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— Mmm... Chat... — gimió levemente sobre el oído del rubio.
— No sé por qué acabamos siempre haciendo el amor — comentó con una leve risa, sin dejar de besar dulcemente los senos de su novia.
— Eso es por qué eres muy candente y me enciendes. Además, eres muy inestable, fuiste tú el que se lanzó y me tumbó en el suelo.
Ambos se rieron suavemente y se miraron a los ojos con una sonrisa juguetona.
— Es que te sienta muy bien el traje de Ladybug, MyLady.
— Eso no es excusa, actúas de la misma manera cuando estamos sin la máscara — sonrió con picardía, haciendo sonreír de la misma manera a su pareja.
— Eso se llama amor y atracción sexual. Me pones mucho, cielo.
No le dejó responder, besó sus labios para acallar cualquier palabra suya, mientras sus manos seguían acariciando el cuerpo de ella, fundiéndose en cuerpo y alma bajo la luz de la luna, en lo alto de la torre Eiffel.
Por otro lado, (Nombre) se encontraba en su casa leyendo su manga favorito, Magi. Intentaba distraerse pensando en su amor platónico, Sinbad, antagonista de esa historia, pero uno de los personajes con mejor desarrollo de todos, a su parecer. Sin embargo, su amor por ese personaje no lograba distraerle de sus pensamientos melancólicos. Ella sabía que en ese momento su mejor amigo estaría acostándose con su novia, lo sabía bien, pero no podía hacer nada para evitarlo. Ella solo era su amiga, nada más.
Suspiró y cerró el manga, abrazándolo en sus brazos mientras miraba al techo. Cada vez le era más difícil acostumbrarse a la relación de ellos dos.
Encendió el portátil y puso un directo de AuronPlay. Al menos un poco de risas le ayudaría a aislarse de la realidad.
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Caminó hasta la escuela, con sus gafas de pasta puestas, pues debía esperar al día siguiente para poder recoger las lentillas nuevas. No saludó a nadie, tampoco debía hacerlo, pues no tenía amigos en esa escuela, el único que tenía estaba centrado en mimar a su novia, ni siquiera se había dado cuenta de que había entrado en clase.
Cogió un mechón suelto y lo acomodó tras su oreja, para segundos después comenzar a sacar las cosas de su mochila y ponerlas sobre la mesa, la cual se encontraba al final del aula. Nadie se sentaba a su lado, así que tenía bastante espacio.
