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¿Cómo ocurrió aquello? Ella solo había salido de fiesta con sus amigos a una discoteca de París, entonces... ¿Como había acabado drogada y en ese callejón intentando deshacerse de un tío que quería meterle mano? Y lo peor de todo era que ella reaccionaba a cada una de sus caricias, pero no porqué ella quisiera, sino más bien porque su cuerpo reaccionaba simplemente al sentir el tacto de algo en la piel.
Su cuerpo estaba muy caliente y sudoroso; su respiración era pesada y agitada; y la humedad entre sus piernas se incrementaba con el paso de los segundos. ¿Ese chico le había metido un afrodisíaco en la bebida? Si era así quería matarlo en ese momento, dejarlo con los huevos triturados y así que se quedara sin descendencia.
Intentó apartarlo, pero los síntomas de la droga eran muy fuertes y su cuerpo se sentía débil y necesitado. Tenía que salir de allí cómo fuera o iban a violarla.
El chico aún no le había nada muy grave, solo besos en el cuello y caricias en los brazos y caderas, pero sin tocar nada más. Aunque eso cambió cuando metió una mano dentro de la camiseta. La chica intentó apartarlo pero estaba débil, tanto que el más alto pudo atrapar sus manos sobre su cabeza, dejándola más indefensa.
Se sentía avergonzada. Su cuerpo reaccionaba de manera positiva, pero por dentro se estaba muriendo del miedo y la vergüenza. Quería gritar, pero de sus labios solo salían gimoteos; quería llorar, pero el calor y la sensación de sus caricias al doble se lo impedía; quería darle una patada, pero su pierna no le respondía...
Por suerte, como si el destino hubiera escuchado sus súplicas, una voz los interrumpió en el momento que su mano estaba por tocar sus pechos por encima de su sujetador.
— ¿Pero qué...? — (Nombre) se sintió aliviada al ver a Chat Noir.
— C-Chat... — por primera vez en esa noche, salieron lágrimas de súplica y vergüenza, dejando anonadado al susodicho.
— ¿Qué le estás haciendo? — miró con rabia al chico.
Este soltó a la chica con miedo de que descubriera el héroe de París su oscuro secreto.
— Solo estábamos divirtiéndonos...
— Ella no se divierte. Está llorando. Vete antes de que llame a la policía — demandó amenazante.
El joven no dijo nada, simplemente obedeció, no quería meterse en ese tipo de problemas, él solo era un adolescente que quería divertirse con una chica de su edad, solo que no se daba cuenta de que el método que uso era rastrero y sucio.
