El chico guapo vino otra vez al hospital, llega sagradamente todos los días de visita a ver a su madre, junto a su padre. Le tengo que contar a Tomoko-chan que me enamoré, que hoy le hablo, hoy si que si le voy a hablar; va a estar un buen rato ahí así que tengo tiempo para llamarla y contarle. Tomé el teléfono del mesón del hospital y llamé a mi amiga.
Contesta, sé que estás en tu casa.-
¡Hola! Casa Higashikata.-
¡Tomoko soy yo!-
Hola Kyoko-chan. ¡Tanto tiempo! ¿Cómo has estado?-
Aquí, en el hospital, aburrida. Creo que me van a dejar para siempre atendiendo en el mesón.-
¿¡Y te quejas?! Al menos puedes sentarte, yo tengo que estar casi todo el día de pie.-
Basta, si no te llamé para eso, te llamé por algo importante.-
¿Pasó algo malo?-
¿Qué? ¡No! Ay, amiga; es que me enamoré.-
¡Me asustaste, estúpida!-
Es tan atractivo, Tomoko. Me enamoré a primera vista apenas lo vi entrar.-
No es un paciente, ¿Cierto?-
¿Cómo se te ocurre que haría algo así con un paciente?... Es familiar de un paciente.-
...-
¡Te escuché suspirar! No seas así, ¡él podría ser mi futuro marido! Esta es la historia que le contaremos a nuestros hijos sobre cómo nos conocimos. Viene a visitar a su mamá todos los días de visita, viene con su papá. Es un poco joven, pero es tan atento.-
Ya veo, ¿cómo es su cara?-
Es lo mejor que tiene, ¡se parece a David Bowie!-
¡COF COF COF! ¡¿QUÉ DIJISTE?!-
No hay hombres así de hermosos en Morioh, ¡es como un modelo de revistas!-
¿Y cómo me dijiste que se llamaba?-
No tengo idea, no he hablado con él aún, pero viene a ver a su mamá... a ver, déjame ver la ficha... viene a visitar a la señora Kira. Me encanta, hasta su apellido es lindo. Y como colmo de buena suerte, la señora está terminal así que cuando nos casemos no tendré suegra.-
Eres idiota... Oye, una pregunta absolutamente no relacionada, ¿aún te comes las uñas?-
¡Tomoko! Te estoy hablando de mi futuro esposo y me interrumpes para hablar de mis uñas. ¿Crees que a los hombres les molestan las uñas feas?-
¡NO! No, no es eso. Es que me lo comentaste el otro día y estoy preocupada por tí.-
Ay, que eres linda. Bueno, me ha ido mal, amiga. Intenté usar un esmalte con sabor ácido pero me acostumbré muy rápido y ahora me gusta; para colmo el jabón de aquí es horriblemente fuerte y los archivos están llenos de polvo, mis manos están asquerosas, no sé qué hacer.-
Ya, tranquila. Si quieres, un día de estos puedo pasar a verte y te llevo una crema que me funciona perfecto. Puedo ir en este mismo horario, es el horario de visitas, ¿no? Creo que ahí estás más desocupada.-
¡Qué buena idea! ¡No, mejor aún, llega antes! ¡Así lo podrás ver cuando llegue y nos quedamos comentando después!-
Estás loca, Kyoko. Además de que puede ser muy sospechoso, no quiero andar acosando hombres.-
Hipócrita.-
¡Hey! ¿Quieres la crema o no?-
Si amiga, si quiero. Ya, mira. Vienes a dejarme la crema, comemos juntas y después te quedas un poco más para verlo salir, eso no va a ser tan sospechoso. Viene los lunes, miércoles y viernes, desde las tres hasta las cinco de la tarde.-
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Me convertí en la madre de un JoJo
HumorUna transmigrada más, en una historia de hombres bellos y poses imposibles, lidiando con la maternidad. Qué podría malir sal?