Parte Tres

3.5K 424 499
                                    

— ¡Yeosang, deja de correr! —Wooyoung gritó tras sus espaldas por tercera vez, jadeando por la necesidad de tomar un descanso—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Yeosang, deja de correr! —Wooyoung gritó tras sus espaldas por tercera vez, jadeando por la necesidad de tomar un descanso—. ¡Por un demonio, ni siquiera te gusta correr! ¡Detente!

Yeosang sintió sus pulmones arder y la ropa húmeda pegándose a su piel provocando que la fría brisa lo congelara de pies a cabeza. Sabía que actuaba erráticamente y que debió hacer una gran escena al escapar del banquete en un estado deplorable, pero no podía importarle menos.

Todo era incómodo y dolía, pero no tanto como le dolía el corazón.

Escuchó a Wooyoung y Yunho gritar a sus espaldas, rogando porque se detuviera y explicara qué demonios había sucedido, y Yeosang les hubiera hecho caso si no se sintiera tan malditamente traicionado.

Ellos lo sabían y no le dijeron la verdad.

No quería ver a nadie, no quería hablar con nadie y no quería detenerse ahí. Si se quedaba quieto a mitad de la nada la angustia se lo tragaría y todos podrían ver lo patético que era, por eso correría hasta su habitación aunque fuese doloroso, frío y humillante. Lo único que importaba era correr hasta sentirse a salvo.

Cruzó la gran plaza central y llegó al templo, levantando un par de miradas curiosas de los guardias porque era extraño ver a un sujeto con ropa húmeda corriendo como si su vida dependiera de ello mientras un par de chicos gritaban a sus espaldas. Yeosang ignoró todo hasta que estuvo frente a la puerta de su habitación, solo ahí se permitió voltear para encarar a sus amigos.

—Lo sabías, ambos lo sabían.

Wooyoung y Yunho compartieron una mirada. Yeosang entrecerró sus ojos notando el pánico en ellos.

—Tienes toda la razón en estar molesto y si lo necesitas te dejaremos en paz, pero sería bueno si nos dejaras explicarte —Yunho intentó razonar y Yeosang supo que en verdad estaba arrepentido por los ojos de cachorrito bajo la lluvia... aunque el que estaba empapado era él.

Yeosang suspiró pesadamente.

—Escuchen, ahora mismo soy un desastre... al menos por esta noche déjenme solo.

—No, imposible. Comenzarás a usar esa cabeza tuya para sobre pensar cosas y acabarás haciéndote daño. —Wooyoung empujó la puerta de su habitación y tomó su mano fría para llevarlo dentro—. Podemos explicarte después, no es necesario que te ofusques ahora.

—Lo que necesitas es cambiarte esa ropa antes de pescar un resfriado. —Yunho apoyó a Wooyoung empujando a Yeosang por sus hombros hacia el baño—. Relájate y hablaremos, ¿sí?

—Oh, estoy muy relajado.

—Sabes que no es verdad.

Cierto. Estaba enfadado como el infierno. Y quería llorar como... mucho.

A pesar de todo decidió que sus amigos tenían razón, no podía lamentarse en un estado deplorable, tal vez después. Tomó una ducha caliente para alejar el frío voraz de su cuerpo y decidió usar su cómoda sudadera sobre el pijama de satén, no importaba si no era apropiado, no pensaba salir a la luz del mundo en mucho tiempo.

• El Capricho de Ares • [JongSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora