Día 1.

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Byron era un hombre de 46 años, era alto y muy apuesto, serio, pícaro, egocéntrico, trabajador y fuerte

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Byron era un hombre de 46 años, era alto y muy apuesto, serio, pícaro, egocéntrico, trabajador y fuerte.
Pero...
Toda su vida se basaba en: trabajar, trabajar y trabajar.
Nunca paraba de trabajar, pero gracias a ello, tenía su propia casa, un celular bastante bueno y un carro muy caro también. Vivía muy bien económicamente, y no dependía de nadie. Tenía sus propias cosas y vivía solo. Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que aveces, se cansaba mucho y su estado mental se iba a la basura cada día.

En el lugar en donde Byron vivía, era una ciudad habitada por mucha gente, demasiada, y allí, siempre llovía, cada hora, cada día, cada mes, cada año, era una ciudad reconocida solo por que llovía demasiado, y también, hacía frío.

Un día, cansado de su trabajo tan tedioso, decidió por ir a un parque que estaba cerca de su trabajo. Agarró un paraguas y un abrigo, y salió del edificio en donde se ubicaba su trabajo. Caminó hasta una banca y se sentó. En el parque no había mucha gente, solo unos cuantos niños jugando y ya, el parque estaba vacío la mayor parte del tiempo por culpa de las lluvias, ya que nadie quería salir con todo mojado. ¿Y que mejor lugar que ir a un parque en donde solo hay 3 niños jugando lejos?

Byron suspiró, cerró sus ojos mientras respiraba aire fresco, eso le calmó mucho.

Y escuchó a los niños reír.

Eso le causó melancolía.

Byron estaba solo, no tenía a nadie.

Aun que eso no era del todo cierto, tenía amigos y compañeros del trabajo, y muchas "pretendientes", tenía dinero y podía hacer lo que quería cuando quiera, sin embargo, nada le interesaba. Tuvo muchas relaciones, mujeres lindas y hermosas e inteligentes, pero el simplemente se aburría y las dejaba. Prefería el trabajo que estar con una mujer, y el no entendía por qué, simplemente, se aburría y ya.

Byron escuchó un ruido que lo sacó de sus pensamientos, abrió los ojos y miró al lado

Alguien se había sentado junto a él en la misma banca.

Era un chico de probablemente unos más de 20 años, piel blanca, pelinegro con su flequillo tapando su ojo izquierdo, llevaba una bufanda blanca con líneas moradas, un chaleco rojo y todo lo demás, negro y llevaba un paraguas negro. El chico tenía la mirada clavada al frente

Byron lo miró y pensó  -Joder, otro rarito- y simplemente se quedó callado.

Pasaron unos 10 minutos de puro silencio, lo único que se escuchaba era la lluvia caer y los niños riendo, mojandose con la lluvia, probablemente se enfermarían después.

Byron miró al chico otra vez, y este seguía mirando en la misma dirección, miró a la misma dirección del chico para ver que era lo que le causaba tanta curiosidad como para verlo fijamente por 10 minutos, y solo era un poste de luz.

Byron suspiró en silencio, levanto la manga de la mano y miró al reloj
Marcaban las 12:00 PM
Eso significaba que debía volver al trabajo. Se levantó en silencio, y se fue caminando junto a su paraguas para volver a trabajar, y el chico que estaba sentado en la banca, solo se quedó ahí, quieto y mirando en la misma dirección.

A Byron no le importó.

A Byron no le importó

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Días de lluvias y ceguera | Byron x Edgar | Brawl StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora