Gordetako sekretuak

ELI

Me despierto y al recordar el beso de ayer, no puedo evitar sonreír y que se me enrojezcan las mejillas. Ya sé que solo fue un pico y que además me lo dio sin querer porque no veíamos nada, pero no me importaría para nada que volviera a pasar...

Estaba confundida con lo que me pasaba con él, pero después de ese beso, sé que ya no es solo un pequeño crush, sino que me gusta. Me estoy volviendo una ñoña y odio muchísimo sentirme así.

Suena la música para que nos despertemos y nos vamos levantando todos de la cama. Cruzo mi mirada con la de Gari por unos segundos, me mira sonriendo y yo a él también poniéndome roja. Hasta que Julen le llama para salir de la habitación y me guiña antes de apartar su mirada de la mía.

- Uyy y eso? - me pregunta Ane y me río.

- Nada

- Ya... - dice sonriendo y la miro enfadada.

Salimos de la habitación y vamos para el comedor a desayunar algo antes de las clases.

Me siento en frente de Gari cómo siempre y nos miramos sonriendo mientras desayunamos.

- Qué? - le pregunto y se ríe.

- Nada - me río.

- Por qué noto mucha más tensión de la normal entre vosotros? - nos pregunta Markel.

- Es verdad, qué os ha pasado? - nos pregunta Julen también y nos reímos poniéndonos rojos.

- A vosotros qué os importa? Son cosas nuestras - les dice Gari guiñándome a mí y me vuelvo a reír.

- Qué se han tomado estos dos? - vuelve a preguntar Markel y nos reímos.

El resto de la mañana nos la hemos pasado lanzándonos miraditas. Terminamos las clases y antes de ir a comer, Gari me coge de la mano llevándome a un sitio donde no hay cámaras.

- Tú y yo tenemos una conversación pendiente, no crees? - me dice sonriendo.

- Ah sí? Cuál? - le pregunto cruzándome de brazos y rueda los ojos mientras se acerca a mí.

- No te hagas la tonta ahora Eli - me río.

- Es que no sé a lo que te refieres... - digo encogiéndome de hombros y niega sonriendo.

- Sí lo sabes - dice acercándose a mí hasta que nos quedamos solo a unos centímetros de distancia.

Su mirada va de mis ojos a mis labios todo el rato y la mía también, pero justo cuando está a punto de rozar mis labios, suena la txirrina para ir a comer.

Suspira cabreado porque nos hayan vuelto a interrumpir el momento y me río poniéndome roja.

- Esto no se ha acabado aquí - me dice sonriendo mientras abre la puerta para salir de allí y me río.

Después de comer, ensayamos un poco nuestras actuaciones antes de pasar por vestuario y así. La gala es esta noche y estoy bastante nerviosa.

Me han puesto un mono largo rojo con una chaqueta negra y unos botines negros también de tacón. En el pelo llevo una coleta alta. Además, me han pintado los labios de rojo y delineado los ojos.