Capitulo cuatro

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Supongo que ni correr me ayuda, he estado corriendo los últimos 45 minutos y aún así no parece ser suficiente para que mi cabeza se calle de una vez por todas.

Lo único que hago es pensar y pensar, al estar estudiando puedo ignorarlo y concentrarme de verdad pero cuando es otra cosa definitivamente parece que mi mente no quiere callarse.

Lágrimas empiezan a hacerse notar en mis ojos, y dejo que caigan hasta pasar por todo mi rostro. Aumento mi velocidad y puedo sentir como mi corazón va aún más deprisa que antes, cojo aire por la nariz y suelto el aire por la boca múltiples veces hasta que siento que ya no puedo más y paro.

Tengo la misma sensación de falta de aire como cuando me di cuenta de que ella no recordaba nada.

Me senté en un banco y inmediatamente me tapé la cara y comencé a llorar. En ese momento sentía un par de gotas haciendo contacto con mi piel, pero ahora mismo eso no me importaba. Mejor si llovía, así no se darían cuenta de que llevo esta cara de mierda por llorar.

Y es por eso que a veces amo la lluvia, las lágrimas se borran mientras tú caminas y todos piensan que estás bien.

***

Al llegar a casa estaba más que agotada, mojada y sudada.

—¿Clarke? —escucho decir a mi padre cuando me ve.

—Papá —le digo en modo de saludo—Te daría un abrazo pero no estoy en condiciones —sonrío apenada.

—Tendrías que haberte venido a casa ya cuando estaba empezando a llover —protestó desde el otro lado del salón mi madre.

—Hola a ti también mamá —digo irónicamente—Ya estaba un poco lejos de casa así que por eso he tardado más en volver —intento defenderme.

—Podrías haberme llamado para ir a por ti —contraataca y dando por finalizada la conversación.

—¿Qué hay para cenar? —pregunto para cambiar el rumbo de la conversación.

—Hemos pedido comida china —por fin mi padre vuelve a formar de nuestro intercambio.

—Genial, voy a darme una ducha y bajo —respondo mientras subo las escaleras.

—¿Crees que está bien?

—No, claro que no —responde Jake—Prefiero que por lo menos intente seguir con su vida a que se encierre todo el día en su habitación.

—Va a ser difícil ¿sabes? —habla Abby con tristeza—Hemos estudiado más a fondo su cuerpo y una parte de su cerebro está muy dañado.

—¿Qué posibilidades hay de que recuerde todo? —pregunta temeroso.

—Estamos hablando de por lo menos un 20% —responde con la mirada en el suelo.

—Esto es una putada —suspira cansado Jake—Sólo espero que Lexa esté bien y que pase algún tipo de milagro y recuerde todo —habla con algo de esperanza.

—Ojalá y sea así —dice Abby—Por el bien de todos y sobre todo la de sus padres y la de nuestra hija espero que sea así.

—Hay que estar preparado para todo —añade—Tenemos que estar preparados por si nuestra hija tiene su primer corazón roto —dice con nostalgia y desagrado.

—Lo estaremos —le tranquiliza la mayor de los Griffin con una suave sonrisa.

—Lo estaremos —repite Jake.


***


Subí las escaleras con rapidez para estar el menos tiempo posible con la ropa mojada.

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