Izan me hace girar al ritmo de la maravillosa música -cantada por Jeff y acompasada por su orquesta-, alrededor de los muchos invitados de la boda de Sara e Isaac.
Hay una enorme pérgola blanca colocada en el precioso jardín de la mansión Davidson, los padres de Marina.
Todo es alucinante, realmente hermoso, de ensueño: Flores por todas partes, que desprenden un aroma exquisito, farolillos de papel blanco que cuelgan del techo de la carpa, y sumen a la sala en una luz tenue, suave y, delicada. Invitados vestidos glamurosos e impecables, incluso algún que otro famoso, buena música, un sin fin de delicatesen y un ánimo que genera una atmósfera agradable.
Llevo un vestido de satén en tono dorado claro, con zapatos de tacón alto de Jimmy Choo. Un regalo o a decir verdad regalazo de Izan.
Al principio no me hizo mucha gracia que me comprara un vestido y unos zapatos a juego, pero luego lo pensé mejor y fue un detalle muy bonito por su parte. De no ser de aquella manera, habría tenido que pedirle otro vestido prestado a Nora. ¡Por cierto, Nora! Ya ha regresado de sus vacaciones en Santa Monica. La he echado mucho de menos en estas dos semanas, pero ya está en casa, súper ñoña con Miguel. Cosa que comprendo a la perfección a mí me pasa lo mismo con Izan.
Miguel se queda los fines de semana en el apartamento, cuando yo me voy a casa de Izan. Como acordamos solo me quedo con él los fines de semanas. Estás dos últimas semanas hemos estado los dos muy liados con el trabajo y casi no hemos tenido tiempo para estar juntos. Lo he extrañado horrores...
Izan me trae de vuelta al presente.
-¿En qué piensas? -me pregunta mientras me hace girar bajo su brazo, para después estrecharme contra él. Noto su fuerte cuerpo contra el mío.
Le sonrío abiertamente.
-En ti -respondo con actitud coqueta.
Él frunce el ceño y forma esa sonrisa de medio lado, que tanto me gusta. Mi favorita.
-¿Y qué es lo que piensas de mí?
-Mmm... -ronroneo divertida.
Su sonrisa se ensancha y entonces inesperadamente, me reclina hacia tras y yo chillo y río a la vez por la sorpresa, mientras me mantiene en esa postura, entre sus brazos.
-¿Qué es lo que piensas de mí? -repite socarrón.
-Mmm... -vuelvo a ronronear.
Sonríe con buen humor.
-¿Sabes? podemos estar así toda la noche si quieres -dice frotando su nariz con la mía.
-¡Ay no! -protesto, pero no puedo evitar sonreír.
Izan se incorpora con elegancia y me arrastra con él, dejándome en pie.
-¿Entonces? -pregunta.
Me lo quedo mirando fija a sus hermosos ojos grises, perdiéndome en ellos, mientras él hace lo mismo y los dos nos perdemos en nuestras miradas.
-Te quiero -le digo con voz susurrante, como un suspiro.
Él esboza una gran sonrisa de hombre satisfecho y sus ojos brillan intensos y emocionados.
-Eso era lo que pensaba -contesto a su pregunta formulada anteriormente.
-Yo también te quiero -susurra, y me da un beso casto en los labios.
De pronto nuestras palabras se ven interrumpidas por Jeff, el cantante, cuando cesa la canción con un gran final.
-¿Qué os parece si damos caña a la noche con una canción más movida? -pide el joven Jeff.
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Nada es lo que parece
RomanceTras dos semanas de la cena en casa de los Clark, Llega la boda de Sara e Isaac. A partir de ahí empieza una nueva aventura. Contentos y enamorados aunque con sus más y sus menos pasan los días hasta que un acontecimiento inesperado hará tambalear l...