|VII|

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Los nobles rodearon a los rubios imperiales como si fueran hormigas.

Pocos quedaron a la deriva.

Luego de hacer una reverencia ante ambos, por fin pudo ver atenta y a lo lejos al famoso príncipe heredero.

Era un mocoso arrogante y malvado pero muy apuesto, el atractivo era de familia al parecer.

Incluso el viejo emperador lucía bien para su edad.

Cuando otras gemas cerúleo se posaron en su dirección apretó la copa con fuerza sabiendo lo que vendría al notar la sonrisa del otro rubio.

-mi querido hermano!.

Claude se mantuvo apacible a pesar de recibir la mirada de los nobles, quienes se apartaron para que el menor se acerqué al príncipe heredero.

La peli marrón dejó la copa y siguió a su prometido, que no se había dado cuenta de su acción.

-le deseo muchas felicidades, alteza imperial.

Hizo una reverencia ante su hermano que ensanchó su sonrisa, mientras el emperador se mantuvo unos metros atrás de su primer hijo siendo rodeado de algunos nobles que miraban de reojo la escena.

-veo que no has traído ningún obsequio, pero no importa, con verte es más que suficiente.

El menor se enderezó y lo miro con serenidad.

Ya no existía cariño o aprecio por esa persona ante sus ojos.

Athanasio sonrió ladeando la cabeza.

-pensé haber enviado una invitación a tu madre y prometida, quería que toda la familia estuviera junta -hizo una mueca de tristeza haciendo tensar al menor.

-mi madre le desea muchas bendiciones y prosperidad, lamentablemente por un inconveniente no pudo asistir.

-mmm~, ya veo, tal vez debería de mandar a traerla? -sus ojos brillaron con malicia y satisfacción al ver el rostro del menor ponerse pálido.

Los demás nobles, incluido el emperador, eran espectadores de lo sucedido.

La oji verde miro todo aburrida para luego lamer sus labios resecos.

______Flashback.______

-el príncipe heredero y el segundo príncipe no se llevan muy bien, su alteza siempre ha tratado de proteger a su madre pero es difícil, debes asistir al banquete para demostrar nuestra fidelidad y protección hacia el príncipe Claude.

El conde estaba sentado tras su escritorio viendo fijo a su hija menor.

-no te preocupes padre, podré hacerlo.

El mayor suspiro preocupado, era muy pronto para presentarla a la sociedad y más luego de ese accidente, pero no se podían negar a la invitación imperial.

-si ocurre algo entre ambos príncipes, por favor no te involucres, no sé de lo que es capaz el primer príncipe.

La miro con súplica mientras ella se mantuvo serena y luego le sonrió cerrando sus ojos.

-esa noche voy en representación de nuestra casa, deja todo en mis manos, padre.

El conde soltó una pequeña risa para luego levantarse y acariciar el cabello de su hija menor.

"𝐒𝐨𝐲 𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐘𝐞𝐝𝐢𝐭𝐡?!". ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora