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Por medio de la primer y antigua dama de compañía de la difunta condesa Yedith, quien ahora era la ama de llaves de la mansión, sabía que la condesa perteneció al condado Margarita.
Una casa de gran riqueza gracias a sus tierras fértiles que proporcionaban una gran variedad de alimentos al comercio y exportación a países extranjeros, logrando ser una casa fundamental y principal en el sector agropecuario del imperio.

Al igual que la casa Yedith, ambas casas se habían unido por una alianza política ante su posible derrota en dicho sector gracias a la intervención de una casa perteneciente al marquesado.
Gracias a esa unión el poder Yedith Margarita se mantuvo en lo alto, siendo la pieza principal del sector agropecuario y la más importante para la economía del imperio.

Con ello, ahora entendía porqué el emperador permitió que su segundo hijo se comprometiera con Penélope.
Y también entendía porqué Claude permitió que la casa Yedith siga existiendo a pesar de su descontento con la última hija de dicha casa.

Aunque en el manhwa ni en las novelas, que recuerde, explicaron mucho sobre el poder del condado. Pero ahora tenía lógica, aunque no encontraba lógica para que nadie se haya dado cuenta que Jeanette era una Yedith pura, la casa Margarita era importante en la nobleza, cualquiera que uniera las piezas sueltas podía armar el rompecabezas.

O tal vez los nobles prefirieron ignorar aquellas piezas por su propio bien, y Claude de seguro ignoró aquella posibilidad no solo por la importancia de la casa Yedith sino porque a pesar del resentimiento seguía teniendo sentimientos por Penélope.

En el manhwa Rosalia muere en un accidente natural gracias a la intervención de Lucas, que estaba "luchando" con el árbol del mundo, así que el poder habrá quedado en manos de Zenim y a su vez bajo el poder del ducado Alfierce, aumentando su valor entre los nobles y el imperio.
Por eso Claude dejó vivir a Roger y solo le hizo pagar una gran suma de impuestos por sus actos al estar bajo el control del "Anastasio".

La pluma de escribir en su mano dejó de moverla en aquel documento casi en blanco, miro pensativa lo poco que había escrito.

Martha tenía unas manos dignas de los dioses de la cocina y su hijo, quien era viudo, había heredado dicho don.
Esa familia estaba bajo su mando junto a sus habilidades.

Tenía planeado empezar un negocio con ayuda de Martha, en su recorrido por el pueblo notó que no había otro puesto de donas ya que muchos se adentraban en las manualidades con madera o trucos de "magia". Algo entendible gracias a los bajos recursos de los plebeyos para conseguir alimentos.
Martha tenía esa posibilidad gracias a su hijo quien trabajaba como carpintero en un mercado, que estaba bajo el dominio de un noble de menor estatus que un condado.

Un trabajo digno del arte pero que no era pagado como correspondía, pero qué podían reclamar los plebeyos si no tenían ninguna protección legal?.
Pero aquel dinero faltante lo complementaban con alimentos o costales de harina, azúcar y a veces verduras, los nobles lo llamaban un pago extra para el labor exigente de los débiles plebeyos.

Al principio Martha y su hijo habían dudado por su ayuda repentina pero luego lo aceptaban al saber sobre los gustos y caprichos peculiares de los nobles, y aquella jovencita era una noble gracias a que uno de sus caballeros fue hasta la casa de aquella mujer para darle una carta de la Yedith donde le pedía nuevos pedidos a cambio de una valiosa cantidad de dinero.

Pasaron días donde seguía pidiendo lo mismo hasta que le envió otra carta donde pedía su absoluta disposición laboral a cambio de un sueldo fijo, dinero suficiente para que su hijo no tuviera que trabajar y pueda ayudarla.
Ellos lo vieron como una bendición aunque mantenían el temor latente que aquella noble se aburriría en algún momento, pero aceptaron y aquel humilde puesto dejó de existir en las calles del pueblo.

"𝐒𝐨𝐲 𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐘𝐞𝐝𝐢𝐭𝐡?!". ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora