Carta a Carla

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Para Carla:

Hola ¿Como estas? ¿Te acordas de mi? Lo dudo, si nunca volviste a escribir. Fue raro lo que pasó en los ultimos dos años, me puse de novio. Fue mas o menos en la epoca en que nosotros nos pegamos ese par de escapaditas, donde finalmente terminó por ganar la carrera otra persona. Descuida, esta carrera imaginaria ocurría solo en mi cabeza, vos no perdiste nada: podrías haber ganado algo tal vez, no lo se, no me considero un premio digno de enarbolar. A veces me pregunto, Carla, ¿que habría pasado? de no haberme dejado rendir el instinto. Solo en un par de ocasiones fue que he deambulado por el camino que no me corresponde, siempre entre negros y blancos, entre amores y acostones pero con vos era distinto: eras un gris no lo suficiente para ser amor pero con un interes que me llevaba a pensar mas alla de lo que habia entre tus piernas. Nunca te amé, eso queda claro, no se si lo habría logrado pero nunca lo hice, tan solo me limito a mantener una promesa. Recuerdo claro, cuando ambos estuvimos sentados allí en el monumento, a unos cuantos besos de terminar en el primer hotel alojamiento que pudieramos encontrar, que me pediste que no te olvide: fue curioso no me pediste amor, no me pediste una vida a tu lado, no me pediste siquiera fidelidad, me pediste un recuerdo. He aquí con esta carta que yo vengo a cumplir mi promesa: te recuerdo, Carla. Recuerdo tu cuerpo delgado, tus mirada apatica, los leves atisbos de sonrisa que yo podía sacar con algún chiste estupido, recuerdo la cerveza que nos llevó a darnos un beso la primera vez y como ya no fue necesaria en el futuro, recuerdo tu actitud tan neurotica a veces interesante y otras preocupante (espero que hayas resuelto tus quilombos) recuerdo tus preocupaciones y, por supuesto, recuerdo tus besos dulces con esa mordida en los labios que vos misma decias que era la clave esencial en un beso, y bien que tenias razón.

Te cuento que hoy pasee con Anabela por el ultimo lugar donde nosotros estuvimos juntos, podía vernos como flashes caminando entre la multitud. De repente me vino la nostalgia, esa que siempre ataca, y me pregunte donde estabas, también me pregunté donde estoy yo. Caminamos un trecho más y te dije que me iba a ir por un tiempo, para olvidar y porque tenia ganas de viajar, ahí me preguntaste si yo era de recordar las cosas, que seguro iba a olvidarme pero te prometí que no. Así hoy vengo a dar por concluida esa promesa, porque hasta ahora he tratado casi sin esfuerzo de no olvidarte pero es hora de que mantenga caminando hacia adelante. A vos también he de sepultarte, Carla, en los recuerdos preciados que se miran sin la lupa de la añoranza, solo un dejo leve de nostalgia y una sonrisa como aquella que tan rara vez me dejaste ver.

¿Podes creer que todo esto lo inicie por vos? Por las palabras que nunca te pude decir, ya que lo nuestro tan no nuestro termino tan rapido, abrupto, un stop marcado y si bien te encontré por otros lados nunca pudimos detenernos a charlar ¿Habría funcionado Carla? ¿Habrías entendido mi desden o mi otro amor? ¿Habrias sido paciente con mis poesias y mis cuentos? ¿ Habriamos funcionado como uno o como dos separados, aferrados al otro en un beso pero no dejando que entré mas allá? Por favor te pido me contestes esto en tu respuesta, creo que es una buena forma de cerrar el libro, yo por el momento y hasta que llegué no le voy a dar muchas vueltas y voy a poner un punto final. Por lo pronto deseo de todo corazón que estes muy bien, no creo que nos veamos, hay más cosas en las que pensar. Te veré en los viejos recuerdos, como una amiga que me enseñó tanto.

Con todo su cariño, Marcos Cruz.

Marcos: La verdadera historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora