Por Ethan
La alarma de mi teléfono sonó como siempre a las 5am, después de una ducha salí a correr como cada mañana, me detuve sobre el puente Benjamín Franklin que atraviesa el Río Dalaware. Ya llevaban mas de dos millas recorridas y debería hacer el mismo tramo de regreso a la universidad.
Contemplé un rato la vista que me ofrecía el amanecer y retomé mi camino hasta la Universidad, todos en la fraternidad aún dormían, y algunos se comenzaban a despertar con cara de pocos amigos después de la cruda que se había puesto. Mi dormitorio era uno de los pocos que tenía un baño incluido, esa era una de las ventajas de ser de último año. Me di una larga ducha reflexiva, ayer había dado el primer paso de acercarme a Gianna o Bella como comenzaba a llamarla en mi interior, por lo que me vestí con lo primero que encontré pero siempre cuidado mucho mi aspecto físico, tomé mi carpeta y puse rumbo a la cafetería donde sabía que la podría encontrar.
El tintineo de la campana de la puerta indicaba que había entrado al local, di un recorrido con la vista al panorama, la mesa al fondo que siempre ocupaba estaba libre así que puse rumbo hacía ella, pero la persona que andaba buscando aún no llegaba, miré mi reloj y me di cuenta que aun faltaba cuarto para las nueve que es cuando ella llegaba a trabajar los fines de semana.
Empecé a realizar trazos en el papel, cuando el aroma a café inundó todo el lugar, levanté mi mirada y ahí estaba ella, hoy volvía a ocultar su bella figura debajo de un suéter super ancho, estaba colocando unas Donas en el estantería de muestra cuando me acerqué lentamente y tomé una de la caja que sostenía y la puse en mi boca.
-Qué haces?
- Solo tomó una Dona no podía esperar, muero de hambre y la linda mesera del lugar aún no toma mi pedido- la vi ligeramente sonrojarse pero su cara enseguida pasó al enfado.
- Me estás siguiendo-
- No cariño, llevo 4 años de universidad sentándome en la misma mesa día tras día para tomar mi desayuno, nadie se le resiste a los panqueque de Doña Dulce son los mejores en la ciudad después de los de mi madre claro está- adoraba desayunar en casa, mi madre desde que éramos niños los preparaba incluso compró moldes porque mis hermanas y yo solíamos pedir que tuvieran formas de animales, estrellas, aviones, corazones, todo lo que a unos niños de 8, 7 y 3 años se le pudiera ocurrir.
- Yo nunca te he visto-
- Siempre he estado ahí observando, se tantas cosas de tí que te sorprendería-
- Cuales?-
- se que cuando estás nerviosa como justo en este momento te llevas un mechón de pelo atrás de la oreja aunque no lo tengas suelto, que tú mano derecha la retuerce en un extremo de la sudadera, que te gusta la tarta de frambuesa y la de manzana porque son las únicas que te veo comer, que cada vez que viene el Sr. Anderson terminas regalándole el café, por el cual yo siempre pago el triple de lo q cuesta el mío para que no te quedes sin propinas y que cuando nadie te ve tarareas una canción, siempre es la misma aunque aún no descifro cuál, ya te dije me gustas y cuando alguien me interesa suelo querer saber todo de ella, porfavor acéptame una cita, tu escoge el lugar.- a medida que hablaba veía como sus ojos se abrían más y más.
- No se que decirte, me asustas-
- Solo quiero que me aceptes una salida y si no quieres solo cuando termines tu turno te espero en mi mesa y conversamos un rato, solo di que aceptas-
- vas a esperar hasta las 2 pm a que termine-
- Tengo todo el tiempo del mundo así terminó algo que estoy haciendo-
***
La vi moverse con agilidad entre las mesas llevando pedidos de aquí para allá, alguna que otra vez mis ojos se topaban con los de ella, y veía en su rostro aparecer una pequeña sonrisa, que encendía en mi una esperanza. Esa chica me traía de vuelta de cabeza, no se que había en ella pero me ponía nervioso, yo no suelo ser así generalmente hablar es mi fuerte pero hasta ayer no me había atrevido con Gianna.- Ahora sí soy toda tuya- si había oído bien pero sabía que no se refería a ser mía como yo quería, sino que era más bien literal.
- Que quieres almorzar?- pregunté cerrando mi carpeta.
- Que escondes ahí? - señaló mi carpeta y no sabía si mostrarle o no.
- Si te lo muestro tendré que matarte- le mostré mi cara de pocos amigos, ella me miró y me dió una desafiante.
- Quiero arriesgar?-
Le entregué la hoja en la que había estado trabajando.
Por Gianna
Mis ojos se quedaron clavados en el papel que sostenía mis manos. Lo analice por un rato era increíble, nadie nunca me había hecho algo igual. Era un dibujo de mi rostro.
-Soy yo pero...-
- Lo hice mientras trabajas, te gusta?-
- De hecho me encanta- quería quedarme con el pero el lo había hecho así que debía devolvérselo.
- Es tuyo si tanto te gusta- sus ojos claros se iluminaban y me encantaban verlos.
- Gracias-
Pasamos dos horas hablando amenamente, Ethan es muy divertido, y lo había jusgado mal, resultó ser muy parecido a mi, aunque el es un valiente, mira que en listarse en el ejército, yo para nada lo era, prefería renunciar a las cosas que luchar por ellas. Y debo de confesar que yo también veía a Ethan y por miedo nunca me acerqué a él.
- te llevo a tu casa- me dijo Ethan después de pagar la cuenta.
- ok acepto- me miró algo confundido- acepto que me lleves a mi casa y acepto salir un día contigo.
Talvez la valentía de el, me ayudaba a yo tomar decisiones más valientes y no salir huyendo como siempre hago.
Hala otro capítulo, espero poder actuar todas las semanas, no olvide dejar sus comentarios, me ayudan mucho.
Besos⚖️🖤
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La Ley del Corazón ( Familia Clarck Vol. 2)
RomanceHola soy Ethan Clarck, el menor del matrimonio entre Evan Clarck y Claire Moore. Mis padres son dos pilotos retirados que después de formar una familia se han dedicado a enseñar su profesión a cientos de personas apasionadas por las alturas. Ellos...