21. HE VUELTO A CASA

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Ethan:

Hoy es el día que tanto había esperado partiría a los Estados Unidos por 5 días, muchos del equipo están emocionados por el regreso a casa, después de las vacaciones seremos trasladados a una nueva base. Ya todos están en sus lugares y después de obtener el permiso para pilotar el avión de regreso a casa, subo entusiasmado a la aeronave con más de 100 soldados a bordo. Saludo a mi copiloto en la trayectoria el Sargento Maestre Logan Green, un moreno de 1.90m de ojos verdes, antes de enlistarse al ejercito jugó fútbol rugby y al igual que yo buscó en el ejército un modo de ganarse la vida.

Hablo a la torre de control esperando la autorización para mi despegue. Llevamos lentamente la aeronave a la cabeza de la pista, antes de poner la potencia de las turbinas a todo dar para alzarnos del suelo les hablé a mis compañeros con los que llevo casi un año, en algún lugar del desierto iraquí.

—Muchachos me alegra informarles que el cielo está completamente despejado por lo que tendremos un vuelo tranquilo pero lo más importante, ¡NOS VAMOS A CASA!

Se podía sentir el júbilo de todos los soldados a través de la cabina.

  ***    

El trayecto de regreso fue tranquilo y en el viaje mi amigo estuvo platicando de las cosas que haría con sus  niños al regresar a casa, Mackenzie pronto cumpliría su primer año y moría por verla, Rodrigo ya iba a prescolar y era un niño bien portado, ellos eran su bien más preciado, yo me demoraría en tener hijos ya que no me quería perder nada de ellos y aun me quedaban cuatro años, además primero le pediría a mi chica que se casara conmigo.

Ver territorio americano me hizo poner algo nervioso. Es irónico que lo diga cuando he estado en combates aéreos en más de una ocasión, pero lo que me hacía sentir así era tenerla a ella frente a mí, extraño ver sus bellos ojos, esos que me traspasan el alma, su piel tersa con cada una de sus pecas que se me de memoria, probar sus labios y la miel que desprende de ellos, explorar su cuerpo y hundirme en ella. Escaparnos de la realidad, ser nosotros dos en nuestra pequeña burbuja, y que solo Dios sea testigo de nuestro placer y quedarme mientras dure.

Fue un aterrizaje muy bueno, por no decir que magistral, esperé a que todos los tripulantes dejaron la aeronave y salí de último. A la orilla de la pista había cientos de persona, vi a mi compañero de vuelo correr hacia una mujer morena, con cabello rizado, en sus manos cargaba a la pequeña y hacia el corría un niño muy parecido a Logan, me sentí muy feliz por él. Veía madres abrazar a sus hijos, parejas besándose, niños abrazando a sus padres, lágrimas y riza.

Busqué entre el gentío a la única que sabía de mi regreso, Hope. No había podido guardar el secreto más tiempo, la verdad es que me moría por decirle alguien y quién mejor que mi hermana.

Ahí estaba mi chica adorada con un hermoso vestido de colores, zapatos altos, demasiado elegante para las 10 de la mañana.

—Mocoso.— Hope se abalanzó sobre mí con los ojos llenos de lágrimas.
Como si fuera mi madre me revisó, buscando algún trozo faltante.

—Estoy bien hermanita, de una sola pieza como lo prometí.

—Vamos que se hace tarde —tira de mi mano.

—¿Tarde para qué? —digo sin comprender.

—Hoy se gradúa Gianna— la sola mención de su nombre provocó una revolución en mi interior más fuerte que 100 guerras.

—En serio, por Dios, pensé que ya había sucedió.

—Pues ya vez que no, hasta el rector de la universidad está a tu favor.

Salimos como dos locos de la base aérea, ni siquiera saludé o me despedí de Logan y su familia, ya nos veríamos en esta semana.

—¿Ese es mi Corvette?— dije nada más vi el auto que me había regalado mi padre por mi graduación.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2022 ⏰

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La Ley del Corazón ( Familia Clarck Vol. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora