Una luz cegadora entra por el ventanal a través de las cortinas traslúcidas. Una respiración suave me acaricia la nuca y unos brazos me envuelven por completo. Abro los ojos de sopetón, parpadeo varias veces y sonrío.
Me vuelvo despacio para no despertar a Izan que esta acostado al lado mío, pero cuando lo hago unos ojos ya abiertos me miran amorosos.
Vuelvo a sonreír bobalicona.
-Hola -murmura él, desperezándose a mi lado.
Me encanta despertarme con él por las mañanas. ¿Por qué será? Ah, ya por la vista.
-Hola -le digo a mi vez.
-¿Has dormido bien? -me pregunta con ojos risueño.
Dios santo ¿cómo puede estar tan guapo por las mañanas?
-Sí. ¿Y tú has dormido bien?
-Sí. Contigo siempre duermo perfectamente -dice y esboza una de sus radiantes sonrisas mañaneras.
Oh.
-Gracias -musito. Me inclino y le doy un tierno beso en los labios, no pudiéndome resistir.
Izan me abraza e inspira en mi cabello. Al rato me dice.
-Hueles muy bien.
-Tú también hueles muy bien.
-No tanto como tú -se remueve y me besa- Venga arriba -se incorpora en la cama y sale de ella, solo con sus bóxer negros.
Oh. ¿Cómo? Yo quería estar más tiempo en la cama.
Me levanto de mala gana.
-Tengo que ir al baño -murmuro casi enojada. ¿Con quién? ¿con él? ¿conmigo misma?
-Vale. Te espero a bajo -me dice mientras se planta unos pantalones de pijama azul y se lo ata a la cadera.
Una vez salgo del baño, emprendo camino a la cocina. Bajando las escaleras, empiezo a escuchar ¿música? No la distingo muy bien, pero conforme me voy acercando, oigo la preciosa voz de una mujer. No me suena en absoluto.
Cuando llego veo a Izan preparando café. La barra del desayuno está toda dispuesta para desayunar. Hay un par de platos, con tostadas, beicon y huevos. Y dos vasos de zumo de naranja.
-Eh, ya estás aquí -murmura cuando me ve- ¿Qué clase de café te gusta? -añade.
Me acomodo en uno de los taburetes de la isleta antes de responder.
-Volluto.
Asiente y se gira para prepararlo.
-Lo puedo hacer yo, si quieres -le comento, porque no me gusta estar sin hacer nada.
-No, tu quédate ahí -replica.
Baja la música y ahora suena en modo ambiente.
Hago una mueca de desacuerdo, pero me quedo sentada.
-¿Quién canta? -le pregunto para distraerme.
-Emeli Sande.
-Tiene una voz impresionante.
-Sí.
Izan rodea la barra, me entrega mi taza de café, y ocupa un taburete a mi lado.
-¿Te va bien el desayuno?
-Sí, gracias. Eres un amor -murmuro con cariño.
Sus labios sonríen satisfechos. Se inclina y me besa en la mejilla.
![](https://img.wattpad.com/cover/32289307-288-k130991.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Nada es lo que parece
Roman d'amourTras dos semanas de la cena en casa de los Clark, Llega la boda de Sara e Isaac. A partir de ahí empieza una nueva aventura. Contentos y enamorados aunque con sus más y sus menos pasan los días hasta que un acontecimiento inesperado hará tambalear l...