White Flower.

Coqueteos.

En el capitulo anterior...

PD 1: No te ves nada débil en plena acción y te ves incluso tierna mientras duermes.

PD 2: Gracias por ser mi esposa al menos una noche.

PD 3: Me dejaste tremendamente cansado, así que suerte para poder caminar."

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Y tal lo había puesto el más alto en la carta, cuando la azabache intento moverse una aguda punzada en su vagina la detuvo de todo movimiento, sentía como si aquella zona le escociera y es que hace mucho tiempo o más bien jamás había tenido sexo de esa manera, ni siquiera la primera vez con Gojo pues todo había sido rápido, sin una penetración completa y sin poder mirar nada.

-Este hombre de mierda –se quejó cuando se miró en el espejo del baño las marcas que tenía en las caderas, en su trasero y en su cintura por los fuertes agarres de ese gigante que tenía por esposo –Quizás un baño ayude.

Si bien sus músculos se habían relajado un poco gracias al agua caliente, el dolor en su cuerpo seguía allí; para disminuir un poco la fatiga que estaba sintiendo pidió desayuno a la habitación y luego llamo a Ijichi para que fuera por ella, estuvo a punto de ir a ver a Shoko para saber si su amiga podía mejorar su condición pero no quería entrar en explicaciones.

-Senpai –saludo el de anteojos cuando la vio – ¿Se siente usted bien? – la vio con algunas complicaciones para caminar.

-Solo algo fatigada- explico- Lamento que tengas que llevarme hasta Kioto, si tienes otra cosa que hacer puedes hacerlo, yo puedo tomar el tren.

-¡No!- grito un poco dejándola descolocada –Lo siento, pero si Gojo sensei sabe que no fui a dejarla a casa es capaz de matarme.

-No te dejes amedrentar por él, ese idiota pelos de escoba no es tu jefe, cualquier cosa puedes venir a Kioto – le sonrió haciendo que Ijichi suspirara un poco – ¿Estas bien?

-Es que no acostumbran a ser amables conmigo- Utahime lo miro apenada- No, lo siento, olvide lo que dije, la señorita Shoko siempre es muy amable.

-Sé a quién te refieres, no te preocupes.

El viaje hasta Kioto fue tranquilo con alguna que otra conversación de cosas triviales, entre esas la pregunta de Ijichi del porque Gojo había dicho que su apellido ya no era Utahime, concluyendo por parte de la azabache con un "Ya conoces a ese idiota" a lo que el pobre empleado solo atino a reír bajito.

Cuando se encontró en la soledad de su casa se puso a pensar en todo lo que había ocurrido la noche anterior y era como su la vergüenza hubiera vuelto a su cuerpo haciéndola revolcarse por la cama sintiendo vergüenza de ella misma por ser tan complaciente, sumisa y boca sucia.

-Eres una desgracia –se comentó a si misma- Con suerte cumple su promesa y jamás lo volverá a mencionar- suspiro – Es Gojo, me lo sacara en cara toda la vida.

Una semana después.

La azabache estaba dando una de sus clases cuando una visita inesperada apareció en la escuela, se trataba de su Senpai Mei Mei quien se había pasado a verla un momento antes de una misión.