13. SU CUERPO, MI PERDICIÓN

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Por Ethan

La veía excitarse más a medida que aumentaba la velocidad del vibrador en forma de concha. La veo contraerse en el asiento del automóvil y sé que está a punto de correrse y la verdad es que yo también me muero por hacerla mía. Estaciono mi BMW X3 cuatro por cuatro azul y miro a mi alrededor ya ha anochecido y no veo nadie por los alrededores, zafo su cinturón de seguridad y sin darle tiempo a nada la subo sobre mí, tiro de la palanca del asiento del auto y lo muevo hacia atrás para dale espacio a los movimientos de Gianna.

En sus ojos veo el deseo y la lujuria que provocan estos encuentros furtivos, agradezco que lleve vestido nuevamente y le arranco las braguitas de encaje, la huelo y me la guando en uno de los bolsillos de mi uniforme. Voy levantando la falda dejando su bello culo al aire, con una de mis manos busco el juguetito que hasta ahora le ha dado placer a mi novia y sin lastimarla lo retiro lentamente de su interior haciendo que suelte un jadeo que me encienda aún más, su humedad me dice que está más que lista. La veo desesperada moverse encima de mí y libera mi erección en unos segundos.

Nunca pensé desear una mujer como la deseo a ella, adoro su cuerpo, cada una de sus curvas, como me hace enloquecer con su inocencia de la cual comienza despertar para aflorar una mujer segura y de la que me estoy enamorando como un tonto, con ella lo quiero todo y a su vez me preocupo porque no soy mi dueño, tal vez las cosas hubieran sido diferentes si no estuviera en el ejército pero a su vez no me arrepiento porque soy lo que soy y gracias a Gianna mi vida está llena de ilusiones y fantasías todo el tiempo, y pensar que buscaba adrenalina contante al estar en un avión de guerra y ahora la adrenalina que siento con ella es aún mejor que volar a velocidades supersónicas.

Sus ojos y los míos se encuentran, sonríe ante lo que estamos a punto de hacer. Mis manos suben y bajan por debajo de su vestido recorriendo su delicada piel. Ella me necesita tanto o más que yo y tomo mi erección y se encaja en ella como la amazona que es. Comienza a moverse marcando su ritmo sé que es feliz en este momento donde la dejo tener el control, el placer que me produce es totalmente embriagador, Gianna cierra los ojos y disfruta, me encanta verla, el goce que me produce es intenso, la chica inexperta se ha vuelto una experta, y sabe muy bien lo que me gusta. La veo arquearse y siento su vagina estrangular mi miembro, sé que está al darme todo su placer, la tomo de las caderas y la ayudo a aumentar sus movimientos para llegar juntos al clímax.

-Nunca me voy a cansar de ti- le confieso.

-Yo espero que no lo hagas- sus ojos me dicen que tiene miedo de lo que nos espera.

- Nada, ni nadie va a ser que yo deje de quererte, me tienes enamorado. Mi confesión la toma por sorpresa.

- cinco años- comienza a hablar, pero la interrumpo.

- No pensemos en eso ahora, llegado el momento ya veremos que hacemos- sé que no está conforme y a mí también me preocupan todos esos años y tengo miedo ya que la puedo perder, pero ahora solo la quiero disfrutar, porque no se por cuánto tiempo más después de mi graduación de la escuela de aviación pueda compartir con ella.

Nuestras respiraciones se acoplan y como ya he dicho hoy quiero hacerle el amor en todos los rincones de mi piso. Nos bajamos del auto y tomamos el ascensor que conduce al piso de mi loft, Gianna luce relajada, gracias a dios nadie hace uso del elevador así que me tomo ese tiempo para devorar su boca a beso, la tensión sexual que desprendemos es evidente, los besos las caricias van en aumento y cuando entramos por la puerta nos comenzamos a deshacer de las prendas de ropa, la desnudez de la mujer que me enamora me embriaga, la observo por unos instantes, quiero recordar cada detalle de su cuerpo.

La tomo de la cintura y le pido que enrosque sus piernas alrededor de mí y la llevo a la encimera de la cocina. Le exijo que habrá sus piernas para mí y ella como buena sumisa que es en el sexo lo hace sin dudar. Paso mis manos por sus piernas y cuando llego a sus muslos, los separo aún más, muero por comerme su sexo el cual está húmedo aun de nuestro encuentro sexual hace unos minutos.

La Ley del Corazón ( Familia Clarck Vol. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora