P.O.V León
— Ya te dije que no iré, no insistas por favor— me rasco la nuca exasperado.
— Vamos, no seas aguafiestas, es solo una subasta, además ni que fueras a comprar algo.
Pasé mi mano por mi cabello suspirando. Marcos es el contador de mi empresa y amigo desde hace 5 años, realmente no sé qué es lo que tiene esa subasta, pero muchos de mis socios y gente con bastante dinero van a asistir.
— Tengo que cuidar a mi hija— le digo ya cansado ante su persistencia.
— León, eres un hombre millonario, hasta se podría decir que defecas dinero con tantas empresas que tienes. Puedes pagarle a una niñera para que te la cuide, es solo por una noche— volvió a insistir.
Giré mis ojos arto de su persistencia, miré una vez más como Maya jugaba en el jardín con Zeus (un perrito). Lo pensé un poco más y no perdía nada con ir a la subasta.
— Está bien, iré a esa subasta. ¿Feliz?— me dejé caer en el sofá.
— ¡Grandioso! No te olvides que a las 22:00 te pasaré a buscar— puse mis ojos en blanco ante su felicidad por el solo hecho de ir a una aburrida subasta.
Realmente no compraría absolutamente nada, puede que tenga mucho dinero pero no gasto en cosas innecesarias.
Miré la hora en mi reloj de mano, las 17:53.
— Maya, hija vamos adentro— salí al jardín para lograr llevarla adentro y juro que mi corazón se derritió de ternura al verla dormida abrazada al peludito de Zeus.
La tomé entre mis brazos y la llevé a su habitación para que descansara mejor. Antes de salir y arreglarme la miré por última vez, es tan pequeña y preciosa, tan malditamente parecida a su madre.
Sacudí mi cabeza con la intención de que esos pensamientos se esfumaran de mi mente.
(...)
— Recuerda cuidarla como si fuera tú propia vida, si algo, por más pequeño que sea llega a suceder no dudes en llamarme, ella es tranquila, no creo que te cause muchos problemas, y recuerda que tiene que estar dormida antes de las 23:00— le volví a repetir a la chica quién solo movía la cabeza en señal de entendimiento.
— Entiendo señor, no se preocupe, cualquier cosa que llegue a suceder usted será el primero en enterarse— asiento satisfecho ante su comprendimiento.
Miro por última vez a mi pequeña quién sacude su pequeña manito desde el sofá para despedirse. Le sonrío y hago lo mismo que ella, la saludo con la mano y me retiro.
— Ya era hora León, creí que jamás saldrías— exagera Marcos al llegar a su lado.
— Ya dejá de quejarte y vámonos— paso por su lado y me subo en el asiento de copiloto.
Si fuera cualquier otra ocasión iría en mi auto, pero como no sé a qué lugar iremos prefiero ir en el auto de Marcos. Veo cómo le da la vuelta al auto para llegar a la puerta del piloto y montarse en él.
Durante el transcurso del viaje veo cómo pasamos por los suburbios hasta llegar a un pequeño callejón y de esta manera entrando a una calle completamente desconocida para mí.
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Venciendo El Dolor [EEG #2]
Roman pour AdolescentsLa vida es un campo de minas, llena de problemas, de obstáculos y pruebas. Después de la guerra llega el dolor de haber perdido lo que en verdad te importaba. El valiente y el fuerte no es el que gana, es el que vence el dolor, y ellos están viviend...