Zoe y Mara son una pareja joven que se aman, pero no todo es perfecto para siempre. Las circunstancias las llevarán a alejarse...
Hasta que un Catorce de Febrero, Mara recibe una canción...
¿Su amor podrá sobrevivir aquella batalla? o de lo contari...
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Mara se encontraba en aquel lugar donde la vio por primera a ella. Hacía seis meses que Zoe tuvo que abandonar el pueblo con su familia para irse a Ciudad Grande.
No le había mandado ni un "Hola", solo una canción. Esta estaba volviendo loca a la chica recostada sobre el pastizal seco. Se trataba de esas canciones románticas que se dedican aquellos entre enamorados. No obstante ella seguía sin entender, porque Zoe fue capaz de abandonarla. Podría haberse quedado con su abuela.
Mara escuchaba atentamente la letra de canción mientras apreciaba el cielo azul con algunas nubes mientras que sentía como la brisa provocaba que se movieran las hierbas secas alrededor de su cuerpo.
Después pasó a hacer una revisión de canciones en su lista, algunas se irían porque ya le hacían doler la cabeza y otras se quedarían porque se hallaban cerca de su corazón. De pronto una idea cruzó su mente y no tardo ni diez segundos en realizarla, una canción estaba siendo enviada al celular de Zoe.
Ciudad Grande/ Escuela Mayor.
Su caballera castaña clara servía de cortina para la cara de sueño que traía esa mañana. Desde hacía meses se sentía desganada para todo. Y no era para menos a unos kilómetros se encontraba su ex novia, lo cual se había convertido por culpa de ella debido a que no pudo decir nada aquel día.
De repente siente una vibración en su bolsillo, con mucha cautela trata de ver quién es el mensaje. Pronto su corazón se encuentra saltando en su pecho.
Zalem/ Campo de Trigo.
El sol ya le empezaba a dar en sus ojos cafés cuando su celular sonó en forma de campana. En vez de una canción romántica era una alegre, pero con partes melancólicas. Esta vez Mara no entendió el mensaje que le quería trasmitir su ex enamorada. Así qué a la noche contesto ese mensaje, pero con una que era totalmente melancólica. Quería que supiera que sus recuerdos juntas resonaban en su cabeza al igual que todas las palabras que se habían expresado una a la otra en aquellas pequeñas citas que tuvieron alguna vez. Ciudad Grande.
Aquellos pequeños ecos llegaron a oídos de Zoe a la mañana siguiente. Esta comprendió lo que trataba de decir la chica. Por eso también se puso a buscar otra canción que llegara alcanzar ese nivel de desamor.
Esa melodía la logró encontrar meses después cuando se cumplió un año desde aquel día que tuvo irse del pueblo.
Lágrimas cayeron delante de ambas pantallas ese catorce de febrero.
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