Días de lluvias y ceguera | Byron x Edgar | Brawl Stars

Día 10

Byron este día salía más temprano del trabajo, mucho más temprano.

El jefe decidió darle un día de descanso, no va a decir que es la primera vez, por qué Byron siempre rechazaba días de descanso ya que el decía cosas como "Los días de descanso son para gente vaga", cuando enrealidad se sobreexplotaba mucho que hasta el jefe se daba cuenta de ello. Pero, era la primera vez que Byron aceptaba un día de descanso.

Byron salió del edificio, yendo a un lugar en especifico y con alguien en mente.

Llegó, cerró su paraguas y se sentó. (Para los que tenían dudas, el asiento tiene un techado, justamente para días de lluvias, bola de imbeciles)

— Hola Edgar, buen día.

Edgar saltó, no había percatado que estaba Byron ahí.

— ¿Byron? — Dijo Edgar extrañado

— Ese soy yo. — Afirmó Byron

— Buen día señor Byron, no esperaba verte a estas horas. — Edgar le sonrió, Byron también.. apesar de que él no podía verlo.

— Hoy.. tengo día de descanso.

— Oh, eso es genial. — La sonrisa de Edgar nunca bajaba, por alguna razón, estaba muy feliz apesar de que él no es de irradiar felicidad.

— Tenia planeado salir a pasear, no lo sé.

— ¿Me estás invitando? — Preguntó  lo obvio Edgar, ya lo sabía.

— No.. digo, osea, si, pero si lo deseas, no te voy a obligar, obviamente, quien haría es-

— Acepto — Interrumpió Edgar sonriendo

Byron lo miró por unos segundos y sonrió también, aún que.. también miró que apesar de que sintió todo natural, como si estuviera hablando con alguien igual, se había olvidado que Edgar no lo miraba a él, si no, al frente de la plaza, sin objetivo.

Se había olvidado completamente de la condición de Edgar y su felicidad cesó.

— Me alegra — Respondió Byron después de unos segundos de silencio.

— ¿Pasó algo? — Preguntó Edgar preocupándose. ¿Acaso se arrepintió? Pensó.

— No, nada. ¿Y.. tengo el permiso de tus padres de poder robarte un ratito?

Edgar rió

— Ya no soy un niño pequeño, Byron.

— Entonces supongo que podemos ir justo ahora.

Edgar sonrió

— Si, pero..

— ¿Pero..?

— Tienes que ayudarme, bobo.

Byron hizo click. No sabía por qué estaba tan distraído, que idiota.

— Oh, lo siento — Dijo Byron, levantándose rápidamente y ayudando a Edgar.

— ¿A donde vamos a ir? — Preguntó Edgar, levantándose con la ayuda de Byron, mientras este abría su paraguas también.

— Pues ya van a ser las doce.. podríamos ir a almorzar.

— ¿Almorzar?

— Tengo un lugar muy lujoso en el que puedo llevarte.

— No es como si yo me molestara en ver cuan lujoso sería. — Río Edgar, haciendo chiste de su propia condición. Después de todo, no podía vivir toda su vida maldiciendose a sí mismo.

Byron quedó en silencio y analizó el chiste tan malo que había dicho.

— No digas estupideces Edgar — Rió Byron.

— Ya pero, no hace falta ir a un lugar lujos—

— Tengo demasiado dinero como para no ir a un lugar lujoso — Interrumpió Byron

Edgar suspiró — Está bien. —

Byron le sonrio, no sabía por qué no paraba de sonreír.

Comenzaron a caminar, camino al carro de Byron.

Cuando se subieron al carro, fueron a unos de los restaurantes más lujosos de la ciudad, simplemente, teniendo un almuerzo, entre amigos.
Edgar ni si quiera le interesaba si era lujoso o no, pero, se sentía halagado de alguna manera.