Capítulo 5

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135 días antes del desastre.
10 de Agosto.

-Ok, hasta aquí. Ya no creo que pueda seguir ignorando esto.- se quejó Sanji.- Se supone que deberias ajustar las mangas y me has pinchado más de 5 veces con el alfiler.

-Lo siento por eso.- respondió ____ desanimada.

Sanji se le quedó mirando por unos segundos antes de abrir la boca para decir algo pero la volvió a cerrar. Le daría espacio, si quería contarle algo ya lo haría ella misma.

-Si no estas de humor solo dímelo y no te molesto. Debes de tener cientos de cosas en la cabeza.

-¡Espera! Espera, yo...

-Esta bien, cálmate, estoy aquí.

____ tuvo que hacerle la historia desde el principio. Sanji escuchaba con atención y trataba de entender su punto de vista porque él no sabía como se sentía que a tu omega le duela la ausencia del cariño de un alfa pero él si conoce otros dolores.

-Entiendo que no desee tener hijos ahora pero quisiera que al menos... que al menos... me tocara.- lo último lo susurró.- A veces quisiera que dejara de ser tan dulce, que un día llegara del trabajo, le diera por arrancarme la ropa y hacerme el amor.

Ella suspiró cansada. Porque si, estaba cansada. Iba a dejar de insistir con el tema y desde hacía casi una semana que dormía sola en su habitación, Neito comenzó a utilizar otra habitación.

Su relación llevaba un punto muerto.

-No te desanimes de esta forma, mira, seguro que van a superarlo. Las parejas casadas a veces discuten, creo.- trató de animarla Sanji.

El rubio la miró de manera comprensiva mientras pensaba que si ella supiera la verdad no estaría suspirando tanto por su esposo.

-Supongo que si.- ____ se levantó de la silla en la que estaba.- Dile a Bon que termine de ajustar la manga, quiero irme a casa ahora.

Luego de recoger sus cosas y tomar su bolso ____ se dispuso a abandonar el edificio de la empresa. Antes de llegar a su casa tenía pensado pasar por un café, comprar algo para llevar y comerlo en casa.

Se encontró a Zoro justo cuando las puertas se abrieron para que ella pasara. Al parecer acababa de sacar su moto del parqueo y estaba preparandola para marcharse. Ella se acercó con una media sonrisa para saludar.

-¡Zoro! ¿Ya te marchas?

-Ah, hola ____. Estoy cansado, tengo sueño y nada como la cama de uno mismo para dormir. Como ya terminé lo que debía hacer hoy pues... me voy a descansar.

-Ya veo, bueno, estonces nos vemos.

____ estaba a punto de marcharse cuando Zoro se ofreció a llevarla. Obviamente ella se negó repetidas veces ya que su chofer estaba esperando por ella en el parqueo pero cuando el peliverde le puso el casco en la cabeza rió y se rindió.

-Tú ganas. Jamás he montado en moto. ¿No es peligroso?

-Si estas conmigo estarás bien, soy el mejor conduciendola.

-¿Conduciendola?

-Si, esta es mi chica.- sonrió mientras acariciaba el asiento.

-No comentaré nada.- soltó una ligera carcajada.

La chica tuvo que aguantarse realmente fuerte del torso de Zoro ya que la moto iba a gran velocidad, más de la que le gustaría. En menos de media hora ya estaba frente a la casa de ____.

Se bajó un poco mareada, Zoro tuvo que sostenerla unos segundos porque tenía que cayera.

-Recuérdame no montarme en una moto más nunca, fue una muy mala experiencia la de hoy.

Él sonrió antes de tomar su mano y besar su dorso suavemente a modo de despedida. Luego volvió a montar en la moto para marcharse. Mientras tanto ____ esperó a que su vehículo dejara de verse para entrar a la casa.

Desde hacía un tiempo Zoro estaba bastante atento con ella, cosa que Neito ultimamente no hacía. Por ejemplo le comentaba sobre la ropa que llevaba puesta o le decía que se veía bonita. En realidad son cosas que no tienen importancia y que otras personas también hacían pero no todas se despedían dandole un beso en el dorso de la mano.

Por unos segundos esos pensamientos hicieron que sonriera levemente.

Entró a la casa tranquila, el silencio se respiraba por todos lados. Como no tenía nada que hacer ____ comenzó a hacer limpieza general de la casa. Tenía prohibido entrar al despacho de Neito si él no estaba así que ni pensó en pasar por ahí.

Las habitaciones que no se usaban tenian un poco de polvo acumulado pero no era nada que la aspiradora no pudiera solucionar. El suelo alfombrado que tenía la mayoría de la casa no era facil de limpiar así que usaba una aspiradora potente, tener el suelo alfombrado le permitía a ____ mantenerse descalza todo el dia y eso le encantaba.

Puso música para bailar en el equipo de la sala, un poco de salsa para escuchar mientras limpiaba y cantaba. Eso le gustaba y le ayudaba a despejar el cerebro.

Cuando más entretenida estaba tocaron a la puerta. La primera vez no la escuchó pero si escuchó la segunda vez. Ella detuvo la música y dejó la espiradora a un lado.

Abrió la puerta con una sonrisa pero al ver quien era el visitante su rostro cambió drásticamente.

-Doflamingo, ¿a que debo el honor de su visita a mi humilde hogar?

-Te ves decepcionada. ¿Esperabas a alguien más?- sonrió ladino.- Mañana regreso a España así que pensé en ver a Neito por última vez, aún no acordamos ciertas cosas.

-Neito no está pero no debe tardar, ya es bastante tarde. Puede esperarlo adentro solo disculpe el desorden que pueda haber, estaba haciendo una limpieza.

Dejó pasar al hombre para que se sentara en la sala, encendió el televisor para que se entretuviera en algo mientras esperaba. Ofreció algo para beber así que Doflamingo pidió un simple café.

____ se sentía nerviosa en su presencia, desde hacía tiempo había notado que él la miraba de forma rara. No es que pudiera ver sus ojos pero su mirada atravez de las gafas a veces la sentía fija en su espalda y era intimidante.

Un rato más tarde, en la noche, el silencio en la sala daba a entender que ____ no estaba cómoda con la situación.

-Creo que ya es muy tarde.- Doflamingo miró su reloj.- Supongo que me tengo que ir, no quiero importunarte más de lo que ya lo he hecho.

-Usted no me molesta.

-De todas formas me marcho, aún tengo que empacar maletas. Me hubiera gustado hablar personalmente con Neito pero supongo que tendremos que hablarlo por teléfono.

Doflamingo, al despedirse, también besó el dorso de la mano de ____. Ese beso solo le causó escalofrios y una mala sensación, no le agradó en absoluto. Aunque se sintió muy aliviada al verlo montarse en su auto para marcharse.

La verdad era que ahora estaba preocupada, ya era hora de la cena y Neito no daba señales de aparecer. Intentó llamarlo varias veces al celular sin respuesta algo que era más preocupante todavía.

Estuvo esperando por él hasta medianoche pero jamás llegó. Al final tuvo que irse a dormir, ella esperaba hablar con él y solucionar las cosas.

Al parecer la solución debía esperar un poco.

Mentiras [Zoro x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora