Llegaron al cuartel general, y comentaron entre todos lo sucedido.
- Greyback se está apoderando de manadas ajenas, ya no sólo controla a los que él transforma. -dijo Remus, con gesto preocupado.
- Lo agregamos para el informe de la próxima reunión. Si está reclutando hombres lobo, no puede ser nada bueno. -añadio Sirius.
- Yo no me preocuparía tanto, es uno más idiota que el otro. -agregó Tonks, mirándose en un espejo de mano, para curarse las heridas.- El problema es que quizás no tuviera a los más iluminados con él ahora, pero en un futuro sí. -chasqueó la lengua.- Tengo que irme a casa.
- Pero ¿Y tu cena de cumpleaños? -preguntó Molly Weasley.
Tonks sonrió.
- No me quedan muchas ganas de festejar hoy, Molly. Sólo quiero llegar a casa, darme un baño y dormir.
Molly iba a protestar, pero su esposo le puso una mano en el hombro y sonrió.
- Cenaremos mañana sin falta. ¿Está bien, Tonks? -preguntó Arthur.
- Por supuesto. Hasta mañana a todos. -saludó en general la chica.
- ¡Adiós Tonks! - se escuchó en varias voces.
Subió la escalera en dirección a la puerta de salida, pero la detuvieron.
- Espera, Nymph. -escuchó la voz de Remus. Se volteo a verlo.
- ¿Pasó algo, Remus?
Él negó con la cabeza.
- Sólo quería desearte feliz cumpleaños, aunque te envié un regalo a tu casa...no es lo mismo en persona. -se encogió de hombros.-
- Gracias...y no hacía falta ningún regalo, los miraré todos en cuanto llegue. Esta mañana me desperté tarde y no hice a tiempo. -explicó, y sonrió.- Nos vemos mañana. -se adelantó unos pasos y le dio un beso en la mejilla.
Luego, abrió la puerta con intención de salir, pero trastabilló con el paragüero.- Algún día voy a tirar ese paragüero a la calle. -protestó.- ¡No te rías! -añadió al ver que Remus sonreía con diversión.
- Me río contigo, no de ti. -replicó él.
Ella le sacó la lengua y dando media vuelta, se fue.
Remus volvió a la cocina de Grimmauld Place, y se sentó entre Sirius y James.
- ¿De qué te vienes riendo? -le preguntó James.
- ¿Eh? Ah, de nada. Nymph se ha llevado por delante el paragüero por millonésima vez en el mes.
- Ah...-comento James, mirándolo pensativo.
De a poco la gente comenzó a irse a dormir, hasta que solo quedaron los tres merodeadores.
- Oye, Remus...-dijo Sirius.
- ¿Si? -replicó él aludido, levantando la vista de unos pergaminos.
- ¿Te gusta Tonks?
- ¡Sirius! ¡Íbamos a hablarlo en otro momento! -se quejó James.
Remus miró a ambos, y sintió que, por alguna razón, la cara le ardía.
- ¿Qué están diciendo? ¿Están locos?
- ¿Locos por qué? Tonks es muy bonita. Yo porque es mi sobrina y no puedo verla de otra forma, pero sé que es una chica bonita. -respondió Sirius.
- Es preciosa. Y es inteligente, es amable, y la torpeza que lleva consigo a mi hasta me parece adorable. -añadio James.
- Ajá. ¿Y el hecho de que le llevo trece años? ¿Y de que soy un hombre lobo? ¿Y de que apenas tengo un pasar económico para mantenerme yo? -bufó.- No sean ridículos.