Desperté para encontrarme confundida, con dolor de cabeza y unas ganas terribles de ir al baño. Además de que estoy tomando más agua, siento que con esto del embarazo paso más tiempo orinando que durmiendo. Todo me pesa en el cuerpo y mi vientre me aplasta tanto que no descanso. Las advertencias de mis compañeras que ya son madres no son mucho más alentadoras. ¿Cuándo voy a descansar? Acabo de despertar y ya me quiero dormir pero no puedo, porque una voz masculina me habla y se escucha muy molesto.
¿Pero cómo puedes ser tan irresponsable Tomoko? ¿Cómo no te das cuenta de tus actos?- Shhh.- le respondí, aún con los ojos cerrados.No me hagas callar. Ahora siéntate, tenemos que tener una seria conversación tú y yo.-
Suspiré y le obedecí, preguntándome cuál fue el terrible pecado que cometí esta vez para merecer el castigo que vendría para mí. Él me acercó una bandeja de desayuno, que al menos olía bien y era generosa.
No entiendo, no te falta nada en esta casa, y si necesitas algo me puedes llamar y lo traeré para ti...-
Siguió hablando, pero preferí tomarle más atención a mi desayuno. Llevo tres meses encerrada en esta casa muriéndome de aburrimiento. En mi vida pasada solía decir que podía pasar semanas encerrada sin aburrirme, me burlaba diciendo "los tontos se aburren", pero EXTRAÑO TANTO MI CELULAR Y TENER INTERNET!!! Tres meses no son suficientes para dejar de extrañar la tecnología. El que no tenga permiso para salir tampoco me hace sentir mejor.
¿Me estás escuchando?-Si, si. Te escucho.-
Se escuchaba molesto, pero lo ignoré y seguí comiendo. Me sentía tan frustrada que, a pesar del buen sabor, no podía disfrutar mi comida.
Después que me desmayé en el colegio y pasar unos días con una fiebre muy alta, el médico me recomendó guardar reposo hasta el final del embarazo. Desde ese momento mi padre me suspendió de la universidad para que pudiera quedarme en casa. Reposo absoluto, apenas si me puedo levantar. ¡No he sabido nada de Reimi o de Kira, justo ahora que ya podía identificarlo! ¿Cómo voy a salvarla? Me desvelaba pensando en ese problema y en cómo el protagonista aplastaba mis órganos internos.
Bostecé.
¿Dormiste mal?-No, papá... No te preocupes.-
A pesar de todo, quise calmar a ese buen hombre. Le sonreí con cariño mientras tomaba su mano. Lo vi suspirar y sonreír levemente en respuesta.
¿Por qué fuiste a comprar? ¿No podía esperar a que yo llegara y traértelo? ¿Qué hubiera pasado si te hubieras accidentado en la calle?-Tuve... tuve un antojo.-
Me miró algo frustrado pero dejó de discutirme. Pude leer en su rostro que no podía siquiera imaginarse los síntomas por los que pasaba, así que se limitó a acariciarme el pelo.
Me encontré con la señora Nijimura, dijo que vendría a visitarte en la tarde.-¡Qué bueno! Espero que me traiga las galletas de la última vez. Siento que no la he visto desde hace mucho.-
Ya son tres meses de eso, me quedan tres más. Ciertamente nunca estoy del todo sola con ese pequeño JoJo pateándome todo el tiempo, aunque extraño terriblemente el conversar con adultos de mi edad. Mis amigas de la universidad vienen a verme cuando pueden y la señora Nijimura una vez a la semana; pero después de leerme todos los libros de la casa, tejer todo lo que sabía, ordenar mi habitación una y otra vez hasta que descubrí que incluso me mareaba por estar mucho tiempo de pie; finalmente estaba enloqueciendo.
Quería mi celular, quería internet, quería poder salir a caminar... por la mierda, quería dejar de sentir que mi cuerpo estaba en mi contra; pero por sobre todas las cosas, quería saber de Reimi y cómo poder salvarla. Ella y Josuke apenas si me dejaban dormir por las noches. ¡Necesitaba una forma para encontrarla y hacer algo por ella! ¿Para qué otra cosa habré llegado a este mundo si no es para hacer algo?
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Me convertí en la madre de un JoJo
فكاهةUna transmigrada más, en una historia de hombres bellos y poses imposibles, lidiando con la maternidad. Qué podría malir sal?