Con mi mano no metálica atrapé la cabeza de la señorita Tomoko antes de que se golpeara con la mesa. Tengo vagos recuerdos al verla así de ebria, quizas porque la vez anterior yo estaba mucho más borracho. No es que no quiera beber, pero ella se tomó mi bebida antes de que pudiera protestar.
Además me recuerda a las veces que la abuela Erina se quedaba dormida bebiendo té después del almuerzo.
¿Qué? ¿Qué pasó?-
Nada pasó, todo está bien señorita Tomoko. ¿No cree que es ya una buena hora para ir a dormir?-
... ¿No? No quiero ir a dormir. ¡Quiero a mi hijo!-
¿Qué tal un poco de agua?-
¡Tampoco! ¿Sabes hace cuantos años no bebo alcohol?-
Según lo que le respondí las tres veces anteriores que me hizo la misma pregunta y no se acuerda, decidí que la mejor opción es guardar silencio, pero no por tanto tiempo como para que se vuelva a quedar dormida, porque ebria y todo tiene el sueño muy ligero y no voy a poder llevarla a su habitación. Me alegra el que pareciera que está superando lo de Enya-ba bastante mejor de lo que creí.
Huh, tengo una sensación de deja vú.
Desde que me embaracé. No, desde que me embarazaste... No, desde que decidí tenerlo. Pensé en no hacerlo, ¿sabes?, como por medio segundo, pero lo pensé.-
Tienes el derecho de pensar en lo que quieras sin sentirte culpable.-
Te odié mucho también.-
Oh.-
Yo no quería ser madre, menos tan temprano y menos MENOS soltera. Me hiciste pasar tres de mis cuatro peores miedos. Yo... yo lloré mucho.-
La escuché comenzar a sollozar y si ya me aprendí el patrón de su proceso alcohólico, en poco le dará hambre. Hice un gesto con la mano al mesero y le mostré un gran billete para acelerar las cosas, les hice que trajeran un plato con papas fritas y después algo dulce.
¿Sabes si en este lugar tienen karaoke? Quiero cantar algo de Juan Gabriel.-
¿Quién?-
¡¿Quién?! Típico de gringo. Bueno, siempre supe que no eres inteligente en todo, pero Juan Gabriel es cultura general, no me importa lo que digas.-
Lo más sabio es no discutir en este momento con ella, o nunca. Claramente el lugar no tenía el karaoke con el misterioso cantante que ella tanto presume, pero se conformó con lo que había. La escuché cantar mientras me quedé pensando en todas sus confesiones. No me imaginé que me odiaba tanto, ni que había sido tan dificil ser madre soltera. Claro que sabía que no es sencillo, pero no pensé que iba a ser todo lo que ella me describió.
Es primera vez que me siento como un viejo miserable. Ya me sentía bastante mal cuando me contó todo lo que está pasando en este momento con Josuke, ya que si alguien puede entender la preocupación de un hijo enfermo por culpa de DIO soy yo; pero perdí años de vida cuando me contó que soy más viejo que su padre. Me sentí envejecer diez años con esa frase.
Lo peor de todo es que toda su vaga charla de familia me hace extrañar terriblemente a Susy Q.
¿Cómo le voy a explicar lo que hice? Me aterra pensar en como Susy Q. va a odiarme, el resto de la familia también... Como si tuviera tiempo para pensar en eso cuando aún no hemos derrotado a DIO y mi pobre hija sigue en peligro... Mis hijos.
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Me convertí en la madre de un JoJo
HumorUna transmigrada más, en una historia de hombres bellos y poses imposibles, lidiando con la maternidad. Qué podría malir sal?