Siendo las 12 de la noche me hice la dormida cuando una de las cuidadoras se acercó a mi habitación para verificar si estaba durmiendo. Escuché como abría la puerta y entraba solo un poco para cerciorarse bien.

Trate de no moverme para que se fuera rápido, no tardó ni dos segundos cuando escuche la puerta cerrarse nuevamente. El horario para acostarse era a las 10, las cuidadoras decían que después de esa hora los niños no deberían mantenerse despiertas, a menos de que quisieran ser asustadas por los fantasmas de la noche.

Realmente no podía dormir, tenía una extraña sensación en mi estómago que hacía que me dieran cosquillas. Gire por toda la cama para poder acomodarme pero fue imposible, no quería ser asustada esta noche.

Unos minutos después, me envolví por completo y cerré los ojos forzándome a dormir, justo cuando creí poder hacerlo escuche la ventana de mi habitación ser abierta. La piel se me erizó por completo por los escalofríos, decidí quedarme inmóvil y con el alma a punto de salir de mi cuerpo a causa del miedo.

A los segundos los pasos de alguien se escucharon acercándose a mi cama, evite temblar para que no se diera cuenta de que estaba despierta y me hiciera daño, me sentí mal por no haberles hecho caso a las cuidadoras cuando decían que debíamos dormir temprano. Otro escalofrío cruzó por mi cuerpo alertándome de que el fantasma se estaba acercando mucho a mi, las lagrimas estabas por salir.

Pasaron los segundos y ya no escuchaba nada, pero todo se fue por el borde cuando sentí su respiración cerca de mi. Entonces su piel rozó mi brazo y deje que las lágrimas salieran, estaba aterrada.

¿Era posible que un fantasma pudiese tocarme?

Cuando creí no aguantar mas, paso lo que menos esperaba.

- Annel - Susurro mi nombre, lentamente abrí los ojos para encontrarme con un brillo dorado en toda la oscuridad.

- Aaaah!

Me reincorporé de golpe en la cama, miré la misma oscuridad por toda mi habitación y maldije por no prender mi lámpara. Saque mi mano de la manta y tantee a un lado de mi en busca del interruptor de la lámpara pero no halle nada.

Todo esto me parecía extraño, el aroma era distinto a lo que yo había puesto para que mi habitación oliese bien. Entonces caí en cuenta de todo.

El hombre entrando a mi casa.

La apuñalada en su estómago.

Y ser acorralada por el.

Trate de no entrar en pánico al saber que no me encontraba en mi habitación. Aquel tipo me había secuestrado y estaba segura que esta era su casa. Necesitaba salir de aquí de inmediato, no había rastro de aquel hombre así que tenía que aprovechar a huir.

Me quite las sabanas de mi cuerpo y trate de levantarme pero un fuerte mareo cruzó por mi cabeza, me tuve que quedar sentada por un tiempo. El dolor era un poco molesto pero nada que no pudiera soportar, cuando estuve por levantarme la puerta fue abierta.

El miedo y las ganas de llorar me invadieron por completo, gracias a la poca luz que entraba por la puerta abierta pude distinguir una silueta. Estaba segura de quién se trataba por lo que me subí a la cama y me fui hasta el final.

- Pensé que no ibas a despertar - Su tono de voz era difícil de olvidar, tan solo escucharlo me daba escalofríos. - Te has golpeado fuertemente..

- ¿Dónde estoy? - Le pregunté fríamente, no estaba aquí precisamente para platicar amablemente.

Almas Gemelas - Eres Solo Mia #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora