Despertó gracias al estrenduoso grito de su madre. Su mente le repetía constantemente que ya debería estar acostumbrada a lo exagerada que podía llegar a ser su progenitora, pero ciertamente siempre lograban sobresaltarla sus gritos. Decidió levantarse y darse una ducha, y así estar lista para un nuevo día de entrenamiento. Hace una semana que sus padres habían decidido que su hermano mayor, Altair, debía enseñarle hechizos útiles en un combate. Cada noche, Olive terminaba en el suelo de su habitación tratando de controlar su cansada respiración.—¡Reggie, quita a esta asqueroza ave de mi ensalada!
Un bufido escapó de sus labios imaginándose la escena que podría haber provocado aquel disparate. Alisó el oscuro vestido con sus manos y se calzó unas sandalias cómodas para caminar por la casa; tampoco es que pensara salir de allí en un largo tiempo. Salió de su habitación, cerrando la puerta tras de sí y descendió por las escalas hacia el primer piso, específicamente el comedor.
Claramente no esperaba ver a una lechuza comiéndose los pasteles de calabaza de la mesa... ni a su madre tratando de quitarla con un tenedor.
—Madre, déjamelo a mi, puedes hacerle daño.
Se acercó con lentitud a la bonita ave y tomó uno de los pasteles que aún no habían acabado en su estómago, mostrándoselo a la lechuza, se dirigió a la ventana más cercana y lanzó el pastelillo, observando cómo el animal volaba tras este. Seguidamente, cerró la ventana y se sentó en la mesa para iniciar su desayuno.
—El ministerio debería implementar un nuevo sistema de comunicación entre los magos, es imprescindible dejar de usar unos animales que hacen una mierda tan asquerosa. —murmuró Mary Devaulx con un gesto de molestia, pidiéndole con las manos a uno de los elfos para que limpie la mesa—. ¿Te aprendiste los métodos de tortura que se usaban contra los muggles en la Primera Guerra Mágica?
Sí, Olive no obtenía nunca un Buenos días, hija. ¿Dormiste bien? Sabía que no todas las familias eran de color rosa, pero siempre rogaba porque las cosas cambiaran. Asintió en dirección a la mujer mientras sus ojos se enfocaban en algo nuevo sobre la mesa. Se trataba de una carta, ya bastante conocida para ella.
—¿Qué tienes allí, Olive? —inquirió su padre entrando en la habitación. Vestía uno de sus lujosos trajes color vino junto a una capa bien planchada sobre sus hombros.
—Es una carta de Hogwarts, supongo que de Altair, la lechuza debió llegar a mi habitación por error.
—No, Olive, es tuya. Cursaras los dos últimos años en Hogwarts. Tu hermano te llevará al Callejón Diagon hoy a comprar tus materiales.
—¿Qué estás diciendo? ¡Ya tengo casi toda mi vida hecha en Francia! Todos mis amigos se encuentran en Beauxbatons, ¿cómo se supone que haré para acostumbrarme a una nueva escuela si llego seis años tarde? ¡me habrías enviado allí de primeras cuando tenía once años, tal como hicieron con Altair!
Fue algo difícil para la castaña no expresar su molestia con las palabras dichas por su progenitor. Su sueño desde pequeña había sido asistir a la misma escuela que habían ido sus padres y a la cual iría su hermano, no entendía porque las cosas debían ser distintas con ella... a tal punto de enviarla a estudiar a otro país. Con el pasar de los años se había acostumbrado a la idea de pasar su completa escolaridad en Beauxbatons, la escuela francesa de magia, sin embargo el deseo nunca se había esfumado de su cuerpo. A pesar de esto, tenía a sus mejores amigos allí y le costaría demasiado estar dos años completos estudiando hechizos y teoría mágica sin ellos acompañándola.
—No empieces con tus berrinches, Artemis, y obedéceme, soy tu padre.
Se apresuró a levantarse de la silla, caminando con pasos acelerados hacia su habitación. Odiaba que la llamaran por su según nombre, a pesar de que este le encantaba, debido a que significaba molestia de parte de sus padres. Esta de más decir que solía escucharlo varias veces a la semana. Ya en su alcoba, buscó con ansias un pedazo de papel y una pluma para escribirles a sus amigos sobre la inesperada noticia.
Por otro lado, en el comedor su madre enfrentaba furiosa a su esposo.
—¡¿A qué crees que estás jugando, Reginald?! Si va a Hogwarts se enterará de todo, ¿cómo crees que lo haremos para controlarla si está en ese ambiente?—la mujer de cabello almendrado se levantó molesta de la mesa, acercándose a su esposo pidiéndole respuestas.
El hombre se dejó caer sobre un elegante sofá color verde esmeralda que había en el comedor, sonriendo con confianza.
—El próximo año cumplirá dieciséis y la profecía comenzará, debe estar cerca nuestro y de los elegidos para vigilarla y proteger su sangre.
Mary Devaulx sabía que las palabras dichas por su esposo eran correctas, pero se sentía desconfiada; su hija no sólo estaría conviviendo con los hijos de la hermandad, sino también con los hijos de sus enemigos.
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AUGUREY, james s. potter.
Fanfiction⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ 🖇 𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐅𝐔𝐋𝐋 𝐎𝐅 𝐋𝐈𝐄𝐒, 𝔞𝔲𝔤𝔲𝔯𝔢𝔶. ⠀⠀⠀⠀⠀ ❝ -¿Es posible haber vivido una vida llena de ⠀⠀⠀⠀⠀ mentiras? ¿Qué es la verdad? ¿Cuál es? ❞ ⠀⠀⠀⠀⠀ Una profecía, poderes inimaginables y una posible tercera Guerra mágica. ...