Capitulo cinco

83 11 0
                                    

—Bueno...—Raven rompe el silencio que se había hecho entre nosotras al entrar en el apartamento.

Ladeé la cabeza hacia su dirección y suspiré.

—Vamos a por lo que venimos —dije de forma que no daba pie a decir nada más.

Vi que abrió la boca para protestar pero la ignoré y pasé de largo por el salón a la habitación, respiré de forma trabajosa cuando entré. La habitación tenía el olor más fuerte a ella, paseé la mirada por todo el lugar y finalmente mis ojos llegaron a mi objetivo.

Me acerqué a paso lento hasta llegar a él y cogerlo.

—No puedo creer que te hayas negado mil veces a entrar incluso para venir a por tu ropa pero para venir a por eso no —escuché a mis espaldas la voz indignada de la morena.

Puse los ojos en blanco y pegué el peluche a mi pecho.

—Has dicho que no dirías nada —le recordé arqueando una ceja.

—¡¡¡Pensé que querrías venir a coger algo como un portátil o dinero!!! —exclamó de manera exagerada.

—Este peluche vale más que esas cosas que has mencionado —dije con cierto recelo.

Suavizó su mirada y hizo un gesto para irnos.

—No te hace demasiado bien estar aquí mucho tiempo, vamos ya.

—Está bien vamos.

*******

—Raven...—la llamé de forma confusa—Este no es el camino a casa.

—Lo sé rubia teñida —dijo sonriendo con malicia—Yo no hago favores gratis Griffin, llevamos juntas años. Deberías saberlo de sobra ya.

Fruncí el ceño y me fijé en el camino, me di con la palma de la mano mentalmente cuando me di cuenta de sus intenciones.

—Starbucks —susurré de forma cansada.

—Exacto —respondió mirándome brevemente antes de volver a fijar la vista en la carretera—Una muy buena amiga se ha ofrecido a comprarme todo lo que yo quiera.

Al oír eso me giré a mirarla completamente con mala cara y bufé.

—Me podrías haber avisado antes que querías venir, así podría haberme preparado mentalmente para estar rodeada de gente —reclamé fastidiada.

—Hablas como si fueras alérgica a la gente Clarke.

—Lo soy.

—No lo eres.

No le respondí y puse los ojos en blanco volviendo la vista a la ventana.

—Vamos Clarke...—insistió por tercera vez.

Habíamos llegado y me había llevado prácticamente a rastras, y como si fuera poco quiere quedarse dentro a comer todo lo que ha pedido. Y de paso también me está obligando a pedir algo a mi.

Suspiré resignada y miré la carta.

Dios, no me apetecía nada dulce ahora mismo.

—Agua —dije, el chico que estaba apuntando la orden levantó la vista y arqueó una ceja. Al ver que estaba hablando enserio siguió escribiendo.

—¿Enserio?

—Muy enserio.

Ella me miraba incrédula y yo sólo quería ir a casa y dormir más.

—Ponme el agua en el vaso ese —volví a dirigirme al chico, él simplemente asintió—Para que no te sientas tan sola.

Murmuré eso último haciendo que Raven me diera un codazo.

Quizás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora