De confesiones y Problemas.

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⚠🔞  Advertencia de Lemon 🔞⚠


En el capitulo anterior. 

-¿Entonces no te atreves? – Se acercó a su rostro- ¿Tan débil eres?

-Voy a ser tan feliz cuando te saque de una patada de mi casa, voy a grabar el momento si es preciso.


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Lo hizo a un lado para ir a colocarse el pijama, cuando volvió el de cabellos blancos ya estaba dormido en un lado de la cama que afortunadamente no era el de ella, ni siquiera sabía que Gojo tuviera ropa de dormir en casa pero al parecer estaba tan seguro que aceptaría la apuesta que había venido preparado, no tenía ganas de dormir en el sillón así que solo se acomodó en la cama cayendo en los brazos de Morfeo a los pocos minutos.

Cuando el sol ilumino temprano la habitación Utahime fue consciente que no estaba durmiendo sola y no era porque el más alto roncara o algo así, sino porque estaba siendo abrazada como si estuviera siendo presa de un pulpo, Gojo la tenía pegada a su pecho mientras envolvía sus piernas eternas a las de ella, lo peor de todo eso era la incomodo erección matutina que la azabache tenia pegada al trasero.

-Es demasiado temprano para estar aguantando malos ratos – trato de zafarse logrando que el más alto solo la atrajera aún más generando más roce- No seas desgraciado –susurro escuchando como Gojo resoplaba de lo más tranquilo –No puedo concentrarme si tengo tu cosa metida en el trasero.

Finalmente después de varios intentos pudo salir de la cama viendo como era remplazada por una almohada, se ducho y vistió para irse a sus clases, tenía un poco de dolor de cabeza pero nada que un medicamente para la resaca no resolviera, preparo el desayuno dejándole un poco al inútil que estaba durmiendo en su cama pues probablemente no sabía ni hervir agua.

-Te levantas demasiado temprano – hablo de pronto, apareciendo mientras arrastraba los pies por el piso y se restregaba los ojos – Desperté porque huele delicioso.

-Que tierno- susurro para sí misma cuando lo vio tallarse los ojos cual niño – Queda un poco de café y una tarta que me trajo mi madre hace unos días, si quieres algo más prepáratelo tú.

-¿Vas algún lado?

-A la escuela – dijo como si no fuera obvio- Tengo clases que dar, cosa que tú también deberías hacer ¿No?

-Tengo unos días libres, así que mientras tú trabajas seré un excelente amo de casa esperando por mi esposa como un cachorro obediente.

-Eso no te lo crees ni tú, solo estoy esperando que pase esta semana para celebrar mi triunfo en una de esas te queda bien el papel de payaso.

El de cabello blanco hizo caso omiso a sus palabras y procedió a comer cuanta cosa dulce encontrara en la cocina mientras la azabache se marchaba. Utahime continuo con sus labores en la escuela olvidando por un momento que su molesto esposo estaba en casa; cuando volvió a casa ya muy cansada se sorprendió un poco de las luces encendidas y del rico aroma que inundaba toda la casa.

-¿Gojo?- se asomó en la cocina pero ni luces de su inquilino hasta que se hizo camino por el pasillo quedando petrificada – Pero que...

-Pedí la cena y la estaba recalentando un poco en el horno –explico ante la perpleja Utahime algo sonrojada – ¿Qué te pasa?

White Flower.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora