sí, raza, escribí esto torturándome con canciones de given.
Soobin se fue de su departamento mucho antes de que Kai despertara, es más, no había pegado ni un ojo en toda la noche.
El pelimorado rememoró cada día, cada uno de esos recuerdos aún vívidos en su cerebro que fueran de su infancia y se dio cuenta que no recordaba mucho antes de su hyung, así como no encontraba nada en ese río de memorias que no estuviera relacionado a él. Tal vez su madre no se había interesado tanto en su vida como para darse cuenta, quizás Ryujin no quiso romper esa burbuja con lo único que parecía mantener su sonrisa o posiblemente Huening había intentado decírselo, pero jamás prestó atención.
El menor había tenido razón.
A lo largo de los años, a Soobin no le importó nada que no fuera su amado hyung, Choi Yeonjun, y se aferraba a recuerdos, incluso los tristes, de los cinco días que convivieron juntos. Había hecho de estar con el pelirosa, y cumplir todas esas promesas vacías que le había dicho, el mayor distintivo de su personalidad, por no decir que su personalidad entera.
Y eso, y recién se daba cuenta después de horas y horas de cuestionarse y repasar las palabras de Kai en su mente, estaba bastante jodido.
Soobin estaba jodido.
Había volado con alas hechas de cera tratando de tocar el sol, llegó de alguna forma al cielo y aleteó queriendo estar cada vez más alto, sin pensar cuán dolorosa sería la caída. Corrió tras un sueño que jamás podría alcanzar o hacer realidad, le dio todas sus vidas en el pequeño juego de nene que tenía en la cabeza, dedicó casi su vida entera a crecer para poder estar junto al mayor, sin siquiera pensar en que podría estar lastimando a alguien más o sí mismo.
Soobin sólo quería una meta, un sueño que lo hiciera obviar todo lo demás. Y, en su cabeza, quiso creer que tenía la suficiente suerte para que el mayor reciprocara sus sentimientos, y cumpliera esa meta, de la noche a la mañana y por más estúpida que fuera.
Pero, con un gélido golpe de la realidad, Soobin cayó en cuenta de que eso nunca sería mutuo. Sí, Yeonjun hablaba bien de él, le contaba a la gente acerca su adorable dongsaeng y nunca dejó de tratarlo como su bebé, pero el mayor nunca se molestó en buscar su número, llamarlo, llenarlo con mensajes como Soobin fantaseaba, de hecho, ni siquiera le había mandado un mensaje de feliz cumpleaños en nueve años o le había pedido a Tía Hyuna que lo pusiera al teléfono como dijo que lo haría.
Le dolía y Soobin sufría incluso más porque ni siquiera eso apagaba lo que sentía cuando visualizaba su sonrisa.
Una sonrisa que no sólo se la brindaba a Ryujin y Kai, pero que era muy diferente a la sonrisa sellada y con ojos estrellados que adornaba su rostro al estar con Beomgyu.
—¡Ouh, Soobin-ah! —el cabello rosado del mayor estaba desordenado y refregaba sus ojos de gatito cansados mientras se animaba un poco, después de ser ruidosamente despertado, al ver al pequeño —para él— niño parado en su puerta.— ¿Viniste acá tan temprano? ¿Estás bien?
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BIGGER NOW | CSB FIC.
Fiksi Penggemar❝Mira, Yeonjun hyung. Soy más grande ahora.❞ Donde el pequeño Soobinie se enamora de su niñero de la infancia. Obra completamente mía. No se permiten adaptaciones. Ganadora del segundo puesto en Historia Corta de los Freefall awards. Capítulos corto...