Koeun

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Jeno ya no soportaba a ese gato y no porque fuese desastroso ni nada de eso sino que dejaba pelos por todos lados y Jeno simplemente no podía dejar de estornudar una vez llegaba a casa.

Podría cortarle la cabeza al gato y tirarlo a basura, entonces le diría a Jaemin que el felino escapó. O podría envenenarlo y Jaemin pensaría que fue cosa de algún vecino.

Después de todo tenían a Jungwoo, era como una mascota también. Jaemin acariciaba su cabello constantemente y se acurrucada con él como lo hacía con él gato.


Estaba un poco celoso de ambos.


Por la mañana cuando salió a trabajar pateó al felino quien se había cruzado en su camino.

Jeno trabajaba en una farmacia. Su antiguo empleo como repartidor había llegado a su fin el día que se mudaron. De cualquier forma este trabajo le gustan más.


Ese día en particular había llegado un chico nuevo que estaba estudiando medicina, algo parecido que Jeno no recuerda, y era muy callado, solitario a comparación de los otros dos que también trabajaban ahí.



—¿Todo bien? —Jeno se acercó a él. Estaban ellos solos en la tienda y no tenían clientes de momento—. No has dicho mucho.


—No tengo confianza al hablar con otras personas, no soy de aquí.


—Oh, ¿De dónde eres?


—Jilin, llegué hace poco.


—Oh, aún así eres bueno hablando.


—Es que practico mucho en casa.



Ambos rieron. Jeno no recordaba el nombre del chico.



—Sigue haciéndolo, seguro hablas mejor Coreano que yo.


—Deja de darme cumplidos o empezaré a pensar que estas coqueteando conmigo.


—Quizás eso esté haciendo.



Ambos se tiraron algunas miradas de doble sentido. Algo en el interior de Jeno sintió que estaba haciendo algo malo, como un remordimiento, ¿Pero por qué? Inmediatamente la imagen de Jaemin le vino a la mente, Jeno estaba seguro de que si Jaemin conocía a este sujeto también pensaría que era un chico lindo y mientras ese chico atendía a un cliente pensó en cómo sería el primer encuentro de los tres.


Joder, no debería imaginar ese tipo de cosas o entonces tendría un problema.


Los otros dos que trabajaban con ellos llegaron. Un par de chicos de los que Jeno tampoco recordaba sus nombres. No eran importantes.




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끽 kkig || ᶰᵒᵐᶤᶰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora