Fui corriendo como pude hasta el hospital. Todo mi sistema paró cuando escuché al doctor decir " ha despertado". Tenía miedo, mucho miedo a que no me recordara, pero tenía esperanza. Aflojé el paso cuando entré en el hospital y fui hacia el ascensor. Podía oír mi corazón latir con fuerza y mis piernas temblar.
Llegué hasta su habitación y estaba la puerta cerrada, tomé aire muchas veces y llamé a la puerta. Solo pude escuchar un "adelante".
Cuando entré estaba tumbada, con las mismas máquinas alrededor de ella solo que sus ojos estaban abiertos. Por fin después de cuatro meses de tortura y dolor pude volver a ver esos ojos que tanto me gustaban, volví a sentir mi corazón latiendo a mil por hora solo por el hecho de verla, volví a sentir esa sensación a la que le llaman tener mariposas en el estómago y volví a sentir mis mejillas sonrojarse ligeramente por estar cerca de ella. La felicidad me duró poco porque en sus ojos no vi rastro de cariño ni amor, sus ojos estaban vacíos y me miraban como si fuera una extraña. Paré de respirar esperando que no sintiera dolor de nuevo cada vez que respiraba, deseando que cuando volviera a echar el aire fuera todo esto solo sea una pesadilla. Pero no fue así.
—Señorita Griffin —el doctor Kane habló con una voz que hacía que quisiera llorar aún más.
—Doctor Kane —le respondí.
—¿Quién eres? —por fin volví a escuchar su voz, joder. Es que la echaba mucho de menos. Aunque sus palabras me atravesaran el pecho también sentí alivio de que estuviera bien. Cerré los ojos y dejé que un par de lágrimas se me escaparan.
—Clarke —dije suavemente mirándola directamente a los ojos.
—No sé quién eres —musitó, yo solo me quedé mirándola sintiendo dolor porque no me recordaba, ni a mi ni a nadie posiblemente, y felicidad porque había despertado, porque estaba bien y eso era lo que más importaba.
—Lo sé —respondí y después de unos segundos me acerqué a ella y la abracé con todo el sentimiento del mundo. Ella solo se dejó abrazar.
—Pero yo a ti si —dije con la voz rota.
—Lo siento —susurró.
—No es tu culpa.
—¿Eres mi novia? —directa, era directa. Estaba apunto de responderle hasta que el doctor habló.
—¿Clarke podemos salir un momento y hablar? —Kane preguntó y yo solo asentí después de alejarme de Lexa y dirigirme hacia la puerta.
—Es grave Clarke, hay muchas posibilidades de que no recuerde.
—¿No recordará nunca más? —pregunté casi sin voz.
—Si, si que recordara pero nunca recordará todo. Es muy improbable pero no imposible.
—Pondré todo de mi parte para que recuerde.
—Sé que lo harás —me dijo con una sonrisa triste—pero ahora no le digas que eres para ella, eso podría confundirla más aún.
—Tranquilo, no le diré nada. ¿Puedo entrar y despedirme de ella?
—Claro, pero sólo cinco minutos —yo solo entré en la habitación y la vi mirando hacia la ventana. Dios, apesar de acabar de despertar estaba hermosa, siempre lo estaba. En ese momento me tomé tiempo para observarla, su pelo castaño cayendo como cascadas en sus hombros, su piel estaba pálida pero seguía estando brillante como siempre. Sus labios gruesos y ligeramente pálidos también, seguía teniendo un rostro hermoso. Y a pesar de no estar en su mejor momento ella para mí seguía siendo perfecta, seguía teniendo las mismas ganas de besarla y estar cerca de ella. Para mi nada había cambiado, pero para ella lo había cambiado todo.
—Hola —dije en bajito.
—Hola —sonrió.
—Solo me pasaba para despedirme, dentro de poco llegarán tus padres —expliqué.
—Gracias por venir —respondió.
—Volveré a venir mañana si es que me lo permiten, hasta pronto —no le di tiempo a responder porque me fui rápido de allí. Me hice la fuerte por ella, creo que es bastante frustrante no recordar quién eres ni porque una chica te miraba como la estaba mirando hace unos momentos. No le dije que éramos novias no sólo porque Kane me lo dijo sino porque también y igual se sentía obligada a comportarse de otra forma y eso es lo último que quiero. Solo quiero que se centre en recordar lo básico, por lo menos de momento. Salí del hospital y fui hacia mi coche. Fue entrar y desmoronarme completamente, solo el hecho de pensar en que no me recordaría hacía que me quemara el pecho. No sé por cuánto tiempo estuve llorando pero finalmente en algún momento paré, Lexa tiene que recordar, no hablo de nosotras sino que tiene que recordar quién era, sus gustos, su comida favorita, su color favorito, su canción favorita... Tenía que recordarlo todo. Y si, quiero que recuerde todas esas cosas tanto como quiero que nos recuerde a nosotras, pero prefiero mil veces que recuerde quién es. Si recuerda eso y no nos recuerda a nosotras claro que me dolerá, me matará por dentro. Pero haría cualquier cosa por ella, si ella me lo pidiera incluso la dejaría ir. Porque todo lo que hago es por ella y solamente por ella. Siempre fue así y así siempre será. Porque Lexa, si hubiese sido por mi, hubiera sido para siempre.
***
Llegué a mi casa y realmente esperaba que no tuviese los ojos muy hinchados o rojos, no quería que se preocuparan por mi. Al entrar pude oír las voces de Raven y Octavia con los de mi madre.
—Hola, ¿Que hacéis aquí? —pregunté a las dos.
—Hola —dijeron las tres a la misma vez.
—Hemos venido a hacerte compañía un rato —dijo Octavia, Raven solamente asintió sonriendo levemente.
—Subamos entonces —respondí, ellas solamente me siguieron.
—Tengo que salir a hacer una compras así que os quedáis solas, ¿vale? —oí a mi madre decir.
—Esta bien —dije.
Abrí la puerta de mi habitación y fui a sentarme en la silla que estaba enfrente del escritorio. Raven y Octavia se sentaron en la cama mirándome directamente a los ojos, pareciera que estaban estudiándome.
—Bueno rubia sexy, ¿vas a decirme que te pasa? —preguntó Raven.
—Lexa ha despertado —solo fui capaz de decir eso y no pude evitar decirlo con la voz rota.
—¿Que?! —dijeron a la vez.
—¿Cómo está? —inquirió O.
—Ella va a estar bien, está bien —respondí.
—Clarke... ¿ Lexa recuerda todo? —dijo Raven de repente alarmándose.
—No, ella no recuerda nada —susurré, lo dije susurrando porque tal vez al decirlo tan alto lo sentía mucho más real, y no quería que lo fuera, de verdad que no quería eso.
—Joder Clarke —dijo O a la misma vez que se le acumulaban lágrimas igual que a Rav.
—Lo siento mucho —solo atinó a decir la castaña.
—Yo también —respondí intentando sonreír.
—Haremos que recuerde Clarke, lo prometo —dijo Octavia.
—No puedes prometer eso O, pero sé que vamos a intentarlo —dije.
—Lo intentaremos rubia —sonrío Raven suavemente y se acercaron a darme un abrazo.
Poco sabía que ese era sólo el comienzo de mi propia destrucción.
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Quizás
FanfictionUn accidente lo cambiará todo para Clarke y para Lexa. ¿Podrán seguir juntas después de eso? ¿Podrá Clarke aguantar que Lexa rompa su corazón? Clarke aprenderá por primera vez que a veces el amor no es suficiente, y que hay veces que solo hace falta...