Capítulo 4

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P.O.V León

Estaba tan feliz y nervioso que las palabras no salían de mi boca, solo temblaba en mi lugar, hasta que de repente una mujer con ropa reveladora se paró a mi lado y acercó sus labios a mi oído

- ¿Puede acompañarme? Ya tenemos a la chica lista- susurro lentamente.

Rápidamente sin pronunciar una palabra me levanté de mi lugar y le dediqué una mirada a Marcos para que me siguiera. Él, al igual que yo, siguió a la chica en silencio.

- ¿Saben una cosa? - dijo la mujer sin siquiera mirarnos- la chica es bonita, pero está loca- terminó con una carcajada.

Al escuchar sus palabras un mal sabor se apoderó de mí, algo en ella estaba mal. Seguí caminando detrás sin decir una palabra, pero con mis cinco sentidos en alerta, si me descuidaba algo podría salir mal.

Recorrimos un largo pasillo hasta que en cierto punto apareció una gran puerta en frente de nosotros. Miré a Marcos con duda, pero este solo me sonrió dándome ánimos.

- Llegamos- pronunció la mujer mientras abría la gran puerta.

Para mi sorpresa, detrás de la ella solo había un garaje, donde se encontraba el auto en donde vinimos.

Al mirar más detenidamente noté como el lugar estaba lleno de gente, entre estas la mayoría eran hombres con tatuajes, seguramente los matones de aquí.

- ¿Qué está pasando? - le pregunté a la chica.

- No lo sé, esperen aquí, iré a preguntar.

Dicho eso la chica salió rápidamente en dirección a los matones, esto no se veía nada bien, algo estaba mal.

¿Dónde está Machu?

Ya exasperado caminé hacia la chica y los matones, aquí pasó algo y no me lo quieren decir.

- ¿Qué está pasando aquí? - pregunté alterado.

- Señor, por favor tranquilícese- dijo la chica tomándome de los hombros.

- ¡Y un carajo, dónde está ella?!

Todos se miraron sin saber que decir, haciendo que ese gesto me altere aún más, hasta que uno de los chicos me miró sin expresión alguna.

- La chica escapó, no sabemos exactamente qué pasó, pero si sabemos que está armada e hirió a dos de nuestros hombres con un disparo.

Al escuchar esas palabras un sudor frío recorrió mi espalda, mi vida, mi mujer está sola y con un arma en este lugar, cualquier cosa le podría pasar.

- No se preocupe, nuestros hombres ya la están buscando, la encontraremos con o sin vida- terminó por decir fríamente.

 No me jodas.

Sin pensarlo dos veces saqué la pistola del bolsillo de mi chaqueta y salí a buscarla, no pienso perderla otra vez, ya no.

Busqué por todos los rincones de ese lugar, pero no había ni un solo rastro de ella.

- ¡MACHU! - grité exasperado sin saber que hacer.

Y era en momentos como estos cuando mi subconsciente me decía a gritos lo inútil que era, solo tengo dinero, nada más que eso, no soy capaz de hacer algo por mí mismo.

La rabia e impotencia acumuladas estaban provocando que lágrimas comenzaran a resbalar por mis mejillas. Frustrado me quité todo rastro de ellas con el dorso de la mano, levanté mi vista del piso y observé a mi alrededor. Silencio y vacío, nada más que eso, esa era mi única compañía en ese sitio.

Me arrodillé y observé el piso buscando respuestas, inútil, pero realmente me sentía incompetente. Aún así algo llamó mi atención, un antifaz.

Lo tomé entre mis manos rápidamente y volví a observar todo a mí alrededor, y ahí estaba la respuesta, una puerta se encontraba levemente abierta, casi imperceptible. Caminé a paso rápido hacia aquella puerta y lo que encontré detrás de ella fue otro aparcamiento.

Maldición, este lugar no tiene fin.

Entré a paso lento e insonoro, cabía la posibilidad de que ella todavía estuviera aquí, miré alrededor pero no veía nada, hasta que por el rabillo del ojo percibí un movimiento.

Inspiré pausadamente y comencé a acercarme, aún si fuera ella, tenía que tener cuidado, nunca se sabía, además todo se encontraba en penumbras, a excepción de un foco que tintineaba.

Sonreí victorioso cuando noté que ya casi estaba en el sitio que vi el movimiento, pero algo me heló la sangre, haciendo que me detuviera en seco.

- ¿Qué buscas? -se oyó el leve susurro de una voz femenina en mi oído.

- Por favor baja la navaja- susurre en un hilo de voz.

Por el contrario, la chica solo atinó a presionar aún más la cuchilla de la navaja en mi garganta.

- Te he preguntado algo, responde- murmuró molesta.

La zona de mi garganta comenzaba a arder, provocando que soltara un leve gemido al mismo tiempo que algo caliente comenzaba a deslizarse desde la zona hasta mi pecho.

- Busco a Machu- atiné a responder, no servía de nada mentirle.

- ¿Quién...- la chica detuvo sus palabras abruptamente, por lo cual levanté mi vista y observé al frente.

Delante de nosotros se podía ver una figura femenina, esbelta y de contextura pequeña.

- ¿Quién es Machu? -preguntó entre las penumbras, a la vez que sentía como la boca de una pistola se presionaba contra mi frente.

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Holi, perdón por hacerl@s esperar tanto tiempo para que al final sea un capitulo tan soso. Quiero agradecerles a las personitas que me escribieron y apoyaron para que continuara con la historia, y pues si no fuera por ustedes definitivamente la habría abandonado, les agradezco mucho, son lo mejor.

En cuanto a otro tema, estuve pensando en quitar "EEG" de mi perfil, para poder editar la historia y volverla a publicar, esto es debido a que tiene mucha incoherencias y faltas, realmente es una decepción para mí el ver esa historia, me gustaría saber que piensan, agradecería que me dieran su opinión.

Por otro lado, ya que esta historia es la continuación de "EEG" no sé si continuar publicando sus capítulos o esperar a que termine de editar la primera temporada, ¿Qué piensan?

Bueno pues, estoy de nuevo aquí después de casi un año, ya que las vacaciones comenzaron me dedicaré a traerles muchos capítulos. Gracias por leer, les envío besos y abrazos virtuales, cuídense.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2021 ⏰

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Venciendo El Dolor [EEG #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora