"Quiero morir": ¿Derecho a elegir sobre el final de la vida?

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La muerte digna ha sido recientemente legalizada en España.

La eutanasia ya no está penada por la ley, por lo que las personas con enfermedades terminales que así lo deseen, podrán solicitar que un profesional sanitario ponga fin a su vida de manera digna e indolora.
Esto les dará la oportunidad de despedirse de sus seres queridos y evitar prolongar el sufrimiento propio y ajeno, ya que el paciente no debería experimentar dolor bajo ningún concepto, pues existen los cuidados paliativos, pero los medicamentos no pueden acabar con la angustia vital del enfermo y de sus familiares y amigos.

Hay que diferenciar la eutanasia del suicidio asistido. En este caso es el propio paciente/enfermo el que ingiere o se aplica la dosis letal de químicos que acabarán con su vida. Esto ocurre tras haber sido ayudado, generalmente por manos amigas que le proporcionan los medios necesarios para llevarlo a cabo.

Un ejemplo de suicidio asistido es el del español Ramon Sampedro, plasmado en la película Mar adentro.

Pero en nuestro problema ético de hoy no venimos a hablar de pacientes en estado terminal, ni siquiera de gente enferma, sino de personas completamente sanas que desean morir. Y cuando digo sanas, incluyo, por supuesto, el área de salud mental.

Imaginemos a Esperanza. Una mujer de 70 años, viuda, sin hijos ni familiares con los que tenga relación.  A penas tiene amigos, solo unos pocos conocidos. A pesar de gozar de buena salud, está sola, se siente vacía y piensa que ya ha experimentado todo lo que ella ha deseado, está satisfecha.
La vida ha perdido su sentido, su gracia, no tiene expectativas de futuro que le motiven a seguir respirando y piensa que es mejor morir ahora a seguir envejeciendo y adoleciendo de futuras enfermedades.
Para Esperanza, igual que para mucha gente, no es lo mismo estar viva que vivir.
Por ello va a su médico y le solicita una muerte digna, a lo que el sanitario se niega. Legalmente no pueden poner fin a una vida sana.

Preguntas:

1) ¿Qué diferencia hay entre sufrimiento y dolor?

2) ¿Qué diferencia hay entre "estar vivo" y "vivir"?

3) ¿La salud es lo único necesario para alegar que hay que seguir viviendo? ¿Qué elementos te parecen fundamentales para que una vida merezca ser vivida?

4) ¿Debería cada cual poder decidir sobre el final de su vida?

5) Si fueras el médico que está frente a Eseranza, ¿qué le aconsejarías? Recuerda que está completamente sana y lúcida.

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¡Os leo!

Filosofía de sobremesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora