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Soobin entendió muchas cosas al crecer.

Cuando cumplió quince años entendió que el pequeño tiempo que su madre le prometió que duraría el divorcio, —y es que Soobin no sabía que significaba un divorcio a los ocho años— realmente sería para siempre.

Entendió que Ryujin y él tendrían que acostumbrarse a visitar su padre en Daegu una vez al mes y al hecho de que ahora él tenía una nueva novia.

Entendió por qué Yeji vivía con Hyuna ahjumma si no era realmente su hija; su padre había sido el ex esposo de la mujer y había muerto, ahora ella había elegido vivir con Hyuna ahjumma porque no le gustaba vivir con su madre, y también entendió que era lo que decían su madre y su tía Somi a espaldas de Hyuna ahjumma; ella finalmente estaba rehaciendo su vida después de tres años de luto y estaba conociéndose con un hombre, uno más joven que ella, y su madre y su tía se creían en posición de juzgarla por eso.

También entendió que la razón por la que sus padres se divorciaron fue porque su madre le había sido infiel a su padre; se dio cuenta que todo pasó ese fin de semana que su padre se fue por un viaje de trabajo y su madre invitó a su tía y a ahjumma, donde estuvo pegado a su hyung de viernes a domingo, donde Yeonjun lo alejaba de la cocina sin razón, donde se aseguraba que se bañara, que cenara, que se vistiera sin dejar su lado, donde lo alejaba del señor Park, que su madre había presentado a su tía como su amigo y el que ahora era su novio, y se aseguraba de hacerle desayuno para que no subiera al cuarto de su madre a despertarla, y Soobin estaba agradecido por eso, porque, aunque él había visto y callado, lo hizo por él y por Ryujin. No le hubiera gustado enterarse de eso de niño, su hyung lo había protegido de una decepción tremenda.

Soobin también logró entender que posiblemente su hyung tuvo que haberle dicho algo a su madre para que ella se sintiera tan incómoda respecto a él. Su madre cambiaba de tema cuando Soobin lo mencionaba y ponía una avergonzada sonrisa cada vez que lo veía, incluso recordó ver algo de bronca en sus ojos cuando su hyung estaba cerca años atrás.

Y Soobin también entendió que lo que había sentido por su hyung hace seis años había sido más que el querer ser su amigo. Comprendió la razón por que nunca dejó de pensar en él y el por qué se ponía tan triste cuando Yeji le decía por teléfono que ella no había sabido mucho de su hermano desde que se mudó para estudiar en la universidad. Llegó a asimilar el por qué se sentía tan decepcionado cuando Hyuna ahjumma le decía que no sabía mucho de él, que sólo lo veía en fechas especiales y que, aunque le diera sus redes sociales, su hijo no usaba mucho estas. Dedujo el por qué del pánico casi enfermizo que le provocaba cuando Taehyun le preguntaba si quería el número de Yeonjun, porque no podía darle una respuesta clara. Lo quería, pero le daba miedo siquiera volver ponerse en contacto con el chico, moría por hablarle y decirle cuánto había crecido, pero no tenía la suficiente confianza para poner sus pensamientos en palabras.

Soobin entendió que se había enamorado de su hyung, que llevaba enamorado de Yeonjun por años.

Y también entendió la razón por que no sintió absolutamente nada cuando esa chica de su clase lo besó en aquel bobo juego de la botella que jugaron en un salón vacío del instituto.

Soobin supo que era gay.

El castaño había estado tan asustado que ni siquiera pensó dos veces en contarle a su madre y dolorosa fue su caída por el abismo cuando esta no fue de gran ayuda. Su madre le gritó, le dijo que estaba confundido, que estaría enfermo de ser verdad lo que decía y que ella no aceptaría que su único hijo terminara desviándose del camino. No obstante, Soobin tenía a Ryujin, su hermanita de doce años que tenía un carácter incluso más fuerte y chocante que el de su madre con una mente mucho más abierta, y Soobin nunca se imaginó que la razón por la que sobreviviría a su madre y su mentalidad cerrada sería porque Ryujin intervenía por él, que lo protegería apretando aquella fibra sensible de su madre: la pensión alimenticia de ambos que podía serle arrebatada si su padre reclamaba las custodias de ambos.

Soobin no sólo encontró apoyo en su hermanita, quien aseguró apoyarlo y amarlo sobre todas las cosas, sino también en Yeji y Hyuna ahjumma. Él le había contado a Yeji su secreto, sobre su orientación sexual y lo que pasaba en casa, y ella se había tomado la libertad de decirle a su madrastra, con la mejor intención posible.

Que ella pudiera hacer lo que su madre no hizo.

Y eso fue lo que Hyuna ahjumma hizo por él.

El castaño no se imaginaba que recibiría una llamada de la señora en medio de la noche, ni que acabaría llorando por eso.

—Hola, Soobinnie. —su voz sonaba igual de dulce a través de la línea.— Yeji me contó todo. —justo cuando Soobin sentía que recibiría otro reclamo, la señora habló.— Sé que no es lo mismo viniendo de mí que de tu madre, pero estoy muy orgullosa de ti, Soobinie. Eres tan joven, pero aún así eres tan valiente, has sobrevivido a meses de tu madre minimizando tus sentimientos y has aceptado lo que eres con coraje, ¿cómo no estaría orgullosa de ti? —eso había sido suficiente para que Soobin luchara por aguantar sus sollozos en medio de la madrugada.— Quiero que sepas tienes mi apoyo para todo lo que necesites, si necesitas que hable con tu madre o si no llegas a contar con tu padre y ella llegara a un extremo que ni siquiera quiero mencionar, las puertas de mi casa están abiertas para ti, Soobin, ¿entiendes lo que digo?

Soobin estaba consciente de que Hyuna lo estaba escuchando llorar, así que no tuvo vergüenza de sober su nariz.

—Gracias, ahjumma. En serio, muchas gracias.

—No me agradezcas, Soobinnie, es lo que mereces e incluso más. —el menor se dio cuenta que la mayor también lloraba, por su voz rasposa y algo cansada.— Yeonjunnie estaría muy orgulloso de ti.

Eran como la una de mañana y Soobin estaba solo en su habitación, pero sus mejillas de encendieron tanto que intentó cubrir su rostro con su almohada, incluso cuando la señora no podía siquiera verlo.

—¿Usted cree?

—Por supuesto que sí, Soobinnie. —le aseguró la mujer al teléfono.— Yeonjun estará encantado de saber.

Y Soobin fue con una sonrisa amplia al instituto al siguiente día.

Huening Kai, su mejor amigo y mayor confidente, no entendía como podría estar feliz con todo lo que estaba pasando en su casa, pero sabía que se trataba de ese molesto pelirosa, del cual le había hablado por años.

Huening no era muy fan de Yeonjun, su rival de amores.

Palabras: 1195.

editado: 21/05/2022