❄️「CAPÍTULO 9: ¡𝗖𝗢𝗥𝗥𝗘!」❄️

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Capítulo 9 | ¡𝗖𝗢𝗥𝗥𝗘!

En un extremo de la habitación llena de personas, llena de música y luces vibrantes de diferentes colores, se encontraba Frank sentado en un gran sillón de cuero negro, a su lado estaban sentados alfas y omegas que no conocía, pero sabía que eran ...

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En un extremo de la habitación llena de personas, llena de música y luces vibrantes de diferentes colores, se encontraba Frank sentado en un gran sillón de cuero negro, a su lado estaban sentados alfas y omegas que no conocía, pero sabía que eran de su misma clase social porque si no lo fueran no hubieran podido entrar a este departamento donde únicamente adolescentes nacidos en cuna de oro podían reunirse sin temor de salir en los periódicos debido a algún escándalo.

Donde podían disfrutar cómodamente del alcohol, drogas, sexo y sus privilegios.

Y en el otro extremo, donde se encontraba la barra, estaba el pequeño Alex agregando un trago más a su larga lista de hoy que no parecía tener un fin.

Cerverza, ron, vino, whisky, sangría, margarita, martini, piña colada, tequila, etc.

Intentando cegar su vista con las bebidas para no poder contemplar como Frank podría tirarse otro omega enfrente de todos sin remordimiento alguno, convirtiendolo el hazmerreír del lugar, ya que no era un secreto saber que Frank y él terminaban y volvían todo el tiempo, y en ese período de soltería el alfa abrazaba a otros omegas por las noches. Alex no los conocía, no podía juzgarlos, tampoco podía quejarse, aún así no podía negar que se moría de celos.

Quería gritar, llorar, golpearlo hasta el cansancio, hacerle sentir lo mismo, odiaba los sentimientos que surgían en su interior cada vez que esto pasaba, pero por mucho que quisiera Alex no podía dejar a Frank.

Suspiró tratando de ocultar sus lágrimas del barman.

— Otro, por favor —pidió esquivando la desagradable vista, pues por unos segundos sus ojos se cruzaron con los de Frank.

— Oye, amigo, ¿no crees que ya has bebido suficiente?

— ¡Cállate! Y sirveme otro, ¿para eso te pagan o no? —el contrario se quedó en silencio y obedeció— Lo siento, yo no, es solo que... -volvió a suspirar.

— No te preocupes, se ve que has tenido un mal día —sonrió tranquilo.

— Una mala vida —susurró—. Oye —se levantó de su asiento sin hacer mucho escándalo, inclinó su cuerpo hacia adelante, mostrando su bello rostro con los ojos brillando de la emoción— Tú puedes ayudarme — esbozó una sonrisa juguetona.

— ¿Yo? ¿Cómo? —arqueo las dos cejas sin intención de alejarlo.

Alex rodeó el cuello del hombre, que parecía ser beta, con sus brazos y lo atrajo hacía él, eliminando cada vez más el espacio entre sus bocas.

𝐆𝐎𝐑𝐃𝐎𝐅𝐎𝐁𝐈𝐀 ; MangelitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora